Desde hace más de un año los líderes de CCOO y UGT
han proclamado urbi et orbi que las reformas laborales impuestas por
Rajoy generarían de forma inevitable más paro. Cuando hace seis meses se
redujo el desempleo aseguraron que se trataba de una cifra ocasional.
Ahora callan o balbucean. Las medidas laborales de Rajoy, aún en plena
recesión, han contenido o disminuido el paro. Como ha explicado el
profesor Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos, las
excesivas exigencias sindicales han generado al menos el 50% del paro
que padece España.
Nada se puede afirmar con seguridad de cara al futuro. Una estúpida
guerra contra Siria lo puede deteriorar todo. Pero en las circunstancias
actuales está claro que se ha producido la inflexión del paro pues seis
meses de retroceso es tiempo suficiente para contemplar la situación
sin el pesimismo de hace un año. No se pueden echar las campanas al
vuelo. Cinco millones de parados, números redondos, es una cifra
abrumadora que eriza los vellos de los economistas y los observadores.
Pero tras seis meses de retroceso habrá que convenir que los
medicamentos suministrados por Mariano Rajoy están produciendo efecto y
que optimismos voluntaristas, sí es cierto que el enfermo ha mejorado de
forma con-siderable.
A Toxo y Méndez no les llega la camisa al cuerpo. Solo mantienen
estables los afiliados de las empresas públicas porque son las propias
empresas las que pagan las cuotas. La deserción de los trabajadores
alcanza cifras alarmantes. Toxo y Méndez tienen conciencia clara de que a
las manifestaciones, salvo alguna excepción aislada, solo acuden los
liberados, es decir los trabajadores que por privilegio sindical no dan
un palo al agua pero cobran. (Luis María Ansón/El Imparcial)
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