viernes, 9 de octubre de 2009

REVOLUCIÓN DEL 34.

Revolución del 34 ( X V I )

Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo.

Los paréntesis siempre son míos.

Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo. Fascículo 6, p. 81-96.

Le toca ahora la redacción de la Constitución y efectivamente la presidía el muy demócrata catedrático Luis Jiménez Asua, admirador de la revolución rusa, defendía la necesidad de la dictadura comunista, admitía el terror cono una etapa necesaria y natural. Decía en La Libertad, 27-5-31: “los fusilamientos y depuraciones de la checa solo eran eliminatorios y no sancionadores… el fusilamiento por motivo político y sin garantías personales es resorte de afirmación revolucionaria, un episodio guerrero más que un castigo legal. Las copiosas sentencias de muerte que se ejecutan en Rusia, nada tienen que ver con su régimen jurídico, y han de cargarse a la cuenta de las vicisitudes políticas por las que atraviesa el país”.

Se discuten el artículo 26 relativo al clero, aquí es cuando dice Azaña una de sus memeces más sonadas (13-10-31). ¡España ha dejado de ser católica!

Martínez Barrio anticlerical, gran maestre de la masonería, Presidente de las Cortes en Guerra, primer Presidente de la República en el exilio, manifiesta: “estupor y, luego la indignación… (ante el aserto sobre la catolicidad del país) ¿Dónde las pruebas, siquiera los síntomas?… todas las clases sociales aceptaban complacidas los derechos de portazgo, y nadie dejaba de bautizar a sus hijos, ni de casar canónicamente… ni, llegada la hora final, prescindía de enterrarlos en cementerios católicos. Tan solo una minoría, insignificante cuantitativamente, habíamos pasado el Rubicón y colocado nuestra conciencia individual… fuera de… la Iglesia. ¿A caso el oscurecimiento de la cultura católica?… era obligado reconocer que el clero regular realizaba una intensa labor seudo científica y pulidamente literaria… Tampoco las evocaciones históricas del señor Azaña tenían poder de convicción… fueron palabras imprudente, innecesarias y divorciadas de la realidad… (refiriéndose a la Constitución) de un manotazo rompía con el propósito de ensayar cualquier política de transacción y de acomodo, y se declaraba por el imperio estricto de las mayorías… Pero… nunca ha sido lícita en los Parlamentos la aplicación rigurosa de tales principios”. Martínez Barrio, Memorias, p.74 y ss.

Vamos a ver si explicamos más claro lo del art. 26 y 27.

Se discute el 26 (7-10-31), interviene Álvaro de Albornoz, ministro tan admirado de nuestros repúblicos asturianos especialmente del señor Argüelles-Meres: “Una Constitución no puede ser nunca una transacción entre los partidos… no más transacciones con el enemigo irreconciliable de nuestros sentimientos y de nuestras ideas. Sí esos hombres creen que pueden hacer una guerra civil, que la hagan; eso es lo moral, eso es lo fecundo (ya avisaban)… las Órdenes monásticas son ilegales… sus fines son antihumanos y antisociales. La mendicidad y la pobreza que ellas practican son un delito, según la legislación penal… Los católicos que se recluyan en Órdenes monásticas de tipo contemplativo se sustraen del precepto constitucional según el cual la República española es una república de trabajadores… nadie tiene derecho a renunciar a su propia libertad… la idea de exceptuar de la disolución a las Comunidades religiosas que se dediquen a fines benéficos es equivocada, pues la mayor parte de estas Órdenes llevan la perturbación a la a la conciencia de los enfermos… y tienen una captación del alma agonizante”. Sin comentarios.

Decía Azaña (20-7-33), que lo conocía muy bien, de él muchas barbaridades, veamos una: “Designar a Albornoz para la Presidencia del Tribunal de Garantías tiene muchos inconvenientes… por sus condiciones personales. Es lo más probable que… lo haga mal, como le ha sucedido de ministro. Su posición presentándose a candidato es poco lucida (era ministro de Justicia y coaccionaba a los electores, casi todos dependientes de él)… Las ventajas son… que eliminamos de la política un estorbo de los mayores, por su ambigua conducta y su doblez, baluartes de su cobardía”. M. Azaña, Los cuadernos robados, p.391.

