¡QUÉ BAJO HA CAÍDO BARCELONA!
SÍ SON BIENVENIDOS.
Necesitaría Ada Colau multiplicar por mil su elocuencia para hablar sobre el compromiso democrático de las Fuerzas Armadas españolas y, aun así, no se acercaría a la esencia de lo que, en un Estado moderno, representan todos esos hombres y mujeres dispuestos a dar la vida por la libertad de sus conciudadanos.
Tal vez porque las convicciones democráticas de la alcaldesa de Barcelona son muy endebles, no alcanza a comprender qué se entiende hoy por Defensa.
En su palmaria mezquindad moral, no da la bienvenida a los profesionales que la defienden a ella misma, pero sí lo hacen en Bosnia, Líbano, Afganistán, Haití, Somalia y tantos lugares donde nuestros soldados dan ejemplo de calidad humana, generosidad, coraje y eficiencia.
Es probable que la regidora populista, digna representante de la decadencia de una sociedad débil y falta de hondura, pase por alto que la paz tiene siempre un largo camino de ida y vuelta, y que disfrutamos de un Ejército moderno, comprometido, democrático, con el menor presupuesto de toda la UE.
Ojalá que Colau nunca precise comprobar la ayuda y el servicio que los militares españoles prestan a diario en las peores circunstancias.
(Bieito Rubido/ABC)
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