El empresario
Nicolas Costovici
Reacios por principio a pronunciarse políticamente, los
empresarios catalanes, o afincados en Cataluña, pasan de puntillas sobre la situación que atraviesa esta
comunidad. El proceso soberanista y el deterioro del clima para realizar
negocios, principalmente por una presión fiscal que sitúa a Cataluña como
líder español en este terreno, están generando una gran inquietud en el
sector empresarial. Entre quienes
han pasado de la preocupación a tomar medidas está Nicolas Costovici, afincado
en Girona, y propietario de Vimap Technologies, firma dedicada a la fabricación
de instrumental médico. Exportando casi el 100% de su producción al
extranjero, Costavici muestra su miedo ante el proceso político catalán.
—Su empresa está considerando realizar una inversión
en España, pero ha descartado hacerla en Cataluña, ¿por qué?
—Hay diversas
razones, pero la principal es la inquietud que genera el clima político y la
posibilidad de que el llamado proceso soberanista siga adelante. Mi
empresa, dedicada a la fabriración de instrumental médico, con producción en
Reino Unido, Taiwán y Francia, es de alta tecnificación, con lo que el
hipotético traslado de una planta si se llega a consumar la independencia
implicaría altísimos costes, nuevas certificaciones para poder producir..., una
serie de problemas que no nos podríamos permitir. Por eso consideramos que la
nueva planta española, que asumirá la parte de logística y de producción que
ahora realizamos en Francia, la debemos emplazar fuera de Cataluña. Calculamos
que crearemos al menos diez puestos de trabajo.
—¿Qué lugares consideran?
—Exportamos sobre el 98% de la producción, por lo que
geográficamente necesitamos estar cerca de Francia, en un lugar bien comunicado
por carretera. Estamos considerando varios emplazamientos.
—De hecho, su empresa ya ha trasladado la sede social
de Barcelona a Valencia.
—Así es. La sede social está en Valencia desde hace un
año, y considero ahora la posibilidad de trasladar también el domicilio fiscal
si la situación no se tranquiliza. Cuando oigo hablar de una Hacienda
propia, la verdad es que me entra el miedo.
—En Cataluña, los partidos que promueven el proceso
soberanista aseguran que no se saldría de la UE...
—Eso no se lo cree
nadie. Es una más de las manipulaciones de los partidos nacionalistas. La
propia Unión Europea ya ha señalado que cualquier nuevo Estado que aspire a
incorporarse a la Unión debe realizar una petición de admisión, un proceso que
no puede durar menos de cinco años, más todavía si otro Estado veta la incorporación.
Esto genera una incertidumbre, unas dudas, inasumibles para cualquier empresa.
—Más allá de la posibilidad de quedar fuera de la UE,
usted denuncia el clima político en la comunidad...
—Sí, al margen de
las consencuencias que pueda acarrear la ruptura con España, no me gusta para
nada cómo se desarrollan las cosas aquí. Cataluña es un lugar óptimo para
hacer negocios, pero sus políticos lo están estropeando: tengo problemas con la escolarización de mis hijos en castellano, hay
casos de corrupción, prohibiciones, manipulación... Estoy seriamente preocupado,
no actúan a favor de los intereses de sus ciudadanos, sino de los suyos
propios.
—¿Que opina del informe reciente que ha dado a conocer
la Comunidad de Madrid, en el que se constata una fuga de empresas de Cataluña
hacia la capital?
—Es perfectamente
comprensible. Lo entiendo. Al margen del clima político en Cataluña, desde
el punto de vista fiscal y de facilidad para los negocios, o las facilidades
regulatorias, la situación es incomparable. El problema principal, en cualquier
caso, sigue siendo el de la dificultad en encontrar financiación. Sea como
sea, y más allá de lo que pueda suceder con el proceso independentista, para un
empresario es muy razonable pensar si conviene seguir aquí. Es lo que yo me
estoy planteando.
(ABC)
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