EN MALLORQUÍN, POR FAVOR.
El 25 de octubre de
1349, moría en el municipio mallorquín de Llucmajor el último rey privativo de
Mallorca, Jaime III, en el transcurso de una batalla para intentar
recuperar su trono ante las tropas de Pedro IV de Aragón. En la actualidad, los
restos de Jaime III se encuentran enterrados en la capilla de la Trinidad de
la Catedral de Palma.
El Reino de
Mallorca había sido creado por Jaime I de Aragón en 1231 y tuvo tres monarcas
propios, Jaime II, Sancho I y Jaime III, apodado «el Temerario».
Casi siete
siglos después, otros isleños de nacimiento o de adopción, igualmente
temerarios, han decidido crear ahora la Fundación Jaime III de Mallorca,
que este jueves, 10 de octubre, comenzará su andadura de manera oficial.
El alumbramiento de
esta entidad coincide con un momento de especial efervescencia lingüística
en Baleares, tanto por la polémica que está suscitando el decreto en favor
del trilingüismo aprobado por el Ejecutivo regional, como por las discrepancias
todavía hoy existentes a la hora de denominar la lengua propia de la Comunidad.
El nuevo Estatuto de Autonomía
de Baleares, aprobado en 2007, señala que esa lengua es la catalana,
afirmación que no comparte la Fundación Jaime III.
De ahí que entre los objetivos prioritarios de la nueva entidad se
encuentre el de «recuperar, conservar y fomentar las modalidades insulares de
la lengua de Baleares en la escuela y en la universidad, en todas las
administraciones y en los medios de comunicación publicos, a fin de
materializar de forma decidida el mandato estatutario que afirma que las
modalidades insulares serán objeto de estudio y protección».
Esas modalidades
son el mallorquín, el menorquín, el ibicenco y el formenterense. Así lo
considera también el actual presidente balear, el popular José Ramón Bauzá,
quien, sin embargo, no cuestiona públicamente la unidad de la lengua catalana.
Bauzá sí rechaza, en cambio, la inmersión lingüística en catalán, que ahora
desaparecerá con el nuevo modelo educativo trilingüe que propugna, con
el inglés como tercer idioma.
Los estatutos de
la nueva fundación están escritos, por su parte, en mallorquín. Esta recién
constituida entidad nace con el apoyo de profesores universitarios,
escritores, periodistas, juristas, hoteleros, ingenieros y arquitectos,
entre otros. Todos ellos trabajarán para que «el
Estatuto de Autonomía reconozca y prestigie la lengua de Baleares en cualquiera
de sus modalidades». Asimismo, contribuirán a elaborar «un modelo estándar
representativo de las modalidades insulares».
Ese modelo
requerirá de diccionarios, gramáticas y libros de estilo, «para que tanto las
instituciones públicas como todos los ciudadanos de Baleares puedan utilizarlo
con facilidad, eficacia y solvencia».
Al frente de la fundación se encuentra, como presidente, el exsenador de
UCD y exdecano del Colegio de Abogados de Baleares, José Zaforteza,
mientras que el cargo de secretario lo ocupará el abogado Andrés Rosselló y
el de tesorero Gabriel Barceló, presidente de la Fundación Barceló.
En su momento de
mayor esplendor, el Reino de Mallorca no sólo estaba conformado por la isla
mayor del Archipielago, sino también por Menorca e Ibiza, así como por los
condados del Rosellón, Conflent y la Cerdaña, el señorío de Montpellier y el
vizcondado de Carladés.
Casi siete siglos después, la Fundación Jaime III aboga por recuperar ahora otro
tipo de esplendor, el de carácter literario y lingüístico que, según defiende, tuvo a lo largo de su
historia el idioma mallorquín.
(ABC)
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FUNDACIÓ JAUME III
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FUNDACIÓ JAUME III
EL MUNDO. VIERNES
11 DE OCTUBRE DE 2013
ILLES BALEARS
8
EL MUNDO / Palma
La Fundació Jaume
III de Mallorca
se constituyó
formalmente ante notario
ayer al mediodía,
una entidad
sufragada
íntegramente con fondos
privados que nace
con el objetivo de
prestigiar y
dignificar las modalidades
insulares,
principalmente el mallorquín.
Esta fundación sin
ánimo
de lucro que se
gesta desde hace meses,
formada por
ingenieros, abogados,
empresarios,
profesores, juristas,
consultores y
profesionales liberales,
tiene como objetivo
detener –y
dar la vuelta– la
degradación del mallorquín
frente a la
presión del catalán
estándar que se
enseña a día de
hoy en las
escuelas, y presente en todas
las
administraciones y medios de
comunicación
públicos.
Estos
profesionales constatan que,
desde que en 1983
se aprobara el
primer Estatuto de
Autonomía que
reconocía el
catalán como lengua
propia de Baleares
y rebajaba el mallorquín
a dialecto, éste
último no ha
dejado de perder
prestigio frente el
catalán estándar
adoptado por el
mundo oficial y
académico.
Según los miembros
de la Fundación
Jaume III, se
sigue considerando
al mallorquín como
un dialecto
en el sentido más
peyorativo del término,
como un patois (término
que
utilizan los
franceses para referirse a
las lenguas
regionales), como una
forma de hablar
doméstica y familiar,
sin entidad para
la actividad pública
y oficial. La
Fundació constata
que la mejor
prueba de ello es que
los nietos ya
corrigen a los abuelos
porque no hablan
el modelo estándar
que les enseñan en
la escuela. La
finalidad de la
fundación neonata sería
detener y a ser
posible dar la
vuelta a esta
situación anómala.
