EL OASIS OKUPADO.
Si Cataluña ha demostrado no ser precisamente un oasis en lo que a corrupción se refiere, no se puede decir lo mismo de los movimientos antisistema, amparados incluso por las propias instituciones. En los últimos cinco años estos casos han proliferado y Barcelona ha sido el escenario de verdaderas batallas campales entre los ocupas y la Policía.
Estos enfrentamientos se cuentan por decenas, y fueron especialmente virulentos en el barrio barcelonés de Gracia, aunque también se produjeron en el de Sants, en Cornellá o en el metro de la Ciudad Condal. Agentes heridos, contenedores quemados y daños de consideración en inmuebles y material urbano eran el pan de cada día, fundamentalmente entre los años 2004, 2005 y 2006.
Más allá de estos enfrentamientos violentos, los ocupas fueron respaldados, en muchos casos, por la Justicia, cargos públicos de la Generalidad e incluso por el propio Gobierno.
4 de noviembre de 2003. Así, en noviembre de 2003 una juez de Tarragona protegió a unos antisistema que habían sido acusados por la Fiscalía de un delito de usurpación al instalarse en un edificio en ruinas, porque entendía que realizaban una función “social”.
23 de julio de 2004. Un año después, el Ayuntamiento de Barcelona fue condenado por vulnerar los derechos fundamentales de unos ocupas al realizar un desalojo sin autorización judicial y únicamente por decisión administrativa. El derecho violado en cuestión era el de inviolabilidad de domicilio.
Mientras los casos de usurpación de inmuebles proliferaban, los ocupas recibían el apoyo de cargos públicos de la Generalidad e incluso del propio Gobierno, ante la impotencia y frustración de sus propietarios.
12 de diciembre de 2006. La entonces ministra de Vivienda, María Antonio Trujillo –recordada fundamentalmente por regalar zapatillas de deporte a los jóvenes para que fueran a buscar sus soluciones habitacionales– justificaba que el gobierno catalán no desalojara a los usurpadores de viviendas porque era “otro estilo de vida”, “alternativa”, muy común en ciudades de la UE como Berlín, Londres o Ámsterdam.
El mismo día en que Trujillo hacía estas declaraciones, el ejecutivo de Montilla aprobaba una ley que permitía expropiar viviendas cuyos propietarios las tuvieran desalojadas durante al menos dos años y hubieran rechazado alquilarlas o recibir ayudas para rehabilitarlas.
23 de enero de 2007. Por su parte, la entonces tercera teniente alcalde de Barcelona, Inma Mayol, y pareja del consejero de Interior, Joan Saura, se declaraba “antisistema”, defendía a los ocupas, de los que decía que “no” eran delincuentes y que “tenían parte de razón”.
Mientras, el clima de impunidad crecía en Cataluña, ya que las órdenes judiciales de desalojo cuando no daban la razón al usurpador se eternizaban en llegar. Así, al dueño de una vivienda en la localidad barcelonesa de Granollers le devolvió su casa un incendio. Esperaba la orden judicial desde octubre de 2005, pero fue un fuego desatado a finales de enero de 2006 el que hizo a los ocupas abandonarla.
19 de enero de 2007. Tal era el grado de exención del que gozaban los antisistema, que un año después los ocupas de un piso de Barcelona llegaron a denunciar a su propietario por “violar su intimidad”. Es por ello que el presidente de la Asociación de Propietarios de Cataluña, Lluís Miquel Phaissa, quien tuvo que echar él mismo de uno de sus pisos a unos ocupantes que se instalaron de forma ilegal, aconsejaba que los propietarios a quienes les ocurriera algo así los expulsaran por su cuenta, sin acudir a la Policía.
Phaissa afirmaba que “a nivel legal, nosotros nos ventilamos las cosas porque en este país no se puede llamar a nadie”, ya que "tienes que demostrar que eres el propietario, como si en este país no pagásemos IBI o no hubiera un registro de propiedad”.
19 de noviembre de 2009. Este jueves ha vuelto a hacerse público un nuevo caso de ocupación ilegal. También en Cataluña: una familia que lleva 16 meses con la casa ocupada y que tras salir un día de su vivienda, propiedad de la Generalidad, nunca más pudo entrar en ella. A pesar de las denuncias y las sentencias, los intrusos se jactan: "¿qué hacen aquí?" La Justicia, una vez más, no los expulsa. (O. Moya/LD).
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CUANDO LOS OKUPAS NO SON EL PROBLEMA.
