lunes, 6 de febrero de 2017

GIROS PREOCUPANTES











GIROS PREOCUPANTES.

‘Un ala del PSOE pide a Sánchez que lidere el giro a la izquierda’.

Resulta que dar un giro a la izquierda consistiría en dar más voz a la militancia y consultarle las decisiones importantes. Esta tendencia estaría representada por Pedro Sánchez, cuyo meollo político se centra en la famosa reflexión, ‘No es no’. Se supone que, a partir de este profundo discurso ideológico, se podrá desarrollar un programa de progreso verdadero. O sea, de izquierdas.

Luego estaría el socialismo ‘de derechas’ que consistiría en apoyar a Susana Díaz, la baronesa del aparato del partido. Por lo visto no serían tan proclives a consultar a las bases, cada dos por tres, por lo que renunciarían a las asambleas de Facultad como forma de hacer política socialista.

Pero la riqueza ideológica socialista no se agota aquí. Hay una tercera vía que se caracterizaría por la equidistancia entre Pedro Sánchez y Susana Díaz.  Por tanto, entre el ‘no es no’, y la supuesta oposición constructiva al PP- que unas veces diría ‘sí y otras ‘no’-, se instalaría un liso ‘no’, de Patxi López. Se espera, con ansiedad, que Sánchez y López aclaren las diferencias ideológicas entre ‘no es no, y ‘no’.

Ahora veamos un aspecto de los ‘sanchistas’ que nos ayude a comprender este lío. ‘’El PSOE no podrá recuperarse si se derechiza, que es lo que está haciendo la Gestora.  Pactan con el PP.’’ O sea,  el PSOE se ha hundido porque se ha derechizado. Para entender esta reflexión de Pedro Sánchez, tomemos el momento álgido del socialismo español. Fue cuando Felipe González alcanzó, en 1982, los 202 diputados en el Parlamento español.

Siguiendo la lógica de los ‘sanchistas’ este habría sido el momento de mayor izquierdización del PSOE. ¿Es cierto? 

Como publicó ‘Actualidad Económica’- 9/5/2008-, la política económica en España en la etapa de Felipe González (1982-1996) reflejó una concepción socialdemócrata de signo liberal que consolidó una Hacienda moderna, el Estado democrático que habían alumbrado los gobiernos de UCD e instituciones económicas básicas (como el Banco de España o la CNMV).

No parece que una concepción socialdemócrata de signo liberal represente el ‘giro a la izquierda’ que propugna Sánchez. De modo que vincular el giro a la izquierda- sanchista- con éxito socialista, es falso. Giro a la izquierda que consistiría en negarse a dialogar con el PP. Sánchez no ha entendido cómo funcionan las democracias en las sociedades pluralistas. Confunde un adversario político- el PP- con el enemigo. O sea, una actitud guerra civilista.

Lamentablemente, la situación política general- corrupción aparte- no es buena. Porque sería deseable que España tuviera un partido socialdemócrata fuerte y un partido liberal conservador fuerte. No tiene ninguna de las dos cosas. Y esto es malo para España y su democracia.

No creo que debamos desvincular esta preocupante situación política de la España actual con los niveles educativos de las últimas décadas. En el recomendable libro de Javier Orrico ‘La enseñanza destruida’, podemos leer

  "La LOGSE, en fin, ha conseguido algo prodigioso: arrojar al basurero social a los alumnos que no quieren estudiar, apartándolos de una formación profesional que era su camino lógico; impedir que estudien los que sí quieren, al degradar los conocimientos, con lo que les resulta imposible competir con los hijos de las burguesías que se han ido a presión hacia los centros privados; amargar a los profesores de bachillerato, que ya saben que la enseñanza ha muerto; dividir y agraviar también al cuerpo de maestros; instaurar una dictadura psicopedagógica y burocrática.’

Dada la degradación educativa, no deberíamos sorprendernos de que unos cinco millones de españoles votaran a Podemos- aunque ya perdió un millón-, una opción cuyos referentes políticos son- está en las hemerotecas para el que quiera comprobarlo- Cuba y Venezuela. Y cuyo ‘hermano político’, según sus propias palabras- también en las hemerotecas- era el comunista griego Tsipras. ¿Puede una persona con dos dedos de frente querer que unos personajes así gobiernen España? Sólo es posible si se han alcanzado altos niveles de inmadurez política. La LOGSE- y varios medios- han sido de gran ayuda.

Alguno dirá que PP/PSOE han dado muestras de desvergüenza, corrupción, despilfarro y enchufismo. Cada uno con su cuota. Aunque, por supuesto, han hecho cosas bien. Sin embargo, el mayor problema tiene que ver con la demagogia y la inmadurez política.  

Una de las típicas maneras de engañar a la gente es la de utilizar sus legítimos sentimientos de indignación para sus propios fines demagógicos. La primera parte es, aproximadamente, la siguiente. Exagerar los errores de ‘la casta’ y minimizar, o esconder, sus aciertos. Que los ha habido. Esto ya es una prueba de lo farsantes que son. Utilizan la justa indignación de mucha gente para colar exageraciones y mentiras. Saben que el auditorio indignado no se fijará en estas cosas. Y les dicen, demagógicamente, lo que quieren oír.

La segunda parte sugiere pasar a la acción para ser felices. Aunque hay mucho puño en alto y variado discurso ‘anticasta’, una frase resume bastante bien sus engañosos panfletos: ‘Por el cambio’. ¿Por qué engaño?

Porque hablan a auditorios entregados, de gente que ha sufrido mucho con la crisis, de gente con mentalidad antisistema, y de gente que cree- con mayor o menor buena fe- en ‘un mundo feliz podemita del cambio’. Con los matices que se quiera.

El problema es que a muchas personas les cuesta interiorizar que no existe ningún mundo feliz. Ni Podemita, ni de otro tipo. Se puede mejorar, por supuesto. Pero cuesta arriba y paso a paso. Las demagógicas promesas de neocomunistas, como las de Podemos, no van más allá de Cuba, Venezuela o Grecia, adaptadas a España. Juegan con la indignación, las ilusiones y el sufrimiento de la gente. Y sus primos políticos, Sánchez y Patxi, son una muestra de vacuidad progresista. Giro a la izquierda. ¿Y eso qué es? ¿Más gasto público? ¿Más deuda? ¿Más déficit? ¿Más encajes separatistas? 

Podemos cambiar a peor. No lo dude.

Sebastián Urbina.

(Publicado en ElMundo/Baleares/3/Febrero/2017.)

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