(En una sociedad decente, los pobres tienen acceso a la sanidad, a la educación y a la justicia. Aunque, ya sabemos que nada es perfecto. Ni siquiera en Venezuela, Cuba y Corea del Norte.
Pero el problema es la forma en que uno se defiende. Si el tendero de la esquina me ha estafado (sea yo pobre, o no) puedo arrearle una somanta y dejarlo chorreando sangre, insultarlo públicamente, con mis amigos antisistema escracheándole, o presentar una denuncia.
Las sociedades civilizadas (y las personas civilizadas) siguen este último camino.
PD. ¿Qué pasaría si los escracheados salieran de sus casas y se enfrentaran a los escracheadores con sus mismas armas? ¡¡¡Ohhhhh!!! No estaba previsto. Los escracheados deben estar callados y acojonados. Es lo que toca. Nosotros, la izquierda somos moralmente superiores. Pues sí, se lo creen. No les crea.
Pregunta final. Si los escracheados salieran de sus casas y se enfrentaran a los antisistema con sus mismas armas ¿serían detenidos? Prefiero no contestar.)
Jorge Verstrynge.
EP (Periodista Digital)
2 comentarios:
Ese es, me parece,el puñetero de VErstrynge, que quiere seguir viviendo de la política, aunque sea convertido en escracheador, o en bandolero, ¿por qué no? ¡Cabroncete!
Un saludo
No cabe más demagogia. Lo peor: hay quien se lo cree.
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