miércoles, 17 de febrero de 2010

ASESINOS HOMENAJEADOS.

por Jesús Flores Thies
Coronel de Artillería-retirado

MARCOS ANA

Hasta hace poco tiempo, este personaje era un perfecto desconocido para la inmensa mayoría de los españoles. Ni siquiera muchos de los de su cuerda habían oído hablar de él. Lo cual, no quiere decir que de vez en cuando alguien lo sacara a la luz, pero ésta parecía dañar a la débil epidermis del personaje y poco después desaparecía en las sombras (hace bastantes años lo hizo Jesús Quintero, ya se sabe, “el Loco de la Colina”, en uno de sus pringosos programas radiofónicos). Pero la progresía más rencorosa y miserable, apoyada por instituciones políticas, también rencorosas y miserables, han decidido acabar con este estado de cosas, y en la “gran tenida” se ha decidido elevar al llamado Sebastián Fernando Macarro del Castillo, alias “Marcos Ana”, a la cumbre de la gloria democrática.

Además de “víctima de las cárceles franquistas” y “comunista luchador por la libertad”, este individuo, como Dios no lo remedie, será “Premio Príncipe de Asturias”, como lo piden centenares de asociaciones, partidos políticos y ayuntamientos. No hay más que pasearse por Internet para darse cuenta del barullo que alguien ha decidido levantar. Es como si los sectarios, hasta ahora prudentes, hayan “roto aguas”, y ya ni les importa que la personalidad de Marcos Ana salga a la luz, ellos son los amos de los medios de comunicación y pueden manipularlos a su antojo. Si algunos les restregamos la biografía siniestra de su admirado vate, con considerarnos “fascistas irredentos”, se acaban las discusiones.

Y alguno, harto de preámbulos, dirá: ¿y quién diablos es este Marcos Ana? Vamos a transcribir lo que LA VANGUARDIA de Barcelona (¿qué dirá hoy?) publicaba el 12 de agosto de 1963 (hemerotecas…) sobre un homenaje que se le hacía en Montevideo a este personaje. Hay que leerlo despacio y sin dejar una línea.

UN PASADO SINIESTRO

Sebastián Fernando Macarro del Castillo, a quien la propaganda comunista ha pretendido convertir en poeta con el ambiguo nombre de «Marcos Ana», no es otra cosa que un vulgar asesino. Sus crímenes aún se recuerdan con horror -por el sadismo con que fueron cometidos- en Alcalá de Henares, principal escenario de sus fechorías.

La frialdad con que asesinaba el entonces imberbe militante del partido comunista produce aún en las personas que le conocieron un sentimiento de, viva repugnancia, que contrasta con el «rédito con que parece contar en determinados sectores del extranjero el individuo en cuestión «Marcos Ana» asesinó por su propia mano, de un disparo en la nuca, al sacerdote don Marcial Plaza Delgado, en la tarde del 23 de julio de 1936.

El sacrílego asesinato fue cometido en presencia de la madre y otros familiares del sacerdote. Pocos instantes después, mientras la víctima era atendida, aunque infructuosamente, por su madre y por uno de sus primos, “Marcos Ana» asesinaba, -también con el frío estilo soviético del tiro en la nuca- a don José Plaza Torres, padre del sacerdote a quien había asesinado minutos antes. Dos días antes, es decir el 21 de julio de 1936, el ahora agasajado “poeta” había asesinado a don Augusto Rosado Fernández, a quien había sacado de su domicilio con el pretexto de que debía prestar una declaración sin importancia. El crimen fue cometido también personalmente por «Marcos Ana» en el lugar conocido por «la tierra de los ahorcados», exactamente donde ahora se alza la fábrica «Boca» de Alcalá de Henares. También se le considera responsable de las muertes de don Francisco Mirón y de don Faustino Plaza.

Según el testimonio de las personas que tuvieron que soportar su criminal actividad en Alcalá de Henares, persona que detenía el ahora llamado «Marcos Ana» era asesinada en el acto, o poco después aparecía su cadáver ensangrentado en el cementerio de la localidad o en sus inmediaciones.

Con independencia de estos crímenes, «Marcos Ana» saqueó a mansalva edificios religiosos y domicilios particulares, lucrándose personalmente de los botines que obtenía.

Todos estos crímenes hubieran merecido en cualquier país la más rigurosa aplicación de la justicia. Pero «Marcos Ana» pudo beneficiarse de la suavidad del sistema que ahora ataca y fue puesto en libertad en 1961. Arropado por la fabulosa capacidad publicitaria del comunismo internacional, el criminal de Alcalá de Henares pretende ahora presentarse ante la opinión pública internacional como un manso poeta, que ha sufrido los rigores de las cárceles españolas. (Blog Librepensador)

EFE

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LOS HÉRORES DE LOS NEOCHEKISTAS Y LA ABYECIÓN DEL PPOE. Pío Moa.