Maura (ministro de Gobernación, también lo conocía bien), Cuenta un caso de un recomendado de de Albornoz: “Había estado en la cárcel por arrear un leñazo a un guardia que a poco le deslomo”, y pedía ser gobernador de Segovia porque un amigo suyo tenía en la ciudad una casa de bebidas… desde el cargo podría ayudar a su amigo… Es magnífico ese hombre!, ¡es magnífico!… esa gente es utilísima y hace republicanos con sus entusiasmos. Son como misioneros”. M. Maura, Así cayó Alfonso XIII, p.268.

Decía Albornoz de si mismo: “Yo no participo, en modo alguno, de las ideas liberales y democráticas del siglo XIX. Yo declaro ante la Cámara (29-6-33) que soy cada día menos liberal y menos demócrata y cada vez comulgo menos con esos tópicos liberales y democráticos. Para mí no hay Derecho sino en el Estado… la ley del sufragio universal se hizo para deshonrarlo… sería un gran error que nos propusiéramos copiar formas agotadas, sin contenido, absolutamente vacías, de las democracias occidentales”. La nueva ley se aprobó el 16-7-33. Libro de Actas de las Cortes.

art. 26 referente a confesiones religiosas: “3ª Incapacidad de adquirir y conservar, por sí o por persona interpuesta, más bienes de los que, previa justificación, se destinen a su vivienda o al cumplimiento directo de sus fines privativos. 4ª Prohibición de ejercer la industria, el comercio o la enseñanza. 6ª Los bienes de las Órdenes religiosas podrán ser nacionalizados”. La Constitución trataba a unos españoles, los religiosos, como se trataban a los parias en la India, con el agravante de que la misma Constitución mandaba

Artículo 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase. No les dejaban trabajar.

Artículo 2. Todos los españoles son iguales ante la ley. Era mentira para los religiosos, no podían adquirir los bienes que quisieran como el resto de los españoles. Se podrían nacionalizar sus bienes al antojo del Gobierno, no así los de cualquier español.

Art.27. La condición religiosa no constituirá circunstancia modificativa de la personalidad civil ni política salvo lo dispuesto en esta Constitución para el nombramiento de Presidente de la República y para ser Presidente del Consejo de Ministros. El resto de españoles sí ¿por qué?

Artículo 33. Toda persona es libre de elegir profesión. Se reconoce la libertad de industria y comercio. Los religiosos no.

Febrero del 33, va a las Cortes la ley de Congregaciones religiosas. Pide el muy republicano Osorio y Gallardo, que los frailes de San Rafael continuaran la educación de los niños subnormales y le contesta el ministro de Justicia (Albornoz): “Sería muy peligroso abrir en el proyecto una brecha”.

Pide Lerroux (masón, partidario de la ley que se votaba, ministro en el Gobierno Provisional de las República, fundador del único partido republicano serio existente antes del 31, cuando socialistas y demás le bailaban el agua al Dictador) que se de un plazo, hasta que se pudiese sustituir la enseñanza religiosa por la del Estado, para que miles de niños no se quedasen sin escuela. El ministro responde (11-5-33): “Desde el momento que se promulgue la ley será ilegal la enseñanza de las Órdenes religiosas”. Los alumnos de primera enseñanza que la recibían en centros religiosos eran 351.937, para ello se necesitaría construir 7.000 escuelas en un plazo de 4 meses. Se necesitaría crear 20 Institutos nacionales en el mismo plazo y 50 colegios subvencionados. El total de profesores de segunda enseñanza necesarios eran 510.

Había en España regentadas por religiosos. Hospitales, clínicas, etc. 522; asilos, manicomios y leproserías, 573; comedores, 158, y obras de beneficencia y caridad. Las personas atendidas y educadas eran 1.312.770. J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.II, p.121. Citado el tema en Azaña, Diarios, 1932-1933, p. XXXV. Y H. Thomas, La guerra civil española, p.97 y 126.

