domingo, 27 de noviembre de 2011

FRACASO DEL SOCIALISMO




Socialdemocracia y socialismo se han hundido en Europa. En 2000 once gobiernos europeos eran socialdemócratas. En 2008 solo quedaban tres. Hoy, Europa está masivamente gobernada por conservadores, que deben afrontar, todos, la misma herencia: miseria, paro, destrucción de los fundamentos del Estado del bienestar, víctimas de la misma corrupción, del incremento de la pobreza tras una oleada de «ayudas», subvenciones y gasto público que han terminado por precipitar la crisis continental de la deuda pública.







Aunque la crisis del socialismo comenzó mucho antes que la crisis internacional del 2008.






En el momento álgido de la influencia socialdemócrata, el mes de marzo de 2005, el Financial Times escribía: «Los alemanes ricos se han hecho más ricos y los pobres se han hecho más pobres desde que el canciller socialdemócrata de Alemania, Gerhard Schröder, llegó al poder en 1998».

Schröder fue, junto con el ex presidente francés, Jacques Chirac, el artífice de la primera voladura del primer Pacto de Estabilidad europeo: ellos destruyeron el fundamento original del euro, practicando una política de incremento del gasto y de la deuda, con unas consecuencias devastadoras para el Estado del bienestar. Schröder terminó cambiando de política. Demasiado tarde. El mes de septiembre del 2009, el SPD alemán sufría una trágica derrota histórica, la peor de los últimos 50 años. Angela Merkel tomaba el poder.






La crisis general de los socialismos europeos ya era muy visible un año antes. En 2008, el semanario socialdemócrata Nouvel Observateur titulaba a toda página: «Izquierda europea, año cero». Agregando: «La izquierda europea ya no encarna la esperanza». En septiembre de 2009, la BBC comentaba: «Dos tercios de los ingleses piensan que su vida ha empeorado desde que gobiernan el laborismo».






En Francia, el PS no ha ganado una elección presidencial desde 1988. El candidato socialista a la elección presidencial de 2002 fue eliminado por la extrema derecha de Le Pen.






Mitterrand, Schröder, Tony Blair y Gordon Brown encarnan históricamente la erosión de todos los fundamentos del Estado del bienestar, socavando sus pilares (subvenciones, ayudas, protección) a través de la oferta de servicios pagados con deuda pública. Cuando estalló la crisis financiera de 2008, Obama, Zapatero, Papandreu, incluso Sarkozy y Berlusconi, pensaron que podrían combatir la crisis recurriendo a la misma estrategia: seguir incrementando la deuda.Estrategia que ha terminado por convertirse en un campo de minas, destruyendo las últimas esperanzas de los difuntos modelos socialistas.






La deuda pública se ha convertido en una amenaza para el Estado del bienestar en EE.UU., Francia, Italia, España y Grecia. Y es Angela Merkel quien lidera en Europa otro modelo de lucha contra la crisis.






Ya Sarkozy fue elegido para combatir el inmovilismo de izquierda (Mitterrand) y derecha (Chirac). Toda su nueva campaña presidencial reposa en la misma tesis, sin nombrarla: Francia lleva treinta años viviendo por encima de sus posibilidades, drogándose con deuda pública.






Asistimos a un cambio de modelo político continental. La crisis de la deuda es la consecuencia última de una confianza ciega en un modelo de Estado basado en pagar servicios con dinero ajeno, incrementando la deuda: era el fundamento original de los modelos socialistas. Antes de reinventar otro modelo de Estado, contribuyentes y gobiernos conservadores tendrán que salir del hoyo abismal de las deudas de Estado más grandes de la historia de Europa. (Reuters/ABC)

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