lunes, 12 de noviembre de 2012

CATATONIA

 
 (Todos felices con las propuestas de Artur Mas, el Magnífico. Habrá, también, más alfalfa. Y buenos pastos.)
 
 
 
 
La región autónoma de Catatonia.
 
 Esa Cataluña que Artur Mas intenta vender por el mundo como una Suiza oprimida por el Estado español es, en realidad, la región más endeudada de Occidente.
 
Dada mi carrera profesional como escritora, editora y traductora, tengo un contacto frecuente con las empresas de la industria librera, desde las grandes hasta las independientes. En una reciente visita a una de ellas, un editor me contó, asombrado, que un compañero catalán le había preguntado si para ir de Barcelona a Madrid había que pasar por San Sebastián. 

Cuando hice un comentario jocoso sobre la burricie del editor en cuestión, mi amigo respondió que no se trata de una anécdota aislada, porque en Cataluña se ha puesto de moda alardear del desconocimiento de la zona que denominan “el Estado español”. Pero esta incultura enciclopédica no es simulada, sino dolorosamente real.

Cuando Pujol llegó al poder en los años ochenta una de sus primeras imposiciones fue la purga del idioma español mediante la ley de política lingüística de 1983, que comenzó con la expulsión de 14.000 maestros por negarse a impartir clase en catalán. En este terrible éxodo unos profesores huyeron de su región natal por voluntad propia y otros por sentirse incapaces de cambiar de lengua a su mediana edad, pero los que se negaron a aceptar la depuración nacionalista fueron despedidos de forma ilegal. 

Así comenzó a impartirse en las escolas autonómicas el programa de historia-ficción que los niños catalanes llevan 30 años estudiando. El editor catalán que hoy no sabe dónde están Madrid y San Sebastián aprendió en el colegio que los Reyes Católicos son culpables de que Cataluña forme parte del imperio español y que la Guerra Civil sólo afectó al sufrido territorio catalán, cuyos habitantes lucharon contra la ocupación nacional, entre otras muchas manipulaciones históricas, geográficas y culturales que trastocan burdamente la historia de nuestro país.

Tras obtener por la Constitución de 1978 un estatus autonómico que ya quisieran para sí buena parte de las regiones del mundo occidental, Cataluña no ha empleado su libertad para aumentar con generosidad la grandeza de la nación a la que pertenece, sino que la ha aprovechado para expoliar las arcas y minar el prestigio de España. Pero en su avaricioso proyecto nacionalista, los políticos catalanes no barruntaron una crisis que expondría todas sus vergüenzas. Esa Cataluña que Artur Mas intenta vender por el mundo como una Suiza oprimida por el Estado español es, en realidad, la región más endeudada de Occidente (44.000 millones de euros) y la más afectada por la huida de profesionales al extranjero en busca de trabajo. 

Sin embargo, la última encuesta del CIS indica que las autonómicas del 25 de noviembre van a conformar el Parlamento más soberanista de la historia catalana, con CiU entre la mayoría absoluta y la mayoría simple, el PPC en segundo lugar y un PSC irrelevante. En caso de pactar con los independistas de ERC e ICV, Mas tendría el apoyo de dos tercios de la cámara. Los nacionalistas catalanes han convertido a la gran Cataluña de antaño en una región que bien podría llamarse “Catatonia”. (Gabriela Bustelo/La Gaceta)

1 comentario:

misael dijo...

Sebastián,

Decía Juan Manuel de Prada que la ciudadanía de Zp es el pueblo convertido en rebaño. ¡ Qué razón tiene!

¿ Dónde andarán aquellos del "España no es Grecia", o los del "España no se rompe ? Son los mismos que mantienen que el estado del bienestar se lo debemos al "estado autonómico que nos hemos dado".

Saludos