martes, 1 de marzo de 2011

¿SOCIALISMO VIEJO Y CASPOSO?









LIBERTAD DIGITAL

La portavoz y diputada de Unión, Progreso y Democracia, Rosa Díez, está indignada con la nueva medida del Gobierno para, dicen, ahorrar energía. Para Díez, rebajar el límite de velocidad a 110 kilómetros por hora es "hipócrita", "ineficiente" e "intervencionista hasta un punto intolerable".

Recuerda Díez en su blog que en un mercado libre son los precios "la variable de ajuste de aquellos bienes que son escasos". El Ejecutivo, lamenta, quiere en este caso "decidir por nosotros", algo que para ella "es el colmo": "es como si los zapatos se volvieran más caros y nos dijeran cuántos pares podemos comprar al año. Socialismo del viejo y casposo, en estado puro".

Tras recordar la "aberrante" política energética del Ejecutivo, Rosa Díez se pregunta "qué es este cachondeo". "¿Es que nos han tomado por auténticos gilipollas a todos y se ríen en nuestra cara?" "¿Pero qué ocurrencia es ésta? ¿Y por qué no lo bajamos a 90 km/h y ahorramos más, o directamente vamos en burro y cerramos las gasolineras? ¿Pero qué c... de broma es ésta?", insiste.

Para Díez, "lo mínimo que habría que exigirles es que fueran claros" y "que digan directamente que quieren recaudar más por multas de tráfico y se dejen de faltarnos al respeto poniendo la disculpa del precio del petróleo". En su opinión, todo suena "a broma pesada" y si en el Gobierno creen de verdad que así se arregla el problema energético de España "son más inconscientes y más frívolos de lo que parecen".

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¿SOCIALISMO VIEJO Y CASPOSO?


Dice Rosa Díez que la ceciente medida de rebajar la velocidad en las carreteras a 110 kilómetros por hora es un insulto a los ciudadanos. Y dice que se trata de socialismo del viejo y casposo. Pero me pregunto si hay otro. Me explico.

El socialismo no tiene modo de producción propio. Esto significa que, cuando gana las elecciones, tiene que gestionar el modo de producción del enemigo. Sin comillas. O sea, el (ahora sí) 'capitalismo salvaje' y parecidas gilipolleces que muchos (no todos) los izquierdistas vocean a la menor ocasión.

Por tanto, el socialismo que no es antiguo y casposo es el que respeta la 'lógica' de la economía de mercado. Es, además, el socialismo que no agota los recursos (los excedentes) en aras de un 'buenismo' estúpido y empobrecedor. Con otras palabras, se puede repartir la riqueza (hasta cierto punto,que esa es otra) cuando la hay.

En conclusión, los socialistas que no son impresentables sino decentes y sensatos, se parecen mucho a los liberales realmente existentes. Con una diferencia. Los socialistas suelen ser más, o mucho más, intervencionistas. Les encanta que el Estado meta las narices por todos sitios. Los liberales realmente existentes procuran no ser tan impresentables y respetan un poco más la libertad de las personas.

¿Por qué se mantiene la ideología socialista y sus votos? Porque es una religión laica. Pero es pura filfa. Incluyo mi artículo 'Valores de derecha y de izquierda', para recordatorio.

Tal vez alguien se entere. Rectifico, quiera enterarse.

Sebastián Urbina.

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VALORES DE DERECHA Y DE IZQUIERDA.



Es un lugar común distinguir entre ‘derecha’ e ‘izquierda’. Pero ¿qué significa ser ‘de derechas’ o ser ‘de izquierdas’? Definiciones hay muchas, aunque, tal vez, la que utiliza la mayoría de ciudadanos es la que asigna a partidos de izquierda la defensa de valores como la igualdad de oportunidades, la tolerancia, la participación, la justicia social, un Estado garantista y protector, etcétera; y a partidos de derecha, principios como el del mérito, el trabajo, la confianza en la economía de mercado, la apuesta por un Estado mínimo y poco regulador, una autoridad fuerte, etcétera.



Sería preocupante que la mayoría de los ciudadanos creyera, en serio, que los partidos de izquierda y de derecha responden a estos parámetros. Veámoslo más de cerca.



Por ejemplo, se dice que la izquierda defiende la igualdad de oportunidades. ¿Quiere decirse que la derecha no la defiende? Ya no se trata de opiniones a favor o en contra. Es que, como cuestión de hecho, los partidos de derecha defienden la igualdad de oportunidades, al menos como los partidos de izquierda. Parece, por tanto, que deberíamos eliminar este criterio (supuestamente diferenciador entre derecha e izquierda), el de ‘igualdad de oportunidades’.



