martes, 4 de mayo de 2010

SE RÍE DE LOS ESPAÑOLES.






“Me valgo de las emociones cuando me dirijo a las masas, y reservo la razón para unos pocos”.

Adolf Hitler (1889-1945)

Nadie puede negar que Adolf Hitler (el dictador nazi asesino de millones) fuera un maquiavélico maestro de la propaganda. Y parece que el Presidente del Gobierno Zapatero y sus asesores se han estudiado bien sus técnicas de comunicación.

Ante la previsible debacle en las próximas elecciones generales de 2012, el PSOE ya ha empezado a calentar los motores. El tema estrella de ahora para movilizar a su electorado es el de la Guerra Civil y la causa contra Garzón. Pronto, tendrán que echar de nuevo mano a lo de la guerra de Irak, para evitar que la gente se fije en el grotesco panorama nacional (economía hundida, recuperación invisible, estatuto de Cataluña y demás perlas) y en la imagen dantesca de España en el exterior. Se nos volverá a decir que el PP es un partido de fascistas y que tienen todos las manos llenas de sangre por la guerra en Irak. Zapatero retiró las tropas y eso le hace grande (lo mismo que nos llevan contando seis años ya, y que cuajó muy bien en el electorado en 2008).

Pero intentemos hacer un repaso de la cronología de los hechos que vinculan a Zapatero con Irak para ver por qué nuestro Premier destrozó su imagen exterior y nuestra posición internacional como aliados a tener en cuenta desde el primer momento de su primer mandato, en el mismo 2004.

Los de la memoria selectiva (apoyado por la eficiente maquinaria del PSOE) recuerdan que durante la campaña electoral Zapatero prometió “retirar las tropas de Irak” . Y digo los de la memoria selectiva porque lo que Zapatero prometió durante la campaña electoral fue “retirar las tropas españolas de Irak, si para el 30 de junio de 2004 no se había aprobado una resolución de la ONU que pusiese a Naciones Unidas al control de la situación en el país y amparase la presencia internacional allí” . Una diferencia de matiz muy grande entre una cosa y la otra, ¿verdad? Una diferencia descomunal, que viene a darle la razón a la aseveración del mismo Hitler de que “la propaganda debe acomodarse a los límites de comprensión del menos inteligente de aquellos a los que se quiere convencer”.

La maquinaria propagandística del PSOE se dio cuenta de que había que recortar la frase aunque se hubiese expuesto así en la campaña electoral. Lo de “si para el 30 de junio de 2004 no se había aprobado una resolución de la ONU que pusiese a Naciones Unidas al control de la situación en el país y amparase la presencia internacional allí” podía ser además un verdadero problema. “Imagínate que llega junio, la ONU aprueba una resolución diciendo que la presencia de fuerzas internacionales en Irak es legal y tenemos que quedarnos. Menudo follón, después de tanto ’Guerra No’ y de tanta manifa”.

Como recuerdan ustedes, el 14 de marzo de 2004 el PSOE ganó las elecciones generales, y el 17 de abril el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero inició oficialmente su andadura política. Entre el 14 de marzo y el 17 de abril, Zapatero y compañía ya habían decidido que valía la pena romper su promesa electoral de “retirar las tropas de Irak, si para el 30 de junio no había resolución de la ONU”, y el mismo 19 de abril de 2004, dos días después de iniciar su primer mandato, Zapatero anunció la retirada del contingente de 1.300 soldados españoles desplegados en Irak en misión humanitaria. Esta coletilla (la de “en misión humanitaria” ) también se omitió intencionadamente. Nuestros soldados, fascistas desalmados sedientos de sangre, estaban en Irak masacrando a la población civil, o poco menos, según la propaganda oficialista. Retirarlos de allí era la gran contribución de la España de Zapatero a la población civil de Irak. Las noticias de que esa misma población civil pedía desesperadamente a los soldados españoles que no se retirasen también se ocultaron al público español. Ya saben ustedes, en España cuando el rodillo anda, anda…

Lo cierto es que tras el derrocamiento del régimen de Saddam Hussein, la ONU temía que el vacío de poder sería aprovechado por Al-Qaeda para hacer tanto daño como fuese posible, con acciones terroristas y de sangría interétnica por doquier. Para ello, en Nueva York se entendió que lo mejor era desplegar tropas internacionales bajo el mandato de Naciones Unidas y dotar a las tropas ya presentes en Irak de un mandato ONU. Lo de retirar tropas en ese momento era obviamente una medida desastrosa, que no beneficiaba a nadie, y que solo perjudicaba a la población civil iraquí. Aunque en España lo que molaban eran los debates teóricos (con eso de que “si mantenemos las tropas estamos legitimando la invasión estadounidense”) y nadie hizo caso a las llamadas de la ONU para que nos quedásemos allí. Todo eso también se le ocultó al pueblo español.

Y a pesar de toda esta coyuntura, y de las peticiones de la ONU y de la población local para que las tropas españolas, realmente apreciadas, se quedasen, el gobierno Zapatero dio la orden de retirada aquel 19 de abril mencionado.

Y llegado el 8 de junio de 2004, (22 días antes del 30 de junio prometido por Zapatero en la campaña electoral, y del que ya nadie se acordaba en España), sucedió que el Consejo general de la ONU aprobó la Resolución 1546. ¿Y qué decía la ONU en esa resolución?