Nos habla muy someramente de la Ley de Defensa de la República, “Podía, así, suspender reuniones o manifestaciones, cerrar centros… (por) los actos tipificados en el… art. 1º… difundir noticias que alterasen el orden… apología del régimen monárquico… podía imponer multas, desterrar… suspender (los periódicos o cualquier medio oral o escrito) utilizados para su realización.

Nuca en la Restauración hubo una ley por la que se pudiese meter en la cárcel, sin o con sentencia judicial, a un español por hacer apología del régimen republicano.

Ésta ley permitían cerrar un periódico por tiempo indefinido: un mes, un año, un siglo, en tanto que estuviese en vigor, a capricho (CAPRICHO) del ministro de Gobernación y con un único recurso ante el mismo ministro. No se podía recurrir, en ningún caso, ante los tribunales de justicia. Naturalmente también se podían incautar las rotativas y desterrar al Sahara al director, a su santa esposa, a un vecino o a quien se le antojase al señor ministro, durante, un mes, un año o un siglo. Todo esto sin molestarse en comunicarles cual eran los motivos. Juro por mi madre que no es broma.

“viene a presentarse el general Goded (10-12-32), que anoche salió de prisiones militares... El 10 de agosto estaba tranquilamente en su casa… le detuvieron… el juez le dejó libre, según Goded a los tres días, pero el ministro de la Gobernación le ha tenido preso cuatro meses, sin decirle por qué… (me abstengo de decirle que, gracias a mí, no lo han llevado a Villa Cisneros)”. M. Azaña, Los cuadernos robados, p. 98.

La policía detiene en Madrid (13-4-32) a un individuo llamado Manuel Lahoz, con mil pesetas y una pistola, después de interrogado es entregado al juez Luis Amado, le retiene y al cumplir las setenta y dos horas reglamentarias, le procesa y deja en libertad provisional al no tener antecedentes penales. El Ministro de la Gobernación le aplica al juez la Ley de Defensa de la República, le arresta dos meses. Recurre el juez al Consejo de Ministros y le deniega el recurso el 26-4-32. La prensa gubernamental acusa a Lahoz de querer asesinar a Azaña, no hay ninguna prueba. Protesta la Unión Nacional de Abogados, el Colegio de Abogados de Madrid, la oposición pide en Congreso que no se pueda castigar ni suspender a un juez sin formación de causa. En los centros académicos, antes reductos republicanos, la protesta es notoria. El colegio de Abogados es hostil al Gobierno, la Academia de Jurisprudencia, también el Colegio Oficial de Médicos, los Ateneos de Madrid, Sevilla, Alicante, Málaga y Cuenca lo mismo. J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.I, p. 375. Azaña lo cita: OC, V.IV, p.372.

En definitiva clausuraba la Constitución, la podía violar desde el art. 1º al 125º o sea todos. Unamuno la llamaba “aparato ortopédico para que la República se mantuviese en pie”.

Azaña nos lo cuenta muy bien: 29-11-32. “Hemos acordado autorizar la reaparición del ABC (levaba tres meses cerrado, sin saber exactamente porque)… en este asunto de suspensión de periódicos... en el que tendríamos que limitarnos a decir que el ABC no sale porque no queremos que salga… mañana saldrá ABC… Luca de Tena… tenía preparado un articulo elogioso para mi”. Los cuadernos robados, Habían cerrado cientos de periódicos.

Unamuno y varios diputados más (19-2-32) viendo la persecución a los periódicos no gubernamentales, piden en la Cortes que se aplique la ley de Policía e Imprenta de 28-7-83 (Restauración). En diez meses de República había habido más cierres de periódicos que en 57 años de Restauración y Dictadura. Diario de sesiones de Las Cortes.

Pienso yo que ante una ley tan bárbara como ésta debería don Javier no disimularla y exponer en lo que no está de acuerdo con ella. Suponiendo, con muy buena voluntad y ninguna razón, que no esté de acuerdo con toda.

No eran tan injustas las leyes del franquismo.

Francisco Alamán Castro.

