Redacción | Publicado el 5 Mayo, 2010 | (MD)
Viviane Teitelbaum es miembro del partido liberal valón (MR), diputada en el Parlamento de Bruselas, presidenta del Consejo de la Mujer en la Bélgica francófona y autora del libro “Cuando Europa se cubre con el velo”. El diagnóstico de Teitelbaum es que los Gobiernos deberían seguir el ejemplo de Francia y prohibir el pañuelo islámico en las escuelas públicas. Reproducimos la entrevista que publica el diario ABC firmada por nuestro compañero Enrique Serbeto
-¿No cree que debe ser responsabilidad de los colegios?
-En Bélgica, en efecto, lo decide cada colegio. Los legisladores han derivado su responsabilidad cuando el problema del velo es que no es un simple trozo de tela, sino que se trata de la imagen de cierto proyecto de sociedad incompatible con muchos valores democráticos. Si se acepta el velo, después hay que debatir que no se quiere ir a gimnasia, luego tampoco a la piscina, luego tampoco al viaje escolar y los problemas se suceden. Los colegios que aceptaron el pañuelo se han encontrado con una situación ingobernable. Hoy, el 95% de los colegios lo prohíben a través de sus reglamentos, y los que aún lo permiten se han encontrado nuevos problemas, como lo que ha pasado en Amberes donde hay padres que no quieren ni compartir las reuniones con las madres de otros niños. Creo que los colegios deben difundir un proyecto de sociedad basado en la igualdad entre hombres y mujeres y la laicidad.
-El pañuelo sería entonces un símbolo de separación, de no integración.
-Sí, es una toma de posición política identitaria, lo que significa que es un rechazo a la integración, y también la adhesión a un proyecto de sociedad basado en principios que probablemente no tienen en su mente pero por el que muchas niñas llegan a ser instrumentalizadas.
-Pero esos emigrantes están aquí, sus hijos son europeos.
-La emigración española, italiana o portuguesa no ha provocado ningún problema en Bélgica. Yo mismo soy nieta de emigrantes, mi marido también. El problema es que si le pones el pañuelo a una niña de diez años, cuando sale de la escuela a los 18 está completamente desconectada de la sociedad de acogida. Si se lo prohíbes en la escuela, creo que acabará por acercarse antes a los valores de la sociedad democrática y serán más abiertas. Tendrán más defensas contra esa manipulación.
-Un caso raro de unanimidad en la Bélgica, que vive esta crisis política, ha sido el proyecto de ley para prohibir el burka. ¿Es pura imitación de Francia?
-No. El pañuelo tampoco se veía frecuentemente en los 80 y sin embargo, ahora estamos discutiendo sobre ello. No sería bueno que tuviéramos que enfrentarnos a una situación así más adelante. El burka es algo que elimina todo rastro de humanidad y va en contra de todo lo que Europa construye como sociedad avanzada. El riesgo es que, puesto que vamos a prohibir el burka, acabemos tolerando después el velo, cuando en realidad el burka nos da miedo porque es visible como símbolo, pero forma parte del mismo proyecto de sociedad.
-En España, la polémica del velo hay quien la quiere zanjar asegurando que lo prioritario es que los niños vayan a la escuela.
-Eso es lo que se decía al principio que pasaría en Francia, pero no es verdad. Desde que se prohibió el velo en la escuela hubo un centenar de casos conflictivos el primer año, unos cuarenta el segundo y ya es un fenómeno insignificante. En España dice el Gobierno que hay que dar prioridad a la educación de las niñas. Y todos le damos la prioridad a la educación de las niñas y de los niños. Pero la cuestión es que como la enseñanza es obligatoria, deben ir al colegio y de hecho irán al colegio. Creo que no hay que tener miedo de que los padres las retiren de la escuela porque la ley obliga a que vayan.
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