Dos cositas:

1. Que era muy importante MANTENER LA PRESENCIA DE TROPAS INTERNACIONALES en Irak, y 2. Que se pedía a los Estados miembros de la ONU que CONTRIBUYESEN FUERZAS MILITARES (en acuerdo con el gobierno iraquí) para aportar seguridad a la población civil y para apoyar a la misión de la ONU en el país ante el traspaso de poderes de la Autoridad Provisional de la Coalición (ocupante) al Gobierno interino de Irak. La resolución 1546 fue aprobada en la sede de Naciones Unidas por unanimidad, lo que significa que el mismo Gobierno Zapatero votó en Nueva York a favor de mantener la presencia de tropas internacionales en Irak y a favor de pedir a los Estados miembros de la ONU que contribuyesen con fuerzas militares a la misión de la ONU en el país. ¿Lo pillan? Retiramos nuestras tropas de Irak el 19 de abril cuando habíamos dicho inicialmente que esperaríamos al 30 de junio, para acabar pidiendo el 8 de junio a los demás Estados miembros de la ONU que manden tropas a Irak para garantizar la seguridad de los iraquíes. Claramente, no había una prueba más clara posible para mostrar al mundo que la esquizofrenia política estaba al mando en España. Lo más triste es que los españoles eligieron vivir al margen de todo este debate: el “Guerra No” no daba para más.

Pero agárrense, que el carrusel de los despropósitos y la esquizofrenia política siguió aun en marcha, aunque en España no pareció querer verlo nadie. Nadie cayó en que no tenía sentido retirarse, para luego pedir a los demás que mandasen sus tropas, para acto seguido, con Zapatero de visita oficial en Túnez el 13 de septiembre de 2004, pedir a todos los países con tropas desplegadas en Irak en respuesta a la petición de la ONU, apoyada por España con su voto afirmativo el 8 de junio, que retirasen sus efectivos militares del país. Moratinos salió entonces a escena para intentar explicar al mundo, “que no, que Zapatero no ha dicho lo que ha dicho, que lo que quería decir era otra cosa, y que no se mosquee nadie”. Pero el ridículo absolutamente sin precedentes ya estaba hecho, y a escala planetaria. Con un Primer Ministro desnortado desde el primer día, ignorante de las consecuencias de sus decisiones, dando bandazos y destrozando la imagen del país en todos los ámbitos serios, por mucho que la propaganda casera le permita seguir (seis años después) haciendo lo mismo.

Desde entonces han pasado ya muchos años de demagogia y de esconder la verdad. Muchos años de mentir al pueblo español y de contradicciones oficiales, de ridículos internacionales y de ocultar realidades de puertas adentro. Zapatero incluso volvió a ganar las elecciones en 2008, aunque gran parte del mérito fue de un Mariano Rajoy que no ilusiona a nadie y de un PP que necesita una reforma interna casi tanto como Zapatero una terapia de desideologización y una vuelta a la educación general básica.

Pero hete aquí que llegados a abril de 2010, entre ataques a la oposición a cuento de Garzón, la guerra civil y el sexo de los ángeles, el gobierno Zapatero ha vuelto a enviar españoles uniformados y armados a Irak. Esta vez son Guardias Civiles, en secreto, muy callandito, y buscando que no se entere nadie. Han ido a Irak a formar a los efectivos iraquíes y a echar una mano a la población local, igual que aquellos 1.300 soldados que envió el gobierno Aznar en 2003, que no participaron en los combates de las fuerzas de la Coalición contra el Ejercito de Saddam Hussein, sino que ayudaron al pueblo iraquí, desarrollaron una labor humanitaria encomiable, y defendieron a la gente de los ataques de Al-Qaeda, sin merecerse el miserable ataque sectario de quien hoy gobierna el país y de sus acólitos. La misma demagogia y desvergüenza política que en 2004 fue utilizada por el PSOE para desprestigiar a nuestras tropas en Irak, se utiliza ahora en 2010 para enviar en secreto (como ha denunciado la Asociación Profesional “Unión de Oficiales” de la Guardia Civil) a los miembros de la Benemérita a Irak. Con un gobierno mediocre que no es capaz de explicar a sus ciudadanos por qué toma las decisiones que toma, que prefiere enredar y mentir, para ocultar lo que hace y para esconder lo que no hace, que es aun peor. Sin explicar públicamente que debemos estar en Irak, como debemos estar en Afganistán, no por estar, si no para cumplir la misión de la Comunidad Internacional encargada por la ONU y alcanzar los objetivos marcados, derrotando a Al-Qaeda y a los Talibanes, a aquellos con los que no es posible un entendimiento ni apaños de ningún tipo, porque se han comprometido a aniquilar nuestro propio sistema de vida.

¿Y por qué se hacen las cosas tan mal en España, una y otra vez? Porque la política española hace mucho que se disolvió como un azucarillo, amoldándose a los parámetros descritos por el demente maestro de propaganda Adolf Hitler; exterminando la posibilidad de un debate serio sobre cualquier tema. Porque cuando la razón es sustituida por la ideología, cuando las opiniones informadas se sustituyen por insultos y eslóganes, y cuando el demagogo descerebrante acusa a sus detractores de fascistas, la confusión general da paso a un estadio mental donde la política con mayúsculas es sometida a la propaganda. Y ahí, quien nos gobierna hoy, se mueve como pez en el agua.(Alvaro Ballesteros/El Imparcial).

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Si la mayoría de ciudadanos está a la altura de Zapatero, esto no tiene remedio.

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