¿Qué estrategia de comunicación tiene el PP?
La marea verde está
arrollando al Govern de Bauzá. Literalmente. El Govern se ha visto superado por
los acontecimientos mientras muchos nos preguntamos para qué sirve el
PP-partido como organización. Hace unas semanas decía que el típico votante
popular tenía la sanísima costumbre de votar cada cuatro años y olvidarse de la
política hasta la siguiente cita electoral. No meterse en política, lo admito,
es una práctica sanísima, ahora bien, también tiene un peligro: que los
programas que has votado nunca se lleven a buen puerto por falta de visibilidad
social.
Ni es cierto que se deba gobernar desde la calle ni tampoco lo es que
pueda gobernarse sólo desde una
holgadísima mayoría absoluta. Una vez más, el votante y el partido han dejado
solo al Govern. Sus únicos aliados han sido Jorge Campos, UPyD, Aina Aguiló, Toni
Camps y este periódico. Muchos nos preguntamos de qué sirve tener 20.000
afiliados y cerca de 200.000 votantes cuando son incapaces de pasar siquiera un
argumentario convincente a sus alcaldes o concejales para contener la demagogia
de la turbamulta vociferante, o de la oposición, que a fin de cuentas es lo
mismo.
El TIL era
una magnífica idea que se está malogrando porque PP-partido carece de cualquier
estrategia de comunicación. Una formación con 34 diputados está siendo
arrollada en las redes sociales, en la prensa (¡qué enternecedores resultan
estos anuncios institucionales a favor del TIL en Ultima Hora y Diario de Mallorca!),
en la calle, en las APIMAs, en los digitales, en Internet, en la Part Forana. Sin
capacidad de respuesta.
¿Qué hace la gente que “trabaja” en la sede del PP?
¿Cómo es posible que el Govern, oliendo la tormenta que se avecinaba, se haya
tirado sin paracaídas? ¿Cómo es posible que el PP no organice a sus militantes,
los reúna, los interrelacione, les explique sus puntos de vista, los aglutine
para dar la batalla en las redes sociales, para presentarse a las elecciones de
los consejos escolares o de las APIMAs? ¿Cómo es posible que no existan diarios
digitales que representen a la derecha sociológica cuando Munar ha podido
montar su propio digital desde la cárcel? ¿Qué puñetas hacen Vidal y Ramis?
El PP no sirve, ni para organizar, ni para movilizar, ni
para defender lo que se supone que debería defender. Es un partido-refugio
donde van a parar los votos de quienes hace tiempo dejaron de creer en la
insufrible demagogia de izquierdas y no quieren que se repita otro Pacte de
Progrés. Me lo comentaba un conocido, votante del PP. “─Serán inútiles,
corruptos y despreciables, pero ojalá Bauzá vuelva a ganar por mayoría
absoluta. Enfrente sólo hay veneno”. Y así, de esta guisa, el PP se ha
acomodado a ganar elecciones sin apenas esforzarse, apelando al voto útil al erigirse
en el único dique de contención realista contra la demagogia de los Aicart,
Caldentey, Armengol, Barceló, Santiago, Alorda, Lladó o Cámara.
Una formación no sólo vive para ganar elecciones. Está
también para defender a sus votantes. Esta huelga ha dejado a miles de familias
indefensas que no saben cómo canalizar su rabia e impotencia hacia unos
huelguistas que han conculcado el derecho a la educación de sus hijos y en
ocasiones, incluso el derecho a trabajar de sus compañeros. Me lo contaba una madre esta semana.
Había sido convocada a una reunión
de una APIMA y había sido la única que había levantado la voz ante el silencio
borreguil de la inmensa mayoría. Los pseudoculturetas que dirigen las APIMAs
estaban utilizando las mismas técnicas de agitación y control asambleario que
utilizaban hace cuarenta años los comunistas. Las familias están desarmadas
dialécticamente frente a estos maestros del agit-prop. Sólo algunos padres de
Paguera, humildes trabajadores de
hostelería, han puesto de vuelta y media a los profesores por mantener la
huelga y no dar ni golpe, los únicos que no se han dejado avasallar por tantas mentiras
y manipulaciones.
Al PP parece no importarle el desarme de unos padres que
contribuyen con sus impuestos a mantener un sistema educativo público, el
balear, sencillamente ruinoso, con un altísimo nivel de fracaso y abandono
escolar, además de un nivel académico bajísimo y unos porcentajes de excelencia
raquíticos. El último informe PISA 2009 sitúa a los colegios públicos 30-40
puntos por debajo de los concertados (441 puntos frente a 481 en comprensión lectora, 450 frente a
481 en matemáticas, 448 frente 477 en ciencias), que sí
estarían en la media española. A su vez, el coste de cada plaza pública es casi
el triple que una concertada. Este es el modelo fracasado que los
protestantes quieren mantener a salvo de reformas como la ley Wert o el TIL.
(Joan Font Rosselló/ElMundo/Baleares)
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