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El 34, no paramos, y la veraz Izquierda patria.

Voy hacer un alto en el camino y dejar los lamentables fascículos, conviene respirar para desintoxicarse.

En el Club de La Nueva España de Oviedo (5-10-9), tuve el placer de asistir a la presentación del libro de un señor de Valencia sobre la revolución del 34, nos explicó que su familia era campesina y modestísima, braceros del campo.

Fueron los tópicos de siempre, inverosímiles la mayor parte de ellos. La disculpa del libro era que tenía un tío legionario, estuvo en el 34 y había descubierto de repente unas cartas suyas.

Cartas ciertamente extrañas, hablaba de sus combates de una manera muy fina así decía más o menos, “ayer nos cubrimos de gloria en el soberbio ataque de San Lázaro”.

En el año 34, el campesinado pobre era en su totalidad prácticamente analfabeto La media de España era el 50%. H. Thomas, La guerra civil española, p.77. Creí entender que su familia era de Teruel, la provincia con más alta tasa de analfabetos de la época e inmensamente más en el campo.

Los legionarios del 34, especialmente los procedentes del campo, no se distinguían en general por su fineza literaria. Así que las cartas, al menos la que nos leyó, eran verdaderamente extrañas. Pero si el autor nos lo asegura no serían falsas. Se ha mentido tan poco sobre el 34 por parte de la izquierda que es imposible que mienta.

Nos contaba el sutil legionario que su unidad fusiló a todos los médicos y enfermeras de un hospital que ocuparon.

Noticia verdaderamente interesante, pues en el Oviedo del 34 (+-, 75.000 habitantes, un pueblín), nadie se enteró del tema. Es muy de agradecer la contribución a nuestra historia del rojillo de Valencia.

También nos dice del fiable tío legionario “cuenta en sus cartas que en Oviedo cada día fusilaban a 400 personas”. Dado que no llegaron a 1.400 los muertos (rojos y azules), incluidos los fallecidos por gripe, blenorragia, diversas enfermedades, atropellados por coches y otros vehículos, etc., quiere decir que solo pudieron estar tres días fusilando los cariñosos legionarios, porque el cuarto les faltaban 200 para completar el cupo. Y esto también fusilando a los azules, que es una cosa un poco rara, ahora dada la terrible represión y lo poco que ha mentido la izquierda sobre el 34, seguro que fue así, no es de extrañar que se les fuese un pelín la mano a los legionarios, ninguno somos perfectos y a la mejor puta se le escapa un pedo, dicho sea con perdón.

Supongo que el general López Ochoa los arrestaría muy seriamente por su falta de interés. Era una persona muy exigente.

Presentaba al autor mi admirado, él se dice historiador y lo dice convencido, don Javier Rodríguez Muñoz, encargado de estos asuntos en el muy parcial diario de Oviedo La Nueva España.

Naturalmente hablaron ambos de la terribilísima represión de la CEDA.

Les pregunto como es posible creer en esa horrorosa represión, si una vez ganadas las elecciones gracias a la tremendista, falsa y magnifica campaña del Frente Popular (FP) basada en ella, no quisieron investigar nada, repito, nada.

La derecha pide una Comisión de Investigación sobre la represión el mismo día que se inauguran Las Cortes, se opone rotundamente el FP.

Por fin y ante la insistencia tremenda de Gil Robles es aceptada (18-3-36). La presidiría Matilde de la Torre (PSOE), Dolores Ibárruri y otros dos diputados. Probar aquellos crímenes habría sido un éxito resonante para el Frente Popular, por otra parte tendría que haber miles de víctimas de la represión exigiendo las generosas reparaciones prometidas en campaña, de ser ciertos los asesinatos, saqueos y torturas masivos. No emprendió su tarea, nunca más se supo de ella”. (La Pasionaria la olvida en sus memorias). L´humanitat, 19-3-36.

