La irresponsabilidad de Zapatero acabará hundiendo la economía española. (La Gaceta)
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero
El dinero es cobarde y los temores de los inversores sobre el posible contagio de la crisis griega al resto de las economías europeas y, en concreto, a España y Portugal, hundían ayer las Bolsas y, en especial, el Ibex, que cerraba la sesión con una caída del 5,4%. El diferencial del bono a 10 años España-Alemania ascendía hasta los 121,9 puntos básicos desde los 102,8 del lunes, mientras que el coste del seguro contra un suspensión de pagos de la economía española se disparaba hasta los 212 puntos básicos desde los 163 del día anterior.
Un mal presagio, que pone de manifiesto la falta de credibilidad de la economía española. Un síntoma muy grave y que tiene un claro culpable: José Luis Rodríguez Zapatero.
La irresponsabilidad del presidente del Gobierno, su inoperancia a la hora de afrontar los problemas, su empecinamiento en negar la evidencia, su recurso al engaño y a la mentira han arrastrado a la economía nacional a una crisis de confianza que va a sumir a España en la pobreza. Ésa es la triste realidad, pero él, Zapatero, sigue en sus trece. Ayer en Bruselas, sin ir más lejos, calificaba de “absoluta locura” y “despropósito descomunal” el rumor que apunta a que España necesitará una ayuda de 280.000 millones de euros de la Unión Europea, similar a la que ha solicitado Grecia.
Y es que el pánico de los inversores se estaba viendo alimentado por las informaciones aparecidas en los principales diarios internacionales. Le Figaro recogía ayer un rumor según el cual España necesitaría 280.000 millones de euros que podría pedir al FMI. A esto hay que sumar que el diario francés Les Echos llevaba a portada la crisis española, tanto económica como también moral y que el New York Times afirmaba con rotundidad: “España puede seguir el mismo camino que Grecia”.
Estas informaciones aparecen en un momento en que la confianza en España se encuentra bajo mínimos y cuando arrecian los rumores sobre más recortes en nuestro rating por parte de las agencias de calificación. Un importante revés, en vísperas de la reunión con el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, en la que se va a abordar la crisis del sector financiero y el plan de ayuda a la economía helena, pero sobre todo una manifestación clara de la falta de credibilidad de Zapatero y su Gobierno para sacar adelante a una renqueante economía sumida en una recesión de difícil retorno. Los rotativos internacionales destacan que aparte de la falta de progreso en la vigilancia del crecimiento de la banca al Gobierno se le vienen encima otros problemas más grandes como el elevado déficit fiscal, en aumento por el elevado desempleo y la persistente recesión.
Hasta la fecha, las políticas de Zapatero se han basado en la esperanza de que la economía comenzara a recuperarse pronto y que la tasa de desempleo no superara el 19% este año. Pero ni lo uno ni lo otro. La semana pasada se confirmó que el paro había alcanzado ya al 20,05% de la población activa –el doble que en 2008 cuando el país entró en recesión– y los analistas apuntan a que, al contrario de las estimaciones del Gobierno, la destrucción de empleo no ha tocado techo todavía. Si el Gobierno que preside Zapatero persiste, como parece, en su negativa a afrontar las reformas estructurales que necesita la economía española –reestructuración financiera, reforma laboral, revisión de las pensiones y drástico ajuste del gasto de todas las Administraciones– puede acabar mandando la economía española a segunda división siguiendo los pasos de Grecia. El presidente es el problema y, por el bien de España y rememorando a José María Aznar, habría que pedirle:
¡Váyase señor Zapatero!
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