A las inusitadas temperaturas al alza que superan los 40 grados, los incendios que han arrasado unas 174.000 hectáreas y las 52 víctimas mortales hay que unir ahora el ambiente caldeado por las acusaciones de varios científicos rusos que afirman que este fenómeno podría estar causado por la experimentación de un arma climática creada por Estados Unidos. Gueorgui Vasíliev, físico de la Universidad Lomonósv de Moscú, iba más allá en sus declaraciones a un diario ruso y achacaba al programa HAARP del ministerio de Defensa deEE UU la causa de todos los cataclismos que han ocurrido en el mundo desde 1997.
Según las acusaciones, el programa en cuestión lejos de ser un proyecto científico para estudiar el funcionamiento de la atmósfera y los efectos del cambio climático –como lo define el departamento de Defensa de EE UU– sería un potente calentador ionosférico que modificaría la electricidad que flota sobre la atmósfera, causando efectos sobre el clima que podrían dirigirse hacia una parte concreta del mundo. De esta forma, HAARP sería una potente arma geofísica que, de ser ciertas las acusaciones, habría contribuido a duplicar la mortalidad-como anunciaba ayer el jefe del departamento de Sanidad de Moscú, Andréi Seltsovski-, en los dos meses de altas temperaturas que lleva sufriendo el país.
El oscurantismo siempre ha acompañado al proyecto, custodiado por las Fuerzas Áreas y la Marina de EEUU y oculto a los investigadores científicos, pero la base de antenas del Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP), situada en Alaska, no es única. La propia Rusia también cuenta con una base similar inscrita bajo el nombre de SURA y su origen data de los últimos coletazos de la URSS, creándose en 1981, en plena Guerra Fría, aunque algunos físicos creen que se quedó desfasado tras el desmoronamiento del bloque comunista. EE UU no pensó lo mismo en 2005, cuando acusó a militares rusos de utilizar la tecnología meteorológica para provocar el huracán Katrina, que arrasó Nueva Orleans. La capacidad de manipular el clima para provocar desastres naturales, inundaciones o sequías ha preocupado mucho por sus efectos devastadores. Ya en 1995, la UE advertía de que el HAARP era una amenaza militar emergente para el medio ambiente y pedía un consejo mundial para presionar a Rusia y EE UU para que acabaran con este tipo de armas.
A tenor de los últimos acontecimientos entre las dos potencias, con intercambio de espías incluido y acusaciones de armas secretas, parece que nos encontramos ante una nueva fase de la Guerra Fría en pleno siglo XXI. Al menos es lo que se desprende de las acusaciones rusas, que llegan en un momento en que las críticas se dirigen hacia el presidente, Vladímir Putin, por su deficiente gestión de los incendios. (LaGaceta)
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RUMORES: ÚLTIMAS NOTICIAS.
Según insistentes rumores, todavía no confirmados, en una reunión secreta entre Bush y Aznar, (en algún lugar de la América profunda) se decidió hacer todo el daño posible a Rusia. ¡Que se jodan estos comunistas!, dicen que dijeron los malvados políticos de la derecha salvaje.
Tampoco se descarta que las inundaciones de Pakistán sean obra de estos fachas sin alma. ¡Qué no es capaz de hacer la derechona para disfrutar con el mal ajeno!
No se descarta que la prevista huelga de los controladores españoles se deba a un virus que se transmite por los ordenadores (inventado en USA) y que dirige la mente de los pobres infectados. Noticias sin confirmar dicen que fue el propio Aznar el más interesado en este juego asesino.
Preguntado el Presidente Zapatero por un periodista asiático que no se quiso identificar, no quiso responder. 'La prudencia política me obliga', dicen que dijo.
Si le ocurre algo sospechoso, almorranas, gripe veraniega, la visita de un político del PP, sofocos menopáusicos o diarreas osmóticas, no dude en denunciarlo al 'Comité de Denuncias por el Plan Americano de Destrucción del Mundo'. La llamada es gratuita.
¡Resistiremos!
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