Gente de la confianza íntima de Prieto asesina al líder de la oposición Calvo Sotelo. 15-7-36. Se reúne la Comisión Permanente. Para intentar disculpar el crimen Prieto, como siempre, saca a relucir la represión y aprovecha para exigir la detención de los diputados de derecha. Contesta Gil Robles: “Cuando al obrero no le dais pan… lo que hacéis es darle unos cuantos latiguillos sobre octubre… Ya es ciertamente un poco extraño que llevando estas Cortes varios meses reunidas y habiendo sido motivo principal de propaganda de los partidos del Frente Popular la exigencia de responsabilidades por la represión de octubre, no hayáis tomado todavía ninguna determinación”. (Libro de actas del Parlamento). R. de la Cierva, Media España no se resigna a morir, p.729.

Le explico que hay un documento en el Ayuntamiento de Mieres (año 36, FP), lugar según él donde fue más horrorosa a la represión, lo conoce seguro pero no le conviene ¡talla de historiar! ¡Sí señor!, donde se certifica que por la represión (ya sabemos terrible) hubo cinco muertos. Mal debían andar de muertos pues uno de los de la lista era el Pichilatu (Jesús Argüelles) vivía en Oviedo y el animal fue sometido a Consejo de Guerra y ejecutado,¡Muy bien ejecutado!

No me contesta ninguno de los dos, don Javier dice un par de memeces y tira balones fuera. Intenta cortar y dice que él no ha venido s discutir conmigo. Le contesto que yo no he discutido con nadie, solo he hecho una muy lógica pregunta y él no me la contesta, solo eso. Efectivamente la pregunta no tenía contestación seria.

Habían dicho, a la limón, que era la lucha de los pobres contra los ricos. Nunca mayor mentira que en el caso de Asturias.

Los mineros asturianos eran los obreros de España que más cobraban, tenía el resto de los obreros españoles muchas razones para levantarse, los asturianos ninguna.

Cuento un hecho real relatado por una persona nada sospechosa de franquismo.

Salió publicado en el periódico de don Javier. No se si al joven reportero que se atrevió a publicarlo lo habrán despedido, le aconsejo que estando don Javier por medio se ande con cuidadín. Don Javier es marxista de siempre y por tanto lo que le conviene al marxismo es verdad y lo que no le conviene mentira. Se tapa y si no se puede se tergiversa.

LNE. 29-8-9.
A Alfredo Mendizábal, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Oviedo, la revolución le sorprende en hotel Inglés.

Clientes burgueses hay que ejecutarlos.

Los llevan en cuatro grupos al Ayuntamiento para juzgarlos, al llegar a la altura de la fonda La Flora en la calle Fruela empiezan a fusilar a los del primer grupo, pero una bomba estalla, los verdugos escapan, Mendizábal se libra por los pelos. Logra hacer llegar un mensaje a su amigo el diputado socialista Teodomiro Menéndez, que ordena su inmunidad, con lo que queda claramente demostrado que asesinaban a los que los jefes querían. Se refugian en La Flora, acaban haciéndose amigos de sus vigilantes que han sido cambiados por comunistas, charla con ellos: “Su sorpresa fue grande cuando les dije cuál era mi sueldo de catedrático y reconocieron que como mineros ganaban más”. Este relato lo corrobora punto por punto el industrial santanderino José Buchs, compañero de hotel. ABC, Madrid, 18-10-34. Mendizábal era íntimo del rector Leopoldo Alas, se había opuesto a Primo de Rivera que le destituye y cierra la Universidad de Oviedo, Durante la guerra es destituido de su cátedra por Azaña, también por Franco. Debería se un muy buen testigo, pero seguro que a don Javier no le gusta. Sigue su doctrina y se le borra.

Finalizada la presentación don Javier dijo que los revolucionarios tenían muy serias razones para dar el golpe pues estaban seguros de que la CEDA iba a implantar el fascismo y que él los comprendía. En ningún momento condenó el golpe. Con el Alzamiento no pierde ocasión de hacerlo. El Alzamiento fue exactamente lo mismo, pero tenía una muy excelente disculpa. No habían sido los primeros. Cuando yo era chaval en el Loyola, los curas lo tenían muy en cuenta para las peleas entre guajes.

