jueves, 10 de diciembre de 2009

REVOLUCIÓN DEL 34

Revolución del 34 ( X X)

Fascículo 8, p. 113-128. Escuelas.

Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo.

Los paréntesis siempre son míos.

Y ya entra don Javier en la mentira más sobada y enorme que se cuenta de la República.- LAS ESCUELAS DE AZAÑA.

Dice: “uno de los mayores logros de esta primera etapa republicana” ¡Toma ya!

Emprenden la tan cacareada revolución cultural. Para realizar tan ingente labor pone Azaña al frente del Ministerio de Instrucción Pública, a ínclito Marcelino Domingo ideal para tan dificultosa tarea, el mismo Azaña nos cuenta de su enorme capacidad:

“Domingo… no sirven para nada… Domingo, no tiene la menor idea del problema de la instrucción pública en España”. M. Azaña, OC, V.IV, p. 61.

Domingo quiere seguir en Instrucción Pública. “Yo me mantengo firme. No puede continuar en aquel ministerio el desbarajuste actual”. M. Azaña, OC, V.IV, p.273.

“Domingo (13-12-31, para entonces ya debían estar hechas 7.000 escuelas, lo dice don Javier)… haciéndole ver que las necesidades del presupuesto no consienten realizar sus planes”. M. Azaña, OC, V.IV, p.273.

“un propósito de Domingo… que lo retrata… Así es Domingo: ante la dificultad, salir huyendo; no dirigir, no gobernar; mantenerse al capricho de lo fácil, es decir de la inutilidad, del fracaso”. M. Azaña, OC, V.IV, p.437.

“Marcelino Domingo de Instrucción donde no puede continuar”. Alcalá-Zamora, p.335. Como se ve era la admiración de propios y extraños

Citas similares dicen del señor Domingo a decenas o a cientos, no las he contado muy bien: Azaña, El Presidente de la República y quien le conoció un poco.

Ante su obra perfecta le sustituye el más torpe aun, Fernando de los Ríos (16-12-31), que venía de haber machacado la desastrosa Reforma Agraria.

Hace un decreto de funcionarios para reducir gastos “Resulta que Fernando de los Ríos, al tratar de aplicarlo en su departamento, ha hecho tal plan que aumenta los gastos en 90.000 pesetas… para ese viaje”. M. Azaña, OC, V.IV, p. 213.

“Fernando había procedido como tonto que es, y que quizá no era todo tontería, sino maldad”. M. Azaña, OC, V.IV, p. 355.

“Los proyectos financieros que lleva Fernando para la construcción de escuelas, no están bien”. M. Azaña, OC, V.IV, p. 378.

De los Ríos, se quejaba de las rigurosas podas en su presupuesto: “De un hachazo le quitamos veinte millones, y de otro hachazo, veintiuno”. Es imposible subir el sueldo de los maestros (se acuerdan que don Javier decía que se los habían subido, ¡y mucho!).” J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.II, p.56.

“Me he opuesto… a las ilusiones de don Fernando, que echarían sobre el próximo presupuesto de Instrucción Pública una sobrecarga de cien millones”. M. Azaña, OC, V.IV, p.492.

Creo que no hay que explicar el porque del no funcionamiento de la Instrucción Publica en nuestra triste II República. Con dos torpes ministros y los pobres sin presupuesto (así al menos nos lo asegura Azaña). ¿Cómo iba a salir la enseñanza?

No tenía más remedio que salir como salió. “Manque” le pese a nuestro ilustre historiador, que todos sabemos que se “pirria” por la verdad.

Observando la capacidad de los ministros y el concepto que de ellos tenía, No parece que Azaña estuviese muy preocupado por la calidad de la enseñanza de los niños. Dentro de su jacobinismo cerril, la educación de los niños era algo prescindible, y perfectamente sacrificable a la idea principal. Que despareciese la Iglesia de la vida española.

Una pincelada de don Fernando (PSOE): En Casa Viejas (Cádiz, 11-1-33) hay un levantamiento anarquista.

“Fernando de los Ríos me dice que lo ocurrido en Casas Viejas es muy necesario, dada la situación del campo andaluz y los antecedentes anarquistas de la provincia de Cádiz”. M. Azaña, Memorias Políticas, p.136,139,140-1.

Los anarquistas del pueblo habían asesinado a un guardia de Asalto, como venganza los de asalto mataron a seis hombres, una mujer y un niño en un tiroteo. Posteriormente asesinaron a 14 campesinos prisioneros que nada tenían que ver en el asunto.

