viernes, 30 de octubre de 2009

AUTOENGAÑO










ARTISTAS PROGRES VAN DE LA MANO CON LOS SINDICATOS.
Actualizado Viernes , 30-10-09 a las 17 : 03

Cerca de 300 escritores, actores y cineastas han firmado un manifiesto que, bajo el título «Otra política y otros valores para salir de la crisis», supone, en palabras del poeta Luis García Montero, un "grito" para reclamar a la clase política que "recupere la imaginación progresista" y haga frente a la situación económica "vertebrando el tejido social y democrático" y eliminando la corrupción de los partidos.


García Montero fue el maestro de ceremonias del acto de presentación del manifiesto, junto a personalidades del mundo de la cultura como los actores Juan Diego Botto y Juan Diego, los cantantes Miguel Ríos y Joaquín Sabina o la escritora Almudena Grandes. Tras su lectura, Ríos y Grandes hicieron entrega de este documento a los secretarios generales de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, y UGT, Cándido Méndez.
Juan Diego Botto, Juan Diego, Miguel Ríos, Joaquín Sabina o Almudena Grandes estuvieron presentes Para los firmantes del manifiesto, es necesario establecer un diálogo entre las fuerzas del Trabajo y de la Cultura para clamar contra la respuesta de la política ante la crisis, "que se aparta de la realidad", ante lo que reclaman la puesta en marcha de "políticas de izquierda".
"Esta crisis es sobre todo de política", aseveró García Montero ante un auditorio en el que también estaban presentes el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara y el diputado en el Congreso de esta formación, Gaspar Llamazares.
«Los partidos de mercado desacreditan la política»
El poeta granadino no hizo ninguna mención explícita en su discurso a las actuaciones desarrolladas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero sí animó a "luchar tajantemente contra la corrupción". Así, el manifiesto arremete contra los "partidos del mercado", a los que acusa de "desacreditar el ejercicio de la política" al abogar por la "limitación" del Estado.

"La política no debe confundirse con la corrupción, el sectarismo y la humillación cómplice ante los poderes económicos", prosigue el documento, que afirma que "palabras como diálogo, compromiso conciencia, entrega legalidad y público están mucho más cerca de la verdadera política que otros (...) como corrupción, paraíso fiscal, dinero negro, beneficio, soborno opacidad y escándalo".

«Que el Gobierno regule los mercados»
Asimismo, alerta de que la respuesta a esta crisis, que considera "económica, cultural y ecosistémica", no puede afrontarse con diagnósticos "interesados en perpetuar el modelo neoliberal y sus recetas financieras". Así, una respuesta progresista a esta situación supone devolverle la autoridad a los espacios públicos y a los representante de los ciudadanos "para que regulen en nombre del interés común las estrategias del mercado".

Los firmante pidieron «salarios dignos y suficientes», y la eliminación de paraísos fiscales y los privilegios para los millonariosPor ello, los firmantes del manifiesto abogan por luchar contra las manifestaciones de la desigualdad, tanto a nivel laboral, "con salarios dignos y suficientes", como a nivel fiscal, "con reformas que garanticen la equidad, la solidaridad fiscal, sin paraísos ni privilegios para millonarios y la mayor contribución de los que más tienen".
Por otro lado, abogan por un modelo productivo basado en la educación, investigación y cualificación laboral.

También por "consolidar" las políticas de igualdad e impulsando medidas específicas "para evitar que las mujeres se vean relegadas", así como los derechos de los trabajadores inmigrantes.

"Frente a las soledad social, la pobreza y el egoísmo, una respuesta progresista supone apostar por los valores culturales de la solidaridad, que no son ideales utópicos trasnochados, sino la mejor muestra de la dignidad cívica de los sentimientos humanos", concluye el manifiesto.
Tras la entrega del manifiesto a los líderes sindicales, Toxo y Méndez tomaron la palabra, agradeciendo a los autores de esta iniciativa que hayan hecho público este manifiesto, que coincide básicamente con los planteamientos de CC.OO. y UGT.

Los sindicatos agradecieron el manifiesto, que aseguraron «va a suponer un acicate e impulso» a sus reivindicaciones Méndez señaló que, pese a que el soporte de los sindicatos es el apoyo de los trabajadores, estas organizaciones también necesitan de apoyos públicos como el recibido hoy en este acto. Toxo, por su parte, afirmó que este manifiesto "va a suponer un acicate y un impulso" al compromiso de las organizaciones sindicales de defender una salida progresista a la crisis.

El dirigente de CC.OO. invitó además a los firmantes de este manifiesto a participar en la "gran movilización general" que están preparando ambos sindicatos para el día 12 de diciembre en Madrid, y en la que, según Toxo, cientos de miles de trabajadores españoles darán un "aldabonazo en las conciencias" para reclamar una transformación del modelo económico "en clave de progreso".