Da la viva impresión que a nuestro historiador nada le importan los golpes antidemocráticos y por tanto la democracia, los aplaude si los dan los suyos y los condena si los dan los demás. Nunca agradeceremos a Dios lo suficiente que el golpe de de don Javier fracasase. La disculpa no puede ser más estupida, todo el que da un golpe lo hace porque piensa que su enemigo va a hacer algo que a él no le gusta, no me diga don Javier que usted se cree esa historia. No es que yo tenga un alto concepto de su sabiduría, imparcialidad y sinceridad, pero si se cree eso el citado concepto bajaría al suelo, eso siendo muy generoso.

De todas maneras era mentira. Había dicho Largo Caballero muy poco antes de la preparación del golpe, 15-6-33, discurso en la OIT señalando la imposibilidad del fascismo: “en España, afortunadamente, no hay peligro de que se produzca ese nacionalismo exasperado... No hay un Ejército desmovilizado... No hay millones de parados que oscilen entre la revolución socialista y el ultra nacionalismo... no hay nacionalismo expansivo, ni militarismo. No hay líderes”. A de Blas, El socialismo radical en la II República, p.118.

En plena preparación del golpe decía otra vez en el mismo sitio (14-6-34): “No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad, dictadura por dictadura, si el problema se planteara en estos términos, sabríamos imponer la nuestra” (La única pega, no para Largo ni para don Javier, es que nadie había dicho ni intentado establecer una dictadura.

No así los socialistas que venían de una estrecha y entusiasta participación en la Dictadura de Primo, que lo decían siempre que tenían ocasión y mucho más desde que perdieron las elecciones por goleada (derecha, 235 diputados; izquierda, 95). M. Martínez Aguiar, ¿a dónde va el Estado español? Rebelión socialista y separatista de 1934, editorial de la revista <>, p.135.

Remataba la jugada el que había sido casi hijo putativo, heredero y sucesor de Pablo Iglesias, Besteiro: 13-12-33 (no había pasado un mes de la perdida de las elecciones), Comité Nacional de la UGT, “en España… el Estado totalitario socialista... era absurdo, imposible... un camino de locuras”. A. del Rosal (preparador material del golpe por orden de Largo), 1934, El movimiento revolucionario de octubre, p.122.

Saborit, mano derecha de Besteiro en presencia de éste, afirmó: “Nos ha asombrado un poco el empuje de las derechas... pero de ahí a suponer que hay una preparación en España del fascismo para acabar con la legislación social, para hundir a la Unión y al Partido… lo que niego... es un fascismo preparado para asaltar el Poder… No se trataba de defender la República, sino de conquistar el poder político… al mes siguiente de haberse verificado las segundas elecciones legislativas del nuevo régimen. ¿Era serio todo esto?.”. A. del Rosal, 1934, El movimiento revolucionario de octubre, p.42. 50. Saborit, Julián Besteiro, p.246.

Besteiro le dice a Prieto: “Vais a llegar al poder, si llegáis, empapados y tintos en sangre… total para nada, porque luego vendría otra cruel guerra fratricida con los comunistas, sindicalistas y anarquistas… Por ese camino de locuras decimos a la clase trabajadora que se la lleva al desastre, a la ruina, y en último caso se la lleva al deshonor, porque una clase obrera que se deja embaucar de esa manera, acaba por deshonrarse”. G. Mario de Coca, líder socialista, Anti-Caballero, p.147. Se cumplió en todo la profecía del defenestrado Besteiro.

Me corta, no me deja seguir, él tiene micrófono y yo no, le grito que estoy muy entrenado con la CENSURA de La Nueva España, que nunca me permite contestarle a ninguna de las muchas barbaridades que escribe.

Farfulla algo y acaba el agradable coloquio.

Ya escrito esto leo en La Nueva España de hoy (7-10-9) a don Javier.

¡Es inmenso! No acaba de decir una mamarrachada y ya está con otra.