Veinte (20) días después lo explica magníficamente Azaña en el Congreso: “En Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos, sino lo que tenía que ocurrir”. M. Azaña, OC, V.IV, p. 535.

Cuando el señor Azaña se fue, después de perder las elecciones (19-11-33) por goleada. Sí las hubiese ganado o durado un mes más:

Habría menos escuelas en España que cuando llegó (14-4-31).

Menos y peores maestros.

Menos centros de enseñanza media.

Había menos Universidades. Se cerró la única Facultad de Economía que existía en el país, Deusto, porque era de los jesuitas.

Menos bibliotecas. Recuérdese la quema (11-5-31) de la de los jesuitas en la calle de la Flor (Madrid), la biblioteca religiosa más importante del mundo después de la del Vaticano, quemada con el beneplácito de Azaña y su oposición a que se apagase el incendio. Hubo numerosas quemadas en el resto de España. Maura, Así cayó Alfonso XIII, p.251. D. Martínez Barrio, Memorias, p.37.

Llegó la noticia que la chusma estaba quemando un convento en la calle e la Flor, el capitán de Asalto Arturo Menéndez, muy afecto a Azaña, había prevenido a Maura (ministro de Gobernación) que se pensaba quemar iglesias. Azaña comentó que si lo hacían sería un caso de “justicia inmanente”. Maura, Así cayó Alfonso XIII, p.249.

Ley de congregaciones art. 31 (3-5-33): “La Órdenes religiosas no podrán dedicarse al ejercicio de la enseñanza… la Inspección del Estado cuidará de que… no puedan crear o sostener colegios de enseñanza privada directamente, ni valiéndose de persona seglar interpuesta”.

Piden los radicales que se de un plazo, hasta que se pudiese sustituir la enseñanza religiosa por la del Estado, para que miles de niños no se quedasen sin escuela. El Ministro de Justicia, nuestro paisano Álvaro de Albornoz, tan admirado de don Javier, responde (11-5-33): “Desde el momento que se promulgue la ley será ilegal la enseñanza de las Órdenes religiosas” (antes de terminar el 1933). Los alumnos de primera enseñanza que la recibían en centros religiosos eran 351.937, para ello se necesitaría construir 7.000 escuelas en un plazo de 4 meses, suponía un gasto de 40 millones de pesetas. Los religiosos enseñaban a 17.098 alumnos en la segunda enseñanza. Se necesitaría crear 20 Institutos Nacionales en el mismo plazo y 50 colegios subvencionados. El total de profesores de segunda enseñanza necesarios eran 510, el ministro promete formarlos en pocos meses haciendo cursillos intensivos. Esta enseñanza costaría 6.200.000 pts.

Opinaba H. Thomas: “Habría sido más prudente retrasar la disolución… hasta que los colegios… pudieran se sustituidos por establecimientos laicos de calidad comparable… estas órdenes habían creado las mejores instituciones de enseñanza del país… incluso los periódicos liberales reprobaron esta medidas… los católicos se veían obligados a oponerse a la Constitución… si deseaban criticar su política… de enseñanza”. La guerra civil española, p.98.

“don Niceto (Presidente de la República, 11-5-33)… cree imposible que se pueda sustituir en enero toda la enseñanza primaria y teme el espectáculo de las escuelas de frailes sin que los niños tengan a donde ir… la ley de Congregaciones… no da recursos ni medios para cumplir su precepto final… Fernando (ministro de Instrucción) ha hecho un discurso… demostrando que la sustitución de la segunda enseñanza puede hacerse en octubre, y que de la primera enseñanza de los frailes podrá prescindirse en enero. Cuadro demasiado optimista en el que ha faltado acentuar lo costoso de la operación. M. Azaña, OC, V.IV, p.518,520.

Otro antifranquista, ¡Mira por donde! “La reforma de la instrucción pública, había creado 3.600 escuelas, pero se habían perdido 3.900 de la Iglesia. Se improvisaron (durante el verano en un campamento del Ejército en el Escorial) miles de maestros más politizados que expertos (*), que de ningún modo compensaban la calidad y cantidad de los religiosos”. S. Payne, La primera democracia española, p.112. (*) Estos miles de maestro improvisados, prácticamente en puras pelotas de conocimientos, recuerdan mucho a los 800.000 funcionarios, que con el carné en la boca, y al grito de ¡Felipe colócanos a todos!, metió el PSOE en el 82.

Francisco Alamán Castro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuanto más leo sobre la Historia del primer tercio de nuestro Siglo XX, más vergüenza me da....