El Gobierno británico quiere acabar con la “forzada holgazanería” de la población reclusa y ponerla a trabajar ocho horas diarias en la cárcel, por las que los presos recibirían el salario mínimo interprofesional (unos 220 euros a la semana).
Los reclusos podrían depositar sus ahorros en una libreta bancaria y remitir parte de sus ingresos a sus familias, al tiempo que estarían obligados a destinar una quinta parte del sueldo a asociaciones de víctimas.
El plan, anunciado por el ministro de Justicia, Kenneth Clarke, en el congreso del Partido Conservador, cuenta con algunas dificultades para su ejecución, como la reticencia del sector privado a situar minifactorías en las prisiones y la necesidad de que esos puestos laborales no sean robados al mercado de trabajo. Pero Clarke insistió en la conveniencia de inculcar “un régimen de duro trabajo” a los presos con el fin de preparlos para el mercado de trabajo cuando hayan cumplido sus penas.
Forzada y aburrida holgazanería
“La mayoría de los presos lleva una vida de forzada y aburrida holgazanería, en la que levantarse de la cama es opcional. Si queremos reducir los crímenes que esa gente pueda cometer fuera, al tiempo que incrementamos la cantidad destinada a ayudar a las víctimas, necesitamos que tantos presos como sea posible trabajen duro las normales horas de trabajo”, afirmó el ministro.
En la actualidad, los presos que trabajan en talleres carcelarios cobran unos 10 euros a la semana por trabajos a tiempo parcial, mientras que quienes se ocupan de tareas básicas en la marcha de la prisión, como limpiza y lavandería, cobran la mitad. Las cárceles británicas cuentan con 85.000 reclusos.
Clarke admitió que existen dificultades para la puesta en marcha de este plan. Así, reconoció la reticencia de la iniciativa privada, debido a la mala imagen que puede suponer, el coste de la puesta en marcha de esos puestos de trabajo y la incoveniencia de tener que fomar a presos con estancias cortas en prisión. También indicó que la producción de bienes tendría que limitarse a productos que llegan al Reino Unide desde fuera de la Unión Europea con el fin de evitar dar la impresión que se “roban legítimos puestos de trabajo”.
Entidades que se dedican a la promoción personal de la población reclusa han dado la bienvenida a la iniciativa, aunque de un modo tibio por sus dudas sobre la viabilidad del plan. (ABC)
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MEJOR QUE HOGAZANEAR.
Que miles de presos se pasen días y años sin hacer nada es lo peor de lo peor. Es la destrucción de una persona. A pesar de los inconvenientes que pueda haber, ponerles a trabajar es lo mejor para ellos y, de paso, para la sociedad. Al salir de la cárcel habrán aprendido un oficio. Mejor que no tenerlo. Y habrán aprovechado el tiempo Y se habrán sentido útiles, aparte de ganar un salario.
Sebastián Urbina.
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MEJOR QUE HOGAZANEAR.
Que miles de presos se pasen días y años sin hacer nada es lo peor de lo peor. Es la destrucción de una persona. A pesar de los inconvenientes que pueda haber, ponerles a trabajar es lo mejor para ellos y, de paso, para la sociedad. Al salir de la cárcel habrán aprendido un oficio. Mejor que no tenerlo. Y habrán aprovechado el tiempo Y se habrán sentido útiles, aparte de ganar un salario.
Sebastián Urbina.
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