Aleccionar, amaestrar —y mentir. Tales son los pilares sobre los que se basa la enseñanza promovida en las escuelas de Cataluña y el País Vasco. Basta, en efecto, Basta hojear los libros para asombrarse de cómo las falsedades separatistas dominan las aulas: Cataluña era independiente de España hasta 1714; los presos etarras sufren injustamente; se plantea la autodeterminación; etcétera.
¿Sabe qué estudian sus hijos? ¿Sabe qué Historia (perdón, "Conocimiento del Medio") o qué Lengua y Literatura les enseñan en el colegio? ¿Ha hablado con ellos de lo que aprenden? ¿Ha hojeado siquiera sus libros de texto, con muchas fotos y colorines y poco texto? El autor de La España raptada. La Formación del Espíritu Nacionalista lo ha hecho por usted, y los resultados son asombrosos:
- Euskal Herría es una nación milenaria ocupada por dos Estados opresores.
- Los Països Catalans llegan hasta Murcia y Cerdeña.
- En la Alta Edad Media existió el Reino de Euskadi.
- Cataluña era la única región industrial de España y las demás eran páramos donde la gente moría de hambre.
No sólo los contenidos, sino también las actividades pedagógicas (debates, redacciones, visitas) giran en torno a la ideología separatista. Se presenta a los terroristas como modelos, se habla de la discriminación en que viven los catalanes y vascos "conscientes", se promueve la insumisión y la desobediencia civil a todo (salvo a Educación para la Ciudadanía), etcétera.
¿Dónde encuentran los políticos una audiencia a la que manipular y ordenar? No en las televisiones, que se pueden apagar; ni en los mítines, a los que van sólo los convencidos. Es en las escuelas donde disponen una masa blanda y obediente a la que moldear.
En los últimos años están llegando a la juventud los muchachos educados toda su vida por los gobiernos autonómicos. Y las consecuencias están a la vista: violencia creciente contra los disidentes, negación del diálogo, conocimientos limitados a la repetición de consignas, maniqueísmo, ignorancia…
El profesor Pedro Antonio Heras analiza en La España raptada cómo los políticos separatistas emplean la escuela para la construcción de sus pretendidas naciones. Para ello recurre a los textos de enseñanza, los mismos que nuestros hijos llevan en las mochilas. El resultado es aterrador: desde pequeños a los niños se les inculcan diferencias entre “ellos” y “nosotros”, “buenos” y “malos”, “patriotas” y “traidores” para que perduren toda la vida. (El Manifiesto)
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