Su colega de UGT precisó que "la manifestación será el día 12, a las 12.00 horas, del mes 12 y por 12 razones", aunque no quiso entrar en mucho detalle.
Lo que sí dijo Méndez es que en este acto los sindicatos reafirmarán sus propuestas para salir de la crisis, que pasan, dijo, por la solidaridad, el trabajo con derechos, y por repensar la vida y las caraterísticas de las empresas españolas, "que son poco productivas y generan poco empleo.(EP/Madrid/ABC)
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¿IGNORANTES O CARADURAS?
Simplezas, lugares comunes y algunas idioteces jalonan esta solidaria reunión de artistas progres y sindicalistas. Ni aprenden, ni aprenderán. No les interesa. Siguen y seguirán con sus consignas trasnochadas. Seguirán exigiendo subvenciones. Seguirán admirando a los dictadores 'de izquierdas'. Seguirán repitiendo que otro mundo es posible sin pensar que, el que dicen admirar, es mucho peor.
Recordemos la película 'La vida de los otros' y ese otro mundo posible. El paraíso comunista lleno de miserias, económicas y morales. Pobreza, sufrimiento, muerte de la libertad.
Ya no tienen edad para decir estas cosas. Dan vergüenza.
Sebastián Urbina.
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EL NEOLIBERALISMO QUE NOS INVADE.
El catedrático de Sociología, Ignacio Sotelo, dice en El País: ‘uno no sale de suasombro al comprobar que el PP, proponiendo más de lo mismo, no hayalogrado desprenderse ni un ápice del neoliberalismo que nos ha llevadoal desastre... el PP sigue confiando en el mercado sin plantearsiquiera la cuestión clave, qué política económica habría que poner enmarcha para cambiar el modelo productivo’. Veamos más de cerca estos ‘asombros’.

Guy Sorman dice que la URSS se desmoronó porque el sistema económico socialista no era viable. Desde entonces, solamente hay una economía, la economía de mercado, la economía liberal. No hay alternativa. Al menos de momento.

Hoy está reconocido que la política económica (New Deal) de Roosvelt en los años treinta, agravó la crisis. Hizo lo que tanto gusta a la izquierda, intervenir. Ayudó a las empresas con problemas, las empresas improductivas recibieron dinero público, lo que dificultó la competencia y la innovación, retrasando la recuperación. Salvando las distancias, en la crisis económica mundial de 1973 se siguió con las medidas keynesianas intervencionistas. Pero tampoco funcionaron.

Johan Norberg dice que la creciente prosperidad del planeta se debe al capitalismo. Un estudio acerca de la política comercial de 117 países entre 1970 y 1989 demuestra que con políticas librecambistas el crecimiento era entres tres y seis veces superior al de los Estados proteccionistas.

Xavier Sala nos dice que la historia nos da ejemplos de la superioridad de las economías de libre mercado sobre las economías planificadas. Es el caso de Alemania Federal frente a la llamada República Democrática Alemana, o el de Corea del Sur, con una renta catorce veces superior a la de Corea del Norte. O Hong Kong, Singapur, Taiwán y un largo etcétera.

Carlos Rodríguez Braun dice que la percepción exclusivamente asignativa del mercado (como asignador de recursos) oculta su eficacia fundamental en el descubrimiento de recursos, el intercambio y la creación de riqueza. O sea, los menos favorecidos tienen en el mercado una buena oportunidad para dejar de serlo. Aunque la llamada cultura del subsidio proclama lo contrario. Hablando de subsidios, recordemos que algunos grupos de presión (los buscadores de rentas) tratan de identificar sus particulares intereses (que pagamos todos) con el interés general.

¿Y qué sucede con el origen de la crisis económica actual que, según Ignacio Sotelo, es responsabilidad del neoliberalismo?

Según parece, tanto la administración Clinton como la administración Bush presionaron a Fannie Mae y Freddie Mac (entidades esponsorizadaspor el gobierno) para que expandieran sus créditos a familias de renta baja, aunque esto supusiera entrar en el mercado subprime, el de las famosas hipotecas. Como dice Juan Ramón Rallo, después del 11 de Septiembre, la Reserva Federal de EEUU comenzó a inflar la oferta crediticia para tratar de impedir una crisis económica. Los bajos tipos de interés, que llegaron a situarse en el 1% durante 2003, favorecieron que los bancos comerciales y otros agentes financieros tuvieran tanto numerario como para prestar incluso a individuos de escasa reputación y solvencia (subprime).