Nos cuenta, ¡lo juro por mi madre!: “Desde ella (torre de la catedral) dominaban (los guardias) buena parte de Oviedo, y los disparos de los guardias causaron bastantes bajas a los revolucionarios. A partir de ese momento, la Catedral dejó de ser un edificio neutral y se convirtió en objetivo militar. Se suele condenar, con toda la razón, los atentados revolucionarios en el entorno de la Catedral, entre los que llegaron a dinamitar la Cámara Santa. No cabe ninguna disculpa. Pero igualmente censurable es el abuso cometido por las fuerza gubernamentales al apoderarse violentamente de la Catedral y utilizarla como lugar privilegiado, aunque fuera en defensa de la legalidad republicana. ¿Se puede decir mayor sandez? ¿Tendrían que no haberla ocupado? Así, como los buenos milicianos tampoco la ocuparían, parece pensar don Javier, no habría problema artístico ninguno.

La torre era una importantísima y fundamental posición defensiva, era obligado ocuparla y de locos no hacerlo. Supongo que esto lo escribiría después de algunas copas, antes ni siquiera a usted le creo capaz de hacerlo.

Se les censura a los rebeldes, no que no volasen la torre evidente objetivo militar.

Se les censura con toda razón que volasen la Cámara Santa, la parte más alejada y más aislada de la torre, donde nadie había y sin ningún (NINGUNO) valor militar. Pues, ni poniendo diez veces más carga la torre hubiese sufrido nada. Solo caería si le fuesen adosadas las cargas, no hacía falta demasiada dinamita, la única pega es que para eso había que acercarse y los perfidos guardias no les dejaban.

Se les censura también el incendio de la valiosa sillería, la tercera más antigua de España, absolutamente alejada de la torre y sin ninguna posibilidad que el pequeño incendio pudiese afectarle, y todos los demás terribles, estúpidos e innecesarios destrozos: Universidad, Palacio Arzobispal, Bibliotecas varias y muy valiosas, valiosísimas e irrepetibles algunas.

Aconsejo a don Javier que visite nuestra catedral, es una joya que merece la pena aunque el visitante sea ateo. ¡Ande anímese! Ya verá como le presta.

Podrá comprobar, aunque le pese, que lo que digo es absoluta verdad.

Los guardias de Asalto quemaron el Campoamor, una pena, pero era que desde allí los rebeldes los achicharraban a tiros. Estuvo muy bien quemado.

Ya sabemos del aprecio, artístico o no, que cada uno tenemos a nuestro pellejo.

Leyendo a don Javier, me viene a la memoria el informe pericial sobre su maestro, creador de la lamentable y sectaria escuela histórica de nuestra Universidad, el catedrático don David Ruiz, que con toda justicia, o más aun, se le puede aplica a don Javier. La Nueva España de 11-3-86, p.42.

Requerido por el Juzgado nº 1 de Avilés al Secretario Perpetuo de la Real Academia de la Historia Excmo. Sr. don Dalmiro de Válgoma y Díaz-Varela, que dice:”esta Real Academia de la Historia, habiendo examinado la obra de don David Ruiz González... opina cuanto sigue... responde a determinados planteamientos ideológicos, aplicados a la sociedad asturiana durante las centurias XIX y XX. Por tal motivo, ahí se intenta acentuar el papel desempeñado por cuanto el autor denomina determinada “clase”, en las luchas sociales que tuvieron lugar en Asturias durante el periodo que se considera. El propio autor considera en su exposición conceptos referentes a lo que podríamos llamar “conjunto de contornos borrosos”. De aquí que el dictado de su trabajo mencionado sea la yuxtaposición de afirmaciones adjetivadas, sin que respondan a la correspondiente comprobación empírica, según las exigencias ideológicas del autor, por respetables que puedan ser, y no a la compleja realidad socio-económica, política y cultural que pretende analizar. Dado el planteamiento y los resultados obtenidos, no parece al caso enumerar la reiterada acumulación de errores en fechas; lugares y situaciones de la realidad que considera, por lo que se impone concluir que dicho libro no desarrolla científicamente, objetiva y cumplidamente, conforme a las reglas del Arte, el objeto de estudio consumado en él”.

(AMÉN).

Francisco Alamán Castro.

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