ESCÁNDALO: SOCIALISTAS Y JUDICATURA

Del 'caminito de Jerez' a ganar un 10% más

LA CONCESIÓN al juez Gómez Bermúdez de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, máxima condecoración que tiene en su mano otorgar el ministro del Interior, es un escándalo que aumenta la sensación de conchabeo entre el Gobierno actual y el magistrado que presidió el tribunal que juzgó el 11-M.

Si ya de por sí resulta chocante que el responsable político de turno premie a un magistrado, más lo es en este caso, tanto por el premiado como por el tipo de condecoración. Estamos hablando de una medalla creada para reconocer a quienes resulten heridos o hayan puesto en riesgo su vida en acto de servicio. Y aunque es cierto que muchos de los magistrados que han pasado por la Audiencia Nacional han recibido esas condecoraciones -Grande Marlaska este año, sin ir más lejos-, se trata de una práctica polémica, que genera demasiadas suspicacias al socavar la imagen de independencia e imparcialidad que debe presidir el ejercicio de la justicia. Por eso mismo un grupo de juristas ha pedido al Consejo General del Poder Judicial que investigue esta situación.

Dado que la cruz concedida a Gómez Bermúdez se traduce en un incremento salarial de por vida, el mensaje que el Gobierno envía a la judicatura es muy claro: quien quiera mejorar su estatus debe estar a buenas con el poder Ejecutivo. En el caso concreto que nos ocupa esa lectura es mucho más obvia, por cuanto la sentencia del 11-M, que marca el antes y el después de la carrera del hoy presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, fue presentada por él mismo como una operación de imagen destinada a dar carpetazo al peor atentado sufrido por el país, cuando se trata en realidad de un fallo que deja abiertas demasiadas incógnitas sobre lo que de verdad ocurrió.

De poco van a servir campañas publicitarias como la presentada esta semana por el CGPJ destinada a «fomentar entre la ciudadanía la confianza en la Administración de Justicia» si luego la gente ve las prebendas que algunos magistrados reciben de los políticos y constata la sospechosa cercanía entre los intereses partidistas y los de la Administración de Justicia.

Conviene recordar que Gómez Bermúdez fue el juez que prometió a las víctimas del 11-M que habría deducción de testimonio contra todo aquel que hubiera incurrido en negligencia durante la investigación o cometido perjurio durante el juicio, y que los responsables irían «caminito de Jerez», en alusión a la cárcel de El Puerto de Santa María. Entre ellos había varios mandos policiales. Sin embargo, a la hora de la verdad, no sólo no actuó contra estos funcionarios, sino que puso toda clase de trabas a las víctimas, al punto de que les negó durante meses los vídeos clave que recogen la reveladora reacción de sorpresa de los peritos al conocer los resultados de los análisis de explosivo del 11-M, que desmienten fácticamente su sentencia.

Así pues, el Ministerio del Interior cierra el círculo concediendo una Cruz al Mérito Policial a quien ha abdicado de investigar a los policías. Quien iba a ponerles «caminito de Jerez» ha acabado recibiendo del ministro del ramo un complemento equivalente al 10% del sueldo, y ello en un momento de crisis en el que los salarios de la Administración se han rebajado por decreto.

La medalla para Gómez Bermúdez es la tercera que re- cibe el juez tras el fallo del 11-M por parte de Rubalcaba. El ministro recibió ayer una sonora pitada en el acto central de la Semana Institucional de la Guardia Civil al decir en su discurso que había mejorado las condiciones de los agentes. A lo que se ve, se ha ocupado con mayor eficacia de incrementar los emolumentos de algunos jueces. No en vano le dijo a Bermúdez: «Buen trabajo». (E-Pésimo/ de El Mundo)