Dice Ludwig Von Mises en su obra 'El socialismo':
'La evolución hacia el socialismo no se realiza por una simple transferencia formal al Estado. La restricción de los derechos del propietario es también un medio de socialización. Se le retira gradualmente la facultad de disponer de su bien'.
En estas palabras de Mises podemos ver el comportamiento de las instituciones del Estado. O de parte de ellas. De ahí que los okupas no sean el verdadero problema, aunque resulten molestos e incluso desagradables. Especialmente para el propietario okupado. Pero el verdadero problema no son ellos.
Sucede algo parecido con los violadores, los ladrones u otros delincuentes. Se supone que la policía se encargará de su detención y puesta a disposición de los jueces. Cuando esto no sucede, algo falla en el funcionamiento del Estado de Derecho.
Y en eso estamos. En una crisis del Estado de Derecho. Este tipo de crisis tiene similitudes con la salud de las personas. Podemos tener un resfriado y nos puede doler una pierna, pero esto no supone una crisis preocupante para nuestra salud. Pero si en vez de un resfriado tenemos una pulmonía y si en vez de dolores en la pierna tenemos gangrena, la cosa cambia. Nuestra salud está pasando una preocupante crisis. Y tendremos que tomar serias medidas para restablecer la situación y volver a la normalidad.
Pues bien, en España, el Estado de Derecho, está en crisis. No se trata de un simple resfriado. Es más grave. ¿Por qué? Veamos algunos ejemplos.
En primer lugar, la persistente y generalizada corrupción de la clase política. Esto supone, aparte de un insulto a los ciudadanos, un enorme despilfarro económico que no nos podemos permitir. ¿Cómo se puede exigir el pago de impuestos a los ciudadanos cuando la clase política no ha tomado, ni toma, medidas efectivas para disminuir este gravísimo problema? No hablo de eliminar la corrupción. Hablo de disminuirla.
Otro gravísmo problema es el de la ley electoral. Un principio fundamental de los sistemas políticos democráticos es, 'Un hombre un voto'. Las feministas deben quedar tranquilas porque 'un hombre' se refiere a todas las personas. No solamente a los hombres. Debería ser obvio, pero no me fío. Pues bien, este principio no se respeta. Lo repetiré una vez más. En las pasadas elecciones generales, PNV y UPyD obtuvieron el mismo número de votos. Pero el PNV consiguió SEIS diputados y UPyD, solamente UN diputado. Esto es vergonzoso y antidemocrático. Y así llevamos años y años.
Estos dos ejemplos deberían bastar para escandalizar a los ciudadanos que atesoren una mínima sensibilidad democrática. Otra cosa, en la que no voy a entrar, es si una parte importante de la población está aborregada y no se inmuta por esas minucias. Que esa es otra.
Pero seguiremos con un tercer ejemplo. El de la falta de respeto, por parte de las instituciones (supuestamente respetuosas con las leyes) de la propiedad privada. O sea, usted trabaja como un burro (un burro democrático, eso sí) para dejar un piso a sus hijos. Pero resulta que unos angelitos (los okupas) se meten en dicho piso. Usted reclama ante las autoridades judiciales. Pero le dicen que los okupas ejercen 'un modo de vida alternativo' que, por lo visto, debe respetarse. ¡Y vaya usted con cuidado! No se le ocurra cambiar la cerradura y mucho menos amenazar a los okupas. ¡Caerá sobre usted todo el peso de la ley!
Lo sé, malvivimos en una sociedad mierdosa. Esto significa, que está infectada por el virus progre. O por el virus socialista, como indicaba el economista Mises, en la cita inicial. Por supuesto, si usted protesta airadamente será visto como un facha insolidario. O como un rancio e irascible espécimen de extrema derecha. Ya está. No siga. Cállese y pague los impuestos.
Me olvidaba. ¡Vote a Zapatero!
Sebastián Urbina.
PD.
Nada de esto significa que me guste Rajoy. Carece de agallas democráticas. Pero es mejor que esta cuadrilla de progres enloquecidos.
2 comentarios:
Sebastián,
Es un super abuso lo que de impuestos se paga en España. En muchos casos tenemos doble imposición. Mientras el sector público sobredimensionado y tirando el dinero a manos llenas. Los que se llaman defensores de los trabajadores, "gravan" gravemente el trabajo. Así entran ganas de ir de okupa.
Saludos
Cuando los okupas no son el problema, el verdadero problema son los políticos que legislan y ejecutan las leyes y los jueces que las interpretan y juzgan los hechos ilegales o delictivos,anteponiendo los intereses del violador de las normas sobre los de las víctimas que los mantienen en sus puestos. http://antiokupas.blogspot.com/
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