sábado, 28 de septiembre de 2013

TERCERA VÍA.

 (Ya tienen ustedes  a Durán y Lérida, acreditado encajador, por una parte, y a Pérez Rubalcaba, el fino estilista, por la otra. Con su habitual maestría, inteligencia y honestidad, evitarán los peligrosos  extremos que nos acechan. ¿Cuáles son?

El actual modelo, centralista español, opresivo y abusivo contra Cataluña, y la independencia pura y dura.  Estos son los dos extremos. O sea, Mariano- por una parte- representa el centralismo españolista opresivo y despreciativo contra Cataluña, y por la otra, la independencia a las bravas de Junqueras.

Frente a estos extremistas, aparecen las figuras ponderadas, prudentes, honestas y conciliadoras de Durán y Lérida y Pérez Ruabalcaba. ¡Qué suerte!
¿Qué proponen? O una Confederación, lo que es una ilegal gilipollez, porque implica que dos Estados ya soberanos deciden trabajar juntos, más o menos estrechamente. Ya me dirán.
La otra idea genial es darle a Cataluña una especie de 'concierto vasco'. Algo intolerable y discriminatorio. En ningún país del mundo, los menos ricos transfieren dinero a los más ricos. Que es lo que sucede con el concierto vasco y la especialidad foral navarra. Vascos y navarros pagan menos que el resto de españoles, en igualdad de ingresos. Pues quieren eso para Cataluña. Y el resto de imbéciles españoles, a pagar. Prefiero no decir lo que pienso. Por cierto, eso es 'el encaje' de Cataluña en España.
PD. En la foto pueden ver a los grandes 'hombres de Estado' inventando geniales propuestas beneficiosas para el interés general.)

Se reunirán formalmente la próxima semana
Duran y Rubalcaba inician contactos para explorar la tercera vía.
(Crónica  Global).

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 IGNORO SI ME CONSIDERAN 'EXAGERADO' O 'RADICAL'. CON TODO RESPETO, ME DA IGUAL. 

EN TODO CASO, CONSIDERO QUE LOS 'EXAGERADOS' O 'RADICALES' SON LA MAYORÍA DE POLÍTICOS QUE FUSTIGO EN ESTE BLOG. Y ME QUEDO CORTO. ESO CREO YO.

 PUEDO ASEGURAR QUE LO HAGO CON TODA SINCERIDAD Y CON BASTANTE INFORMACIÓN. NO ME GUSTA FUSTIGAR POR FUSTIGAR. ME PARECE IMPROCEDENTE E INMORAL.





(Un fuerte aplauso para UPyD.)
SIEMPRE LES QUEDARÁ UPYD Y EL OASIS.

La semana pasada sucedió en las Cortes un hecho de extrema importancia sintomática que, como es habitual, ha sido silenciado y tergiversado por el oportunismo político imperante. Los historiadores, al cabo del tiempo, suelen recoger este tipo de hechos poco aireados pero enormemente significativos y estudiar toda la enseñanza que se deriva. Uno muy conocido es “la anécdota” del diario de Luis XVI en el que el monarca escribió, “hoy nada que reseñar”…. ¡el 14 de julio de 1789, día de la toma de la Bastilla! Con ello su muy incompetente Majestad no sólo ignoraba que firmaba su sentencia de muerte, sino que ignoraba todo del momento social e histórico que vivía su reino. Por lo que es útil reflexionar sobre las consecuencias sociales de que las riendas de una nación caigan en manos de un pobre inútil de nula capacidad ético-política.

Pues bien, tal vez Uds. no sepan que la semana pasada el grupo político de UPyD en el Parlamento español presentó una moción solicitando que se corrigiera la anomalía derivada del concierto vasco y del consiguiente cálculo del “cupo” por la cual los españoles de regiones más pobres, con sus impuestos, transfieran dinero a los españoles de dos de las tres regiones más ricas para que aún vivan mejor. Si no lo han sabido, no se preocupen, se ha hecho todo lo imaginable para que no lo sepan, y la carne es débil. Y, sobre todo, se ha hecho todo lo posible para que no sepan lo que está en juego.

Defendió la moción muy certeramente un profesor universitario, el señor Martínez Gorriarán, que es más vasco que Unamuno y el bacalao al pil-pil juntos. El diputado se basó en hechos históricos, por una parte, para encuadrar la escasa exigencia ética de la “excepción foral” frente a la suprema de la igualdad de los españoles, y en datos y estudios económicos prestigiosos y reconocidos para cuantificar la aberración de que haya discriminación fiscal entre los españoles por cuestión de territorio (que empieza a ser por cuestión de etnia, por cierto). Es interesante subrayar aquí que lo que esta acción parlamentaria pretendía y solicitaba era, exclusivamente, una revisión del sistema técnico de cálculo del cupo, a la vista de la amplia literatura existente que sostiene científicamente la injusticia del sistema actual, y una total claridad en el método empleado y sus resultados. 

