Gadafi lleva una semana masacrando a su gente, bombardeando manifestantes, persiguiendo a los jóvenes que no quieren vivir bajo su satrapía, amenazando con ejecuciones sumarias, fusilamientos masivos, asesinatos en masa. Gadafi es un tipo nauseabundo y execrable que se dice padre de la «revolución verde», presuntamente izquierdosa, amigo de tiranos como Ahmadineyad y Chávez, igual de presuntos e izquierdosos, caracterizados todos por no respetar la libertad y perseguir a la gente que no piensa como ellos.
Los hechos de estos días en Libia son tan graves e indignantes que el mundo entero está escandalizado por el baño de sangre protagonizado por el estrafalario carnicero de Trípoli. Los ciudadanos se asombran y un servidor en particular no deja de preguntarse por el hecho de que la izquierda española esté inactiva ante esta barbaridad de tintes genocidas. La cosa es que mientras Gadafi y sus hijos ordenaban masacrar a la población civil, en España los partidos más significados de la izquierda ultra se dedicaban a convocar a sus fieles para que salieran a las calles a protestar contra la visita del presidente de Israel. Me parece bien que el que quiera grite contra Simón Peres, pues para eso existe la libertad de expresión en nuestro país. Pero no acabo de comprender la pasividad y el silencio ante la voluntad exterminadora de Gadafi, en contraste con la ira anti israelí. Y no se trata sólo del caso bestial y flagrante de Gadafi.
Todavía no hemos visto en España a la izquierda manifestarse contra las ejecuciones sumarias, los ahorcamientos de homosexuales, la lapidación de mujeres o la persecución de los opositores a Ahmadineyad en Irán. Nadie protestó en la calle el otro verano cuando el dictador de Persia ahogó en sangre la voluntad aperturista de sus vecinos. Tampoco tras la muerte en huelga de hambre de un preso político en Cuba, o por la constante violación de los derechos humanos y la libertad de expresión en Venezuela. Y menos ahora por los gravísimos sucesos de Libia, aunque sí curiosamente por la visita del jefe del Estado judío. Se da la circunstancia de que Israel es hoy la única democracia real que hay en el cercano Oriente, algo que a ellos les da igual porque Israel siempre es culpable y no cabe reproche ni condena alguna a los terroristas de Hamas, por ejemplo.
No hemos visto a los políticos de la izquierda pero tampoco a los actores y cómicos que tanto gritaban contra la guerra de Irak (nunca la de Afganistán) y ahora andan desaparecidos, mudos y sin decir qué les parecen las matanzas civiles de Gadafi, las ejecuciones del régimen de los ayatolah, el pisoteo constante de los derechos humanos en Cuba y Venezuela.
Una vez más quedan en evidencia. A ellos en realidad sólo les interesa criticar a Israel y atacar al PP. Si los bombardeos de Gadafi los hubieran perpetrado las tropas del Ejército hebreo no me cabe duda de que estarían las calles de Madrid y Barcelona tomadas por gente clamando contra los judíos. Y de camino contra Aznar, que siempre es culpable. (José Antonio Vera/La Razón)
1 comentario:
La izquierda pensadora y solidaria ha sido eliminada por los vividores de los Oscars, los cazadores de subvenciones y los gestores de la propiedad ajena.
El socialismo inteligente, pragmático, integrador y moderno que en nuestra juventud defendimos con pasion, ha quedado enterrado a cambio de los cargos de confianza, las pensiones blindadas, el botín de cada año en los presupuestos.
Nos queda vigilar la gestión, apoyar a nuevos tecnócratas y salir corriendo cuando veamos a los " ideólogos". REcomiendo que antes de acudir a las sesiones de adoctrinamiento consulten el curriculum vitae del " experto". Seguramente no ha estado nunca en una empresa, ni ha cotizado nada fuera del sistema que defienden a ultranza, aunque nuestros vecinos masacren, eliminen a centenares de personas. Para elles lo importante es " ser de izquierdas". Marca de la casa. Hay que reconocer que les es muy rentable.
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