Cuenta Aquilino Duque en su blog vinamarina:

Por entonces se conmemoró el medio siglo del nacimiento de Miguel Hernández, y en los versos que le dediqué, me dejé llevar por la retórica al uso y hablé de "la hermosa libertad por que diste la vida". El maestro Luis Rosales leyó el poema, lo rumió bien y me dijo que la libertad por la que dio la vida Miguel era la libertad de que entonces se disfrutaba en Rusia.

Cierto que no dio su vida por ninguna libertad, pero también era mucho más un engañado que un engañador, es decir, no tuvo nada de trolero subvencionado como los que ahora proliferan por el país.

Así, leo en La Voz de Asturias (pobre Asturias si sólo tuviera esa voz) un reportaje hagiográfico sobre un acto de homenaje a Cristino García, un miembro del maquis, que vino a España a tratar de reavivar la guerra civil cuando todo parecía propicio, al terminar la guerra mundial. García había sido un héroe de la resistencia francesa, pero era también un stalinista y como los demás, muy dispuesto a asesinar cuanto creyeran necesario para alcanzar su "paraíso". En España tuvo menos suerte que frente a los alemanes, fue capturado y fusilado, a pesar de la enorme campaña que en su favor, y desvirtuando lo que era el maquis, le dedicaron no solo los comunistas –nada mejor que los nazis– de toda Europa, sino también los gobiernos más o menos progresistas. En Años de hierro cuento algo de ello. Una frase antológica del reportaje mencionado lo resume todo: "La trayectoria del guerrillero comunista es un ejemplo a seguir por quienes defienden la libertad". La libertad a la stalinista, ya se entiende. El homenaje lo cerró el jefazo de la Federación Socialista Asturiana, Javier Fernández, quien aseguró que "el olvido es malo", y en eso tiene toda la razón. Es preciso recordar para no volver a caer en manos de engañadores profesionales como este Fernández o La Voz de Asturias (¡qué pretensiones!).

Significativo que fuera el jefe socialista quien hiciese este trabajito de "memoria histórica", cuando el PSOE se mantuvo por completo ajeno al maquis y a lo que representaba entonces el Partido Comunista, contra el cual vomitaba Prieto mil improperios después de su experiencia en la guerra civil (y de haber birlado a Negrín el tesoro del Vita, robado a su vez a los españoles). ¡El olvido es malo, señor Fernández, y debiera recordar usted estas cosas! Y durante el franquismo, el PSOE no hizo prácticamente nada reseñable, pero uno de los jefes principales de la UGT, a quien se llamó "el amo de Asturias" durante años después de la transición, José Ángel Fernández Villa, fue, según el documentado libro de Gómez Fouz Clandestinos, confidente de la policía de Franco. Cuando el libro se publicó, Fernández amenazó a Gómez Fouz con una querella, que por supuesto no interpuso. Conviene recordar que diversos líderes socialistas y comunistas exigieron por aquellos años la destrucción de los archivos de la policía franquista, en nombre, cómo no, de la democracia.

Y ahora tenemos a otro héroe de los neochekistas que, repito, no son idealistas, personas honradas engañadas al estilo de Miguel Hernández, sino plenamente conscientes de su "Himalaya de mentiras", como lo llamó Besteiro. Me refiero a Fernando Macarro, también conocido por Marcos Ana, autor de varios asesinatos durante la guerra civil, condenado a prisión por ello y que se convirtió en poeta oficial u oficioso del PCE, aunque muchos comunistas se reían de sus poesías. Macarro nunca reflexionó ni cambió de idea ni expresó el menor sentimiento por lo que él y los suyos habían hecho, ni le dijo nada la experiencia archiconocida de la URSS y sus genocidios, ni la caída del muro de Berlín.

Él siguió siendo en todo caso un comunista –nada mejor que un nazi–, ¡y he aquí que los políticos socialistas del rojo Rodríguez se desviven por festejar y premiar al hombre! Cómo podría ser de otro modo: tales son sus héroes. Corbacho le ha dado la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, se ve que los dos son grandes trabajadores; Pachi López le entregó un premio de Derechos Humanos, lo cual tampoco puede extrañar en una región cuyo parlamento o charlamento tuvo a Josu Ternera como defensor de los derechos ídem. Y ha recibido otros premios y homenajes. He aquí los derechos humanos y la libertad, según la "memoria histórica" neochekista.

La osadía de estos apóstoles del embuste totalitario no tiene límites. Han llegado a proponer al "poeta" Macarro para el premio Príncipe de Asturias... ¡de la Concordia! Avalado, también, por el PP de Rajoy. Realmente, pocas cosas pueden exhibir más al desnudo la descomposición de la democracia a manos de estos politicastros. Creo que no consiguió el premio, pero lo ideal sería que, efectivamente, lo hubiera recibido. Para hacer más evidente la podredumbre monipodiesca en que vive el país.

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