jueves, 10 de septiembre de 2009

LA CRETINEZ IZQUIERDISTA.


Hombre, español, de izquierdas y no creyente. Este es el perfil del joven más tolerante con las algaradas callejeras, los enfrentamientos con la Polícía, el ruido nocturno y las borracheras.

En el extremo opuesto se sitúan las mujeres, los extranjeros, los chicos de derechas y los creyentes. Son datos del sondeo de 2008 sobre valores realizado por el Instituto de la Juventud (Injuve), dependiente del Ministerio de Igualdad.

Los recientes disturbios de Pozuelo de Alarcón, originados por el ataque de grupos de jóvenes a la Policía, han servido para asociar la nueva violencia callejera con la clase alta. El informe ratifica la percepción, si bien incluye en el mismo espacio a los jóvenes de ideología progresista y a los que tienen mayores niveles de formación. Las zonas con una juventud más permisiva son la norte, noreste y centro. Por el contrario, las regiones del levante y del sur son las menos complacientes con los gamberros y aspirantes a delincuentes. Tampoco les hacen palmas los obreros.

Permisivos con el alcohol
En las conclusiones de su informe, el Injuve puntualiza que la juventud se muestra absolutamente contraria a la aceptación de actitudes ilegales. No obstante, añade, se aprecian mayores grados de admisibilidad hacia unas que hacia otras. Así, tiende a ser ligeramente más permisiva con actitudes como copiar en exámenes y oposiciones o emborracharse en lugares públicos. Por el contrario, las acciones violentas de gamberrismo (rotura de señales de tráfico, farolas y mobiliario urbano) y de enfrentamientos violentos con la Policía son las consideradas más inadmisibles a juicio de la juventud.
El Injuve advierte, no obstante, que la evolución en los últimos años de las opiniones juveniles sobre los niveles de permisividad ante estas conductas, ofrece una tendencia entre la gente joven a ser ligeramente más permisiva con el conjunto de estas actuaciones delictivas. Aclara que el objetivo es analizar los límites en torno a los que sitúan su libertad personal ante un liberalismo moral que podría devenir en permisividad ante acciones incívicas.
La droga no es un problema
La relación entre ingesta de alcohol y disturbios está clara, pero los jóvenes no consideran la drogadicción un problema importante. El Injuve aclara en su informe que aunque tradicionalmente supone un factor de riesgo en los procesos de socialización juveniles, tan sólo el 8% lo declara como un problema de la sociedad. Este pequeño colectivo está compuesto sobre todo por jóvenes estudiantes de entre 15 y 17 años, en su mayoría varones. Tambien quienes no han alcanzado niveles secundarios de formación educativa.

Aun así, la mitad de las personas consultadas (51%) se muestra favorable a la penalización del consumo de todo tipo de drogas, un tercio (33%) aboga por la penalización sólo de las drogas duras y el 14% considera que no se debería penalizar nunca el consumo.

La evolución de las opiniones juveniles en este sentido muestra una tendencia de la gente joven en los últimos años hacia una menor permisividad con el consumo de drogas. (ABC/Javier López-Jaén)
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