lunes, 19 de agosto de 2013

QUE LES DEN.










 EL INFIERNO DE PICARDO.

¡Quién les ha visto y quién les ve! Los ingleses nunca han confiado en la diplomacia basada exclusivamente en el diálogo. Siempre han pensado, probablemente con razón, que para prevalecer diplomáticamente es además necesario tener detrás el poder suficiente para imponerse por la fuerza si el diálogo no desemboca en el resultado previsto. Y ahora venimos los españoles, divididos, como siempre, inconsecuentes e incoherentes, sin saber muy bien qué queremos y adónde vamos, dando palos de ciego y a trompicones, extremamos el celo en los controles de la verja, incomodamos a los llanitos,y no tienen con qué responder.


Cameron dice que cogió el teléfono y puso a Rajoy en su sitio y que éste agachó la cabeza prometiendo poner fin a los controles. Lo más probable es que le contestara una gallegada que el inglés no entendió a pesar de tener bien cerca a irlandeses y escoceses, que son primos-hermanos de los de Compostela, porque resulta que los controles siguen. ¿Y qué ocurre ante tal inaceptable insubordinación al Gobierno de Su Majestad?, pues que va el primer ministro y manda unos herrumbrosos barcos, vergüenza de lo que una vez fue la Navy, a unos ejercicios ya programados sin ninguna amenaza concreta, porque lo que no van a hacer es cañonear Algeciras y reducirla a escombros.

Luego, viene una eurodiputada y clama para que los ingleses no vengan a veranear a España. Tanto gusto. ¿Y dónde van a hacerlo, en Egipto? El recurso del boicot es propio de pueblos atrasados que carecen de poder real y que no tiene forma de imponer su voluntad.

 En este caso no es más que una confesión de impotencia. Whitehall va más tarde y acude a la odiada Bruselas, con la que se supone quieren partir peras y de la que dicen no querer saber nada, para pedirle ayuda, aprovechando quizá que Margaret Ashton es británica. Y lo que se le ocurre es solicitarle que mande observadores. Bueno, pues que vengan y observen que, a pesar de que el tratado de Utrecht nos autoriza a cerrar la frontera terrestre, por graciosa liberalidad del Gobierno de España la verja sigue abierta y la Policí­a española combate el contrabando lo mejor que sabe y puede. En eso tiene razón Londres, en lo de la frontera con Gibraltar lo que puede hacer Bruselas es observar, pero mandar puede mandar muy poco.

A pesar de ser español, no puedo evitar cierta pena de ver al viejo león desdentado y afónico arrastrarse en un crisis que incumbe a su querido Gibraltar, inmóvil, incapaz de dar un medio zarpazo en defensa de este Picardo que lo ha puesto en evidencia y al que no hay quien defienda con argumentos ahora que ya no se tiene la fuerza. La visión no es agradable. Es verdad que nosotros estamos peor y que somos más pasado de lo que lo son ellos mismos. Pero, que en esto les estemos mojando la oreja ha de resultarles especialmente humillante. Es el infierno que les ha procurado Picardo

(Emilio Campmany/ld).


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 ESPAÑA, UK Y GIBRALTAR.


El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha pedido a Reino Unido que, de cara a la posible reanudación del diálogo sobre Gibraltar, "demuestre" que tiene intención de "deshacer el daño causado" y ha citado como primer y "necesario" paso que retire los bloques de hormigón arrojados al mar.

Margallo ha publicado un artículo en el periódico estadounidense The Wall Street Journal y que recoge Europa Press en el que, bajo el título "Tenemos que hablar de Gibraltar", ha repasado la última disputa diplomática con Reino Unido en torno al Peñón y las "irregularidades" cometidas por las autoridades gibraltareñas.

Dentro de estas "irregularidades", Margallo ha citado como "preocupación más inmediata" el lanzamiento de 70 bloques de hormigón en unas aguas de cuya soberanía "España no tiene duda". "Están frente al istmo que conecta Gibraltar a España, el cual nunca ha sido cedido bajo el Tratado de Utrecht", ha apuntado. Además, según el ministro, los bloques constituyen un problema medioambiental, al tiempo que perjudican la actividad de unos pescadores que tienen en estas aguas el 25 por ciento de su actividad.

Otra "importante violación" a ojos de España es el "contrabando" en la Verja, una actividad que hace los controles "absolutamente necesarios", según Margallo. Para el jefe de la diplomacia española, y en contra de lo que asegura Reino Unido, se trata de controles "esenciales" y "totalmente en línea" con la normativa europea y "los principios de aleatoriedad, proporcionalidad y no discriminación".
El ministro de Exteriores también se ha referido en su artículo a cuestiones de índole económica como el "opaco" régimen fiscal gibraltareño y los "ilegales" beneficios que concede a las empresas, gracias a los cuales un territorio con apenas 30.000 habitantes tiene registradas más de 21.000 compañías.

Países amigos

España considera a Reino Unido un país "amigo", pero, según Margallo, "en toda amistad es necesario cultivar la confianza y resolver cualquier conflicto con honestidad y transparencia". "El diálogo debe ser bilateral y respetar las leyes internacionales, europeas y nacionales", ha añadido.

"España está preparada para reiniciar este diálogo. Estamos dispuestos a aceptar la creación de foros ad hoc en los que otras autoridades, como el Gobierno de Gibraltar y la Junta de Andalucía, puedan participar para tratar áreas en las que tengan competencias", ha sugerido Margallo.
Sin embargo, y como ya manifestó el presidente del Gobierno español Mariano Rajoy, al primer ministro británico, David Cameron, "primero es necesario que Reino Unido demuestre que tiene intención de deshacer el daño causado, en concreto retirando los bloques de hormigón", ha añadido el ministro.

Foros internacionales

Margallo ha recordado en su artículo la postura de la ONU para procesos de descolonización, en base a la cual casos como el de Gibraltar se consideran "incompatibles" con los principios fundacionales de la organización internacional.
"Al contrario que el Gobierno británico, el español está cómodo en el contexto de las organizaciones internacionales, tiene plena confianza en ellas y está siempre dispuesto a cumplir sus mandatos", ha matizado el ministro de Exteriores, que ha insistido en la necesidad de recuperar "lo antes posible" el diálogo bilateral entre Londres y Madrid. (LD)


 

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