lunes, 8 de abril de 2013

CRISIS NACIONAL.



 (Habrá que reaccionar o seguiremos bajando. ¿Qué hacer? ¿Cómo?

Según las respuestas y su consecuente puesta en práctica tendremos una sociedad u otra, un futuro u otro. Vivimos graves momentos históricos. Sería bueno darse cuenta de que los parches y las revoluciones de hojalata no sirven para nada. Lo siento pero tampoco hay que esperar milagros. O sea, sangre, sudor y lágrimas. Claro que esto no da votos. ¡Qué panorama!)






  El gran problema del momento


Zapatero llevó a cabo una involución política extremadamente grave, que arruinó el lado más positivo de la Transición, imponiendo o acabando de imponer la “ruptura” con la que habían soñado al principio las izquierdas. Sus desmanes contaron con la insignificante oposición, pronto convertida en colaboración, del PP de Rajoy. Habría hecho falta ya entonces la elaboración de una alternativa (un programa claro y un liderazgo enérgico). Esto no ocurrió, lo que revela algo muy lamentable, también manifiesto en tantos otros aspectos: la poca vitalidad cívica y escaso talento político e intelectual de la actual generación de españoles.

 Lo he señalado hablando del contraste con la generación que afrontó y superó otra crisis mucho más grave en los años 30, a la que me he referido en la novela histórica  Sonaron gritos y golpes.... Pero las cosas son como son, y a pesar de que los desmanes del PP, el PSOE y los separatistas apenas encontraron la oposición necesaria, el mero peso de sus errores y fechorías ha empujado al país a una depresión profunda, dato negativo, pero  acompañado de otro positivo: los responsables también están en crisis. Ello crea las mejores condiciones para que surja por fin una alternativa. ¿Surgirá, o tendremos alguna salida populista o tipo Berlusconi que probablemente no mejorará las cosas?

De momento vienen cobrando fuerza los comunistas de IU –algo profundamente indeseable—y grupos con Ciudadanos o UPyD, quizá también AES, mucho más fiables, así como la corriente Reconversión dentro del PP. El eje común de sus políticas consiste en la oposición al estado de las autonomías, sea para abolirlas o para reformarlas en profundidad. Pero sigue echándose en falta un programa que aborde los principales retos del país en los planos democrático, nacional, internacional y económico. Sin eso, poco habremos adelantado.

En este blog he propuesto algunos puntos programáticos breves y precisos. Me parece que no han suscitado el menor debate en ninguna parte, y eso también revela, nuevamente, la atonía cívica de la sociedad. La actual multicrisis puede hacer espabilar a la gente, pero también puede causar sacudidas sin rumbo. Esperemos lo primero. (Blog Pio Moa.)

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