Milton Friedman recordaba que F. Hayek tenía razón al insistir en que las causas de la crisis, el paro, la inflación y la depresión debían ser rastreadas en los sistemas públicos intervencionistas y no en el mercado libre... Uno de sus mayores aciertos fue advertirnos contra la tentación de buscar fundamentalmente el atajo político en la lucha por la libertad. Atajo estéril y peligroso porque, como muy bien escribió, ese es el mundo de los socialistas de todos los partidos. Pues bien, el ‘socialismo de todos los partidos’, el intervencionismo, es una enfermedad que también afectó a la Administración Bush y Carter. No sólo a la de Clinton. Ahí estaría el origen de la crisis y no en el neoliberalismo.

Ignacio Sotelo critica al PP que siga creyendo en el mercado. Esto nos empuja a la siguiente pregunta. ¿Y si no confiamos en el mercado, en qué? A menos que confiemos en la bondad natural de las personas para organizar la economía, tendremos que apelar al Estado. Es típico de la izquierda. Una tramposa manera de afrontar el problema es la de comparar una realidad (la economía de mercado actual) con una idealidad (una sociedad utópica de izquierdas). Por supuesto, siempre gana la idealidad. Sin embargo, para no hacer trampas hay que bajar de la nube y comparar dos realidades. ¿Cuál es el modelo productivo alternativo a la economía de mercado? No lo hay.

La visión de la izquierda y de Sotelo, es la de un capitalismo ‘salvaje’ (el capitalismo siempre es ‘salvaje’; en otro caso, no es capitalismo) que nos lleva al desastre y que sólo el socialismo ‘civilizado’ (el socialismo siempre es civilizado; en otro caso, no es socialismo) nos lleva a la felicidad colectiva. Pero hay que rechazar esta simplona visión izquierdista, así como la propuesta, explícita o implícita, de más Estado. Se han dado cuenta, incluso en Suecia, el modelo a imitar por todos los socialdemócratas del mundo. Han tenido que adelgazar el llamado Estado del Bienestar para que pueda subsistir. Por no hablar del fracaso del ‘socialismo realmente existente’.

En fin, a la izquierda y a Sotelo les encanta lo público, que supone coacción. ¿Cómo? ¿Por qué coacción? Una vez que nos hemos desprendido de la idea de una posible y deseable ‘moral cálida’, propia de las sociedades primitivas, se entiende con claridad que, en nuestras sociedades extensas, aplicar esta moral cálida implica utilizar la coacción. ¿Por qué? Porque los fuertes lazos solidarios, propios de las sociedades tribales, no existen en las sociedades extensas actuales, salvo en la familia y la amistad íntima. Y claro, hay que imponer por decreto ‘la moral cálida’, la bondad, la solidaridad.

Frente a la visión constructivista y diseñadora de la izquierda, hay que recordar que el mercado, el dinero o el lenguaje, por ejemplo, son subproductos. Es decir, son órdenes espontáneos. Y lo mejor que pueden hacer los izquierdistas (y asimilados) es no meter las manos. Una vez más, la izquierda incurre en La fatal arrogancia. Como nos dice F. Hayek, un grupo de hombres inteligentes cree que pueden diseñar una economía o una sociedad mejor de lo que lo harían las aparentemente caóticas interacciones de millones de individuos.

¿Es que acaso el capitalismo no necesita el Estado de Derecho? El mejor capitalismo (ya que el capitalismo puede subsistir sin democracia) es el que se apoya en instituciones democráticas que garantizan la propiedad privada, la seguridad jurídica y los derechos individuales. Pero no se trata de más gobierno o de más Estado. Al contrario, se trata de gobiernos más pequeños, eficaces y controlados. O sea, confianza en la sociedad civil, en el individuo y su libertad, más que en Papá-Estado y sus burócratas.

Sebastián Urbina.















4 comentarios:

María dijo...

No me quito el sombrero porque no llevo. Y mire que me gusta la poesía de García Montero...Seguro que la cita es incorrecta, porque no la recuerdo de forma literal, pero en esencia estoy totalmente de acuerdo con José Antonio Marina: "Una sociedad que priorice la igualdad por encima de la libertad, acabará por no tener ninguna de las dos cosas"

Sebastián Urbina dijo...

Reconozco que no la he entendido. Lo del sombrero y la poesía de García Montero. La cita que comenta al final es de Milton Friedman.

María dijo...

Suele pasarme. Perdón por los errores de expresión. No me quito el sombrero porque no llevo ante el razonamiento acerca de la economía de mercado. A eso me refería con la cita (que no sé por qué juraría haber leído en un libro de Marina, tal vez él la recogiera). Me parece que ha dado usted en el clavo.
Y respecto a lo de García Montero, quería decir que es una pena que luego diga según qué cosas, con lo que me gusta su poesía.

Sebastián Urbina dijo...

No hay nada que perdonar, María. Gracias por enviar comentarios interesantes.