Incluso podríamos poner algunos ejemplos. La actual enseñanza, de pésima calidad, no ayuda a la igualdad de oportunidades. Los hijos de familias de clase media baja y baja, tenían (cuando la enseñanza pública era de mayor calidad) la oportunidad de mejorar social y económicamente. La LOGSE es, en gran medida responsable, de este deterioro, y es obra de la izquierda. O sea, ha perjudicado, aunque por vía indirecta, la igualdad de oportunidades.



Podría decirse que uno de los ideales de la izquierda es, más que la igualdad de oportunidades, la igualdad de resultados. Este tipo de igualdad, aplicado a la enseñanza ha tenido, y tiene, nefastos efectos. Es cierto que ha igualado el nivel estudiantil. Pero lo ha igualado a la baja. Y los informes PISA de educación, nos sitúan en los últimos lugares de Europa en calidad educativa.



Otro valor de la izquierda sería la ‘tolerancia’. Hay que tener grandes tragaderas para creer que la izquierda monopoliza la tolerancia, o el valor de la tolerancia. También como cuestión de hecho, es falso. De todos modos, primero habría que aclarar qué se entiende por tolerancia. Pongamos un ejemplo. Gracias, otra vez, a la LOGSE y a la ideología de izquierdas, se ha minado la autoridad de los profesores. ¿Supone esto más tolerancia? Las aulas son, ahora, más conflictivas y ruidosas. Los profesores tienen más bajas laborales por depresión. Y los buenos estudiantes tienen más dificultades para estudiar y aprovechar el tiempo.



¿Tal vez se refieren, por ‘tolerancia’, a que han legislado a favor del matrimonio homosexual? Pero una cosa es la tolerancia y otra la demagogia. Solamente tres o cuatro países en el mundo aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Qué dice la derecha represora? En general, apuesta por las ‘uniones civiles’. Las personas del mismo sexo que quieran convivir pueden hacerlo y, además, acceder a los mismos derechos que los cónyuges de un matrimonio. Pero no son un matrimonio. No manipulemos el lenguaje.


Desde la noche de los tiempos, el matrimonio se refiere a la unión entre hombre y mujer. ¿Es tolerancia despreciar el significado de las palabras?



‘Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad’. Confucio.



La ‘participación’ sería otro valor típico de la izquierda. Por tanto, la exclusión y el silencio serían típicos de la derecha. ¿A quién pretenden engañar con estas falsedades? Hay que ser un sectario de izquierdas para tragar estas simplezas demagógicas. ¿Quieren decir que cuando la derecha gana las elecciones se termina la participación de los ciudadanos y que se retoma al ganar la izquierda? Hay que tener tragaderas muy grandes.



¿Se acuerdan del antidemocrático Pacto de Tinell? ¿Y del ‘cordón sanitario’? Son ejemplos de cómo entiende la izquierda (y sus amigos nacionalistas) la participación. ¿Cómo se puede hablar de ‘participación’ como un valor de la izquierda, cuando han tratado de excluir de las instituciones democráticas al principal partido de la oposición?



Por cierto, recordemos que el reconocimiento del voto a las mujeres, durante la II República española, fue obra de la derecha. No de la izquierda. Como lo oyen. Eso es participación.



Otro valor de la izquierda sería ‘la justicia social’. Recordemos la propaganda del partido socialista durante la época felipista. Sacaron a relucir el amenazante doberman, y dijeron que si ganaba la derecha quitarían las pensiones a los jubilados. Por supuesto, todo era mentira. Tanta mentira nos obliga a recordar que Prusia fue el primer país en crear un sistema público de pensiones, llamado de reparto. De la mano de Bismarck, el llamado Canciller de Hierro (1815-1898). Tampoco fue la izquierda.



Como dice M. Rojas, en ‘Reinventar el Estado del Bienestar’, Suecia ha sido un modelo para los socialdemócratas. Pero ha sido este país el que ha puesto de manifiesto las debilidades de este modelo cuando se sobrepasan ciertos límites. Suecia ha iniciado, a partir de la profunda crisis de los años 90, la búsqueda intensa de un Estado del Bienestar más viable. M. Rojas cuenta cómo Suecia ha pasado del Estado benefactor al Estado posibilitador, con gran éxito.



Con otras palabras, frente al Estado Benefactor, dispuesto a controlarlo todo y a decidirlo todo desde la cuna a la tumba, típico de la izquierda, se ha impuesto el Estado Posibilitador. Éste se entiende como un complemento (para la justicia social) del vigor de la sociedad civil. De la creatividad y la dinamicidad de la economía de mercado. Pero no se trata de un Estado mínimo y desregulador. Aunque es la propaganda de la izquierda contra la derecha.



O sea, que el Estado del Bienestar, en manos de la izquierda, entró en un callejón sin salida por no controlar el gasto público, ni las prestaciones sociales. Eso sí, las intenciones eran buenas.

En fin ¿cuáles son los valores típicos de la izquierda?



Sebastián Urbina.

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