La historia de la Corona de Aragón es una de las materias
que vienen saliendo damnificada por la «construcción nacional» del
independentismo catalán. A lo largo de los años, Aragón se ha quejado de
la insistente voluntad de reescribir la historia para acomodarla a las
tesis independentistas de Cataluña. Uno de los episodios más recientes
ha sido la difusión, a través de un portal oficial vinculado a la
Generalitat, de la idea del «Reino de Cataluña», obviando que en
realidad fue un territorio más dentro de la Corona de Aragón. Pero ha
sido un episodio más dentro de una ya larga lista de polémicas
históricas que, en Aragón, son sentidas como agravio a la memoria de la
Corona de Aragón y, por extensión, a la historia del propio Reino de
España.
«Reino de Cataluña»
Mes pasado, mediados de octubre: en una página web
turística vinculada a la Generalitat (cataloniatours.cat), se difunden
ante todo el mundo varias rutas turísticas ligadas al pasado de esa
región. Y una de ellas se basa en la «casa real catalana». Hasta ahora, el nacionalismo vecino solía hablar de la «Corona catalano-aragonesa»,
un concepto que historiadores e instituciones aragonesas han insistido
desde hace años en denunciar como una falsedad histórica de asombroso
calibre.
Ahora, la Generalitat dirigida por CiU -partido entre cuyas cabezas visibles se cuenta al oscense, de Alcampell, Josep Antoni Duran i Lleida-
da un paso más y habla abiertamente de la «casa real catalana». Obvia
por completo el nombre de Aragón, y no parece un olvido sin más. Así lo
hace cuando, en esta web, al referirse a finales del siglo XV apunta que
«es en aquella época esplendorosa que nace la concepción de la nación
catalana como una unidad territorial y lingüística, entre países
hermanos y de igual a igual, que reúne el Principado de Andorra, el
Principado de Cataluña, el País Valenciano y las Islas Baleares». Ni
mención a Aragón, pese a que la realidad de aquel momento era que la
actual Cataluña era un territorio más de la Corona de Aragón, junto a lo
que hoy son la Comunidad Valenciana y Baleares.
Como ha recordado en reiteradas ocasiones el historiador Domingo Buesa, nunca existió un Reino de Cataluña, sino un Condado de Barcelona.
Y éste accedió a la condición de territorio real en el siglo XII,
«cuando la reina Petronila de Aragón se casó con el conde Ramón
Berenguer IV de Barcelona, y el hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer
rey de la Corona de Aragón».
El rey Pedro III, «rebautizado»
Más episodios. Año 2009: Cataluña provoca otra disputa con Aragón a vueltas con la historia, cuando la Generalitat «rebautizó» al rey Pedro III de Aragón como «Pere II».
Tampoco era una mera catalanización del nombre del rey aragonés. Tras
la maniobra había un objetivo más amplio, que engarza con la vocación
nacionalista por ir construyendo su relato de la inexistente Corona
catalana: «encontrado» un rey por la vía de la catalanización de su
nombre y del ordinal (Pedro segundo, en vez de Pedro tercero, para
engarzarlo con el orden del supuesto linaje real catalán), quedaría
argumentada la existencia de una Corona a la catalana. En aquel momento
surgió en Aragón un amplio movimiento de contestación social y política.
El PAR acusó al nacionalismo catalán de «profanar» la historia de
Aragón y, por ende, la de España.
Archivo de la Corona
Sin embargo, la insistencia con la que el nacionalismo
catalán trata de ningunear su pasado como un territorio más de la Corona
de Aragón contrasta con el especial celo que, a lo largo de los años,
los sucesivos gobiernos nacionalistas de la Generalitat han puesto para
blindar y cerrar el paso a la gestión compartida del Archivo de la
Corona de Aragón, que tiene su sede física en Barcelona.
El Archivo de la Corona de Aragón es de titularidad
estatal. Hace tiempo se instauró una fórmula de gestión compartida, para
que Cataluña no tuviera sobre dicho archivo más voz que cualquier otro
de los territorios que formaron parte de la Corona aragonesa. Se creó el
patronato del Archivo de la Corona de Aragón, órgano
del que forman parte los actuales gobiernos autonómicos de las
comunidades cuyos territorios formaron parte en la histórica Corona:
Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares. Pero quedó en papel mojado. La Generalitat ha presionado, y conseguido, para mantener bloqueado ese patronato.
Lo cierto es, sin embargo, que los sucesivos gobiernos
centrales han preferido aparcar la polémica con una salomónica decisión:
no convocar al patronato del Archivo de la Corona de Aragón. Y así se
está desde hace años.
El Principado de Gerona, aragonés
La historia, eso sí, deja datos curiosos. Por ejemplo, el hecho de que el título de Príncipe de Gerona -que ostentan los herederos al trono de España, actualmente Don Felipe- es un título nacido y perteneciente a la historia de la Corona de Aragón, no de Cataluña.
El Principado de Girona remonta su origen al año 1351. Fue instituido inicialmente como Ducado por el rey Pedro IV de Aragón en el año 1351. Medio
siglo después, Fernando I de Antequera, primer rey de Aragón de la
dinastía de los Trastámaras, elevó la categoría a la dignidad de
Principado en 1416 con el que distinguir al heredero a la
Corona de Aragón. El infante Don Alonso (futuro rey Alfonso V) fue el
primer en recibir el título de Príncipe de Gerona. Desde entonces, la
tradición se mantuvo, con la celebración de la ceremonia en la que se
juraba al heredero al trono y se le investía con el título de Príncipe
de Gerona. La ceremonia, por cierto, siempre se hacía en Zaragoza en
primer lugar, y luego solía repetirse en otros territorios que formaban
parte de la Corona de Aragón.
Hay quienes abogan, caso concreto del PAR, por que las
Cortes aragonesas aprueben una ley de derechos históricos que, entre
otras cosas, recoja aspectos como el título del Príncipe de Gerona
ligado, como lo estuvo, a la honda historia de la Corona de Aragón. Una
pretendida ley de derechos históricos que el PAR también cree que
serviría para plantar cara a la persistente «manipulación» de la
historia por parte del nacionalismo catalán. (ABC).
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