El Gobierno prohibirá el crucifijo, pero se podrá trabajar con velo
La nueva Ley de Libertad Religiosa prohibirá poner crucifijos en las escuelas públicas, aunque en las concertadas primará el ideario del colegio y sí podrán mantenerlo si lo desean y, sin embargo, las mujeres musulmanas podrán llevar el velo a trabajar amparándose en la idea de potenciar una mayor "pluralidad" de credos. (El Imparcial)
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Con independencia de que no toda la izquierda es igual de estúpida e intolerante, como podemos ver en los ejemplos de Miguel de Unamuno, Tierno Galván, Nataliza Ginzburg y otros, el intento de eliminar los crucifijos es una idea de la izquierda. No dudo de que haya gente de izquierdas que no está de acuerdo con esta medida, pero callan como muertos. No se les oye.
Es como los islamistas moderados. Dicen que los hay y seguro que sí, pero no se les oye.
Ayer, viernes, en un programa de debate (en el que, como suele suceder en los debates en España, hablan varios al mismo tiempo) titulado ‘El gato al agua’ de Intereconomía, uno de los contertulios, pro-socialista, el periodista Raimundo Castro, dio el siguiente argumento:
‘Los musulmanes pueden sentirse ofendidos por el crucifijo’. La consecuencia, según el rojerío mediático, es que hay que quitarlo.
Un aspecto importante en las relaciones humanas, excepto con menores y discapacitados, es la reciprocidad. También con las personas con las que tenemos unos fuertes vínculos de amor o amistad. En tales casos, no tenemos en cuenta la reciprocidad. Al menos de manera preferente y sistemática. Pero es lo normal con el resto de las personas. Queremos que nos traten de igual a igual. Aunque haya excepciones, como en el ejército puesto que la cadena jerárquica es fundamental para la eficiencia.
Pues bien, supongamos que un cristiano visita Marruecos, por ejemplo. Y manifiesta que le ofenden los símbolos islámicos, como en el ejemplo puesto por el periodista pro-socialista. ¿Dirán los musulmanes, como Raimundo Castro, que hay que retirar los símbolos para no ofender a los cristianos? ¡Claro que no! Dirán que les estamos insultando y, por supuesto, no retirarán sus símbolos. Tendremos suerte si no nos expulsan a patadas.
¿Por qué acepta la izquierda esta falta de reciprocidad?
¿Estupidez? ¿Odio al cristianismo y al catolicismo? ¿Relativismo enfermizo? ¿Confusión entre tolerancia y entreguismo suicida?
Recordemos, una vez más, que en Extremadura, y subvencionado por el Partido socialista, se organizó una exposición de fotografías en las que, entre otras guarradas, se mostraba a
¿Se atreverían estos desgraciados izquierdistas a hacer lo mismo con Mahoma? De ningún modo. ¿Por qué? Porque son unos cobardes. Son fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. Saben que los católicos no les pondrán una bomba en su culo progresista. Pero tienen miedo que los islamistas se lo pongan.
Esta es la izquierda realmente existente. ¡Vóteles y sea como ellos!
Pero recuerde que una sociedad que no sabe ni quiere defender sus propios valores, sus propias señas de identidad, y el cristianismo es un pilar fundamental en la construcción de Europa, está condenada a desparecer. Está condenada a ser esclava. Es lo que se merecen. Lo malo es que también nos afecta a los demás, a los que no estamos de acuerdo con este suicidio cultural.
No lo dude. La izquierda actual no es progresista si a esta palabra le damos connotaciones positivas. Espero que les escueza, pero repetiré una frase de Alain Finkielkraut: ‘La izquierda ya no tiene ideas. Sólo enemigos’.
Sea ilustrado. Atrévase a pensar por si mismo. No tema ser políticamente incorrecto.
Sebastián Urbina.
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