(Los estudiantes no estudian. No quieren evaluación externa. Quieren que sea más fácil y diver. ¿Por qué les pagamos con impuestos gran parte de la matrícula?)
Segundo día de huelga
El Sindicato de Estudiantes amenaza con huelga indefinida si Wert no se va
Carlos Ortega Peñamaría · Mejor comentarista (ld)
ES
UNA HUELGA POLÍTICA DE LOS PRIVILEGIADOS.- Comprendo (pero no
comparto)que los alumnos se apunten a un bombardeo para faltar a clase e
irse a la movida,están en la edad.Incluso que muchos padres
desinformados estén contra la ley Wert,que aumentaría,por la mayor
exigencia de estudio a sus hijos, el nº de suspensos de éstos y la
pérdida de sus vacaciones.
Pero que los profesionales de la
Enseñanza(los profesores funcionarios)se opongan a que sus alumnos dejen
de ser los más burros,zánganos y maleducados de Europa,que se opongan a
que se acabe con la totalitaria inmersión lingüística en catalán,que
se opongan a que se les exija más estudio y más respeto,más nivel de
conocimientos y más preparación a los alumnos(que en eso consiste la ley
Wert),sólo lo puedo entender si los profesores funcionarios(o sea,de la
E. Pública)que se ponen en huelga son de izquierdas o nazi onalistas y
quieren tumbar en la calle (ya que no pudieron democráticamente en las
urnas)al gobierno de derechas, que intenta arreglar lo que deshizo el
PSOE durante 30 años .
Porque estos funcionarios(E. Pública) cobran más
que los profesores de la Enseñanza Privada,tienen más vacaciones que
ellos y trabajan menos que ellos(de 17 a 20 horas lectivas a la
semana),así que no es una huelga laboral,sino política.
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¿AGITADORES O ESTUDIANTES?
CUANDO SE FALSEA LA REALIDAD. (Por parte de estudiantes y sindicatos)
Prácticamente desde el inicio de su mandato, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, se ha convertido en una de las dianas favoritas de la oposición política y de buena parte de la comunidad educativa. Pero los eslóganes que más éxito han cosechado no siempre se corresponden fielmente a la realidad.
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¿AGITADORES O ESTUDIANTES?
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El otoño se prevé singularmente caliente en Educación. Esta misma semana, los sindicatos estudiantiles han convocado movilizaciones para “frenar la reforma franquista de la educación (LOMCE) y los recortes del PP”.
Una retórica inflamada de ideología, poco rigurosa y nada dialogante. Quienes mueven los hilos de los sindicatos estudiantiles no son precisamente unos genios de la negociación, pero en muchos casos, ni siquiera son buenos estudiantes. Parecen más bien agitadores.
Basta repasar la nómina de quienes dirigen los sindicatos. Empezando por su principal líder, Tohil Delgado. Está convencido de que no es un mal estudiante, que todo ha sido una campaña de la derecha para desprestigiarle, no solo a él, sino a todo el movimiento social de izquierdas que protesta contra las últimas reformas del Gobierno.
A sus 28 años, es el secretario general del Sindicato de Estudiantes y aún no sabe lo que es trabajar, aunque –dice– eso no es culpa suya, ya que cuando acabó Sociología en 2006 no encontró trabajo. Razón por la que más tarde se matriculó en Antropología.
Desde entonces Tohil Delgado lidera –sin remuneración alguna, aclara– uno de los mayores sindicatos estudiantiles de España. Fundado en 1985, se define como una organización antifascista y anticapitalista integrada fundamentalmente “por hijos de trabajadores”. Utilizan una dialéctica marxista, ya que afirman que la lucha es el único camino para dejar de sufrir una educación en malas condiciones. Mal que –aseguran– no lo sufren los hijos de los capitalistas.
Uno de los rasgos que caracteriza al Sindicato de Estudiantes es su compromiso con la calle. Desde que el Gobierno de Rajoy llegó a la Moncloa, le han cogido gusto a la pancarta: primero contra los recortes en la enseñanza pública y después se unieron a la huelga general de profesores que se celebró –con poco seguimiento– en toda España.
“Ha habido una agresión contra la enseñanza pública y nuestro deber es defenderla”, dice Tohil. Aunque cuando de verdad le gustaría salir a la calle es en una huelga general de 48 horas, iniciativa que hace meses propuso a los líderes de CC OO y UGT sin que haya obtenido respuesta a la misma.
Pero no es lo único a lo que Tohil Delgado dedica su tiempo. Como líder sindical, su margen de actuación trasciende el ámbito estudiantil, ya que es colