viernes, 16 de septiembre de 2016

DOS VARAS DE MEDIR.

 (La manipulación de la mayoría de los medios de comunicación y el sectarismo socialista hacen efecto en buena parte de la opinión pública.

 No hay equilibrio. Hay dos varas de medir. Una para los 'buenos' y otra para los 'malos'. O sea, odio y 'guerracivilismo'.)




Rita, con 50.000 euros, culpable;

 Griñán y Chaves, con 741 millones, no



Las distintas reacciones públicas de algunos dirigentes socialistas a las dos noticias sobre casos de corrupción que han saltado en el tiempo: la investigación sobre Rita Barberá de un supuesto delito de blanqueo de capital de 50.000 euros y la acusación de la Fiscalía contra Griñán y Chávez sobre los 741 millones que se “despistaron” durante su gestión al frente de la Junta de Andalucía, dan una idea de hasta qué punto se ha envilecido la política en nuestro país.

Yo no voy a defender a nadie que haya cometido delito de corrupción alguno por 100, 1.000 o un millón de euros, pero me parece una hipocresía total que para el PSOE Rita Barberá sea una corrupta en potencia, y Chaves y Griñán sean dos santos varones, a los que sus subalternos le hicieron una pirula y a sus espaldas se gastaron el dinero del paro para financiar ERE en empresas con trabajadores falsos que, ¡oh casualidad! muchos eran del PSOE. 

Un poco de seriedad y respeto a los ciudadanos, que no somos tontos, oiga.

(Paloma Cervilla/ABC) 


 EL DOBLE RASERO TAMBIÉN ES CORRUPCIÓN.

Ya no son cálculos periodísticos ni especulaciones policiales: la Fiscalía ha calculado el montante de lo robado en la trama de los ERE y la escalofriante cifra supera los 740 millones de euros. Una cantidad absolutamente descomunal, extraordinaria y sin parangón con ningún caso de corrupción de la historia de España, con la única excepción del saqueo de Cataluña perpetrado por CiU y los Pujol, probablemente el mayor caso de corrupción de la historia de Europa.

Es además una trama en la que desde la Administración se creó un circuito paralelo de reparto de dinero para comprar votos, engrasar lealtades y, en definitiva, mantener un régimen que ya ha imperado sobre Andalucía más que la dictadura franquista.

Ninguna corrupción es tolerable, cualquier hecho delictivo debe ser castigado y en todos los casos deberían pedirse las responsabilidades políticas necesarias. Dicho esto, no es posible obviar la brutal diferencia que tiene el impacto en la opinión pública de este inmenso caso de corrupción y el de otros mucho menores en cuantía y que no han ensuciado a toda una Administración, pero que, sin embargo, copan las portadas y los informativos.

Así las cosas, cuando se compara la magnitud del dinero supuestamente blanqueado en Valencia –unas decenas de miles de euros– con los centenares de millones del sistema delictivo presuntamente creado desde la Junta; o el objetivo de una de las tramas –financiar parte del gasto en unas únicas elecciones– con el de la otra –el desvío prolongado y masivo de fondos para una operación inaudita de cacicazgo a gran escala–, sorprende que Rita Barberá sea poco menos que el enemigo público número uno mientras el PSOE se permite el lujo de ir dando lecciones sobre corrupción.

La conclusión es evidente: una parte de la sociedad española, y muy especialmente de la política y los medios, está cargando contra la corrupción del PP no por afán de limpieza democrática, sino para sacar tajada de una manera ominosa.

Esa escandalosa doble vara de medir es también corrupción, una corrupción tremendamente grave aunque no sea constitutiva de delito, porque la limpieza de las instituciones y la vida política debe ser un valor primordial, exigible a todos los actores políticos, no un caballo de Troya para conducir proyectos totalitarios al poder.

El doble rasero es el gran enemigo de la justicia, y sin justicia no es posible la regeneración democrática.

(Edit.LD.)

1 comentario:

Porque calla..? dijo...

Y el Gran Desobediente calladito....es lo que hay....