No se trataba aquí de cuestionar el sistema de cupo ni de cambiar la Constitución, tema esencial que llevará más tiempo, se trataba de un tema de técnica fiscal al servicio de la indiscutible igualdad fiscal entre españoles que rezuma la Constitución Española. Se trataba de justicia social y de deber democrático a través de una gestión mejor.

Pero, por supuesto, por debajo subyacía una rotunda verdad democrática: la consideración de España como conjunto de ciudadanos iguales en derechos y libertades muy por encima que como un mosaico de territorios insolidarios. Y ahí llegó la pesadilla.

Las primeras lecciones históricas se sacan de las muy jugosas intervenciones de respuesta. Paso, por supuesto, de las esperables eyaculaciones ignorantes de los secesionistas, sus cómplices y sus tontos de compañía. No se puede pedir peras al olmo, un olmo que se limitó a insultar hablando de otras cosas (generalmente de todo menos del bien común). Importa más las respuestas de quienes han tenido y/o tienen la obligación, el deber, de corregir las desigualdades entre españoles y consolidar una democracia justa para los ciudadanos. Y eso fue la desolación. Desde quienes acusaron al diputado guipuzcoano de querer….¡enfrentar a los españoles! (nadie ha hecho tanto por la división de los españoles y por la creación de españoles de distintas categorías como el PSOE y el PP de los últimos lustros) hasta las dos perlas magistrales del indescriptible e improbable ministro Montoro, que vino a decir que así es España (como si no fuera su obligación corregirla y mejorarla) y, ésta la transcribo enterita porque es de no perderse una sílaba: “La igualdad de los ciudadanos no estriba únicamente en la financiación de los servicios públicos”. (sic. Ese es el nivel de un ministro que no se ha leído el art. 31 de nuestra Constitución).

Tampoco es lo peor que nadie aportara una sola cifra, un solo dato, una sola argumentación fundada, una mínima discusión sobre hechos. La primera lección histórica se saca de la constatación de que nadie, absolutamente nadie, habló del tema que estaba sometido a debate, nadie absolutamente nadie se molestó en darle la mínima importancia a la desigualdad injusta entre españoles. No hubo más que panfletos electoralistas oportunistas o caciquistas. Nadie quiso centrar un instante, un solo instante, la justificación de su postura en el debate sobre el bien común y/o la justicia social. Eslóganes de cuarto nivel, exabruptos atávicos, desprecio al pensamiento y a los valores compusieron el más desolador comportamiento de los “representantes de la voluntad popular”.

Y esa es la segunda lección. Pocas veces se habrá encontrado tanta casta política dedicada al oportunismo, al compadreo cortoplacista y al mejunje endogámico lejos de la voluntad y de la necesidad de los ciudadanos. No necesito contarles nada, basta con que hablen Uds. con la gente, pero imagínense sólo una cosa, un referéndum, un “derecho a decidir” si los españoles queremos, con mayoría, una sociedad de taifas dónde los que más necesitan paguen a los que menos. Imagínense.

Y tercera y última lección. Ante el inmoral absurdo de que en todos estos años las Cortes españolas no hubiesen discutido nunca del grave atentado contra la igualdad democrática que supone la aplicación actual del cupo vasco y navarro, lo que sucedió es que la propuesta de estudiar el sistema y reformarlo tuvo el rechazo de todos los diputados, todos, ni una abstención, salvo los de UPyD. Por supuesto no hubo ninguna propuesta alternativa. Sencillamente la casta política entera, salvo UPyD, decidió que el tema de mejorar la equidad fiscal de los ciudadanos españoles no iba con ellos ni les interesaba ocuparse del asunto. Y eso que nadie niega esa desigualdad, porque son números contantes y sonantes…. si uno tiene estudios aprovechados, claro.

El momento es así de desolador y así de grave, más allá de las grotescas peleas partidistas. En las Cortes, ese día, un solo partido se interesó por recuperar el espíritu ético del bien común. Tal parece que a las personas que conciban España como un conjunto de ciudadanos iguales, vivan dónde vivan, y a los que tengan apego a los valores de equidad, fraternidad y solidaridad inherentes a la democracia moderna, siempre les quedará UPyD. El oasis.

 (Enrique Calvet Chambon-economista/LaVozLibre)


 

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