La Fundació Jaume
III pretende
contribuir a crear
un estado de opinión
favorable en la
sociedad civil
balear para forzar
a las autoridades
políticas y académicas
a incorporar
las
particularidades lingüísticas del
mallorquín
centenario al estándar
oficial que se
está utilizando en las
Islas en la
educación, la Administración,
la UIB y en los
medios de comunicación
públicos y
privados.
Para ello se fija
a medio y largo
plazo tres
objetivos. Primero, elaborar
un modelo de
mallorquín que sirva
para toda clase de
usos formales,
un modelo que debe
dar preferencia
a las formas
insulares frente a las de
Cataluña. Dicho
modelo de mallorquín
se acabaría
traduciendo, a medio
plazo, en un libro
de estilo.
Debates estériles
El segundo
objetivo es la revisión y
el desarrollo del
Estatuto de Autonomía
para que se
prestigie el mallorquín
de forma efectiva
y en serio,
no como hasta
ahora donde su
defensa no ha
pasado de una reivindicación
retórica.
Por
último, el
tercer fin es
exigir a las autoridades
especial
protección del mallorquín
en la enseñanza,
administraciones
y medios públicos,
fomentado de
forma decidida las
modalidades insulares
que, tal como
prescribe el
artículo 35 del
Estatuto de Autonomía,
«serán objeto de
estudio y de
protección».
A pesar de la
enorme polémica
que a buen seguro
suscitará su aparición,
la Fundación Jaume
III quiere
escapar de debates
estériles que
no llevan a
ninguna parte para centrarse
en una defensa
efectiva y
pragmática del
mallorquín. Como
dice Joan Font
Rosselló, portavoz y
uno de sus
patronos fundadores,
«no nos importa
quién es el padre o
la madre, queremos
salvar a la criatura
».
El modelo de
lengua escrita y
oral que propondrá
la nueva fundación,
para cuya
elaboración cuenta
con la
colaboración de filólogos de
reconocido
prestigio, es integrador
y no rupturista,
alejándose así de
otras propuestas
como la «lengua
balear» que
propugna la asociación
cívica Academi de
sa Llengo Balear.
Ambos modelos de
lengua no tienen
nada que ver.
Espíritu
alcoveriano
Según los miembros
de la fundación,
este modelo se
plantea como
una transición
natural que permita
corregir los
excesos y abusos catalanizadores
que se han
cometido a
lo largo de los
últimos treinta años,
un modelo que
facilite que muchas
de las personas
que a día de hoy
utilizan el
catalán normativo vayan
decantándose
gradualmente hacia
formas más
genuinas de Mallorca.
Según la Fundació,
la anormalidad
no está en lo que
defiende la entidad
recién alumbrada o
la mayoría
de mallorquines y
baleares, lo
anormal son los 30
años de imposición
de un catalán
estándar en el
que no se sienten
identificados ni
reconocidos
muchísimos mallorquines
y baleares tras
haber arrinconado
y relegado la
mayoría de
particularidades
del mallorquín,
menorquín e
ibicenco.
Lejos de incidir
en el secesionismo
lingüístico, la
nueva Fundación
se impregna así
del espíritu de Antoni
Maria Alcover en
sus formidables
y celebérrimas
disputas contra
el Instituto de
Estudios Catalanes
(IEC) en los años
veinte del siglo
pasado. Alcover
era un firme partidario
de la igualdad de
todos los
dialectos que
conformaban la lengua
catalana y no dejó
de combatir
el centralismo del
barceloní que
preconizaba Pompeu
Fabra y el
IEC. Para su portavoz,
Joan Font,
«los
estandarizadores han confundido
unidad con
uniformidad lingüística,
postergando
nuestra secular
forma de hablar a
la cocina».
La Fundació Jaume
III defenderá el
mallorquín frente
al catalán estándar
Empresarios,
juristas y profesionales liberales crean la entidad para prestigiar el
mallorquín
El decálogo de la
Fundación
>1. La
Fundación es apolítica,
no ligada a ningún
partido,
abierta a todos
los defensores
del mallorquín en
particular
(y de las
modalidades
insulares en
general), al margen
de su credo
político.
>2. De
carácter español, balear
y mallorquín.
>3. Sin
ánimo de lucro e íntegramente
financiada con
fondos
privados.
>4. Pretende
dignificar la secular
denominación de
mallorquín
como lengua de
Mallorca.
>5.
Pretende prestigiar las
particularidades
lingüísticas
diferenciales del
mallorquín
que han sido
relegadas por el
catalán estándar.
>6. Acorde
con el espíritu del
filólogo Antoni
Maria Alcover:
unidad no
significa uniformidad
lingüística.
>7. Modelo
de mallorquín no
rupturista,
perfectamente inteligible
para valencianos y
catalanes
y fácilmente
utilizable
para quienes hasta
ahora venían
utilizando el
catalán normativo
del IEC.
>8. Se
compromete a elaborar
un libro de estilo
para el mallorquín.
>9. Abierta
a las demás islas
para ayudar y
aglutinar, si esta
es su voluntad, a
los defensores
del menorquín e
ibicenco.
>10. Su
propósito es presionar
a las autoridades
públicas y académicas
para que
gradualmente
incorporen los
principales rasgos
lingüísticos del
mallorquín
al estándar
oficial y académico
que se usa en
Baleares.
3 comentarios:
Voldria saber la diferència entre eivissenc i formenterer.
com podeu dir "en mallorquin, por favor" en un blog on es mallorquí està totalment ausent?
Pues vete a vivir un par de años a dichas islas,porque en la enseñanza,nacionalista en general, no te vas a enterar más que del catalán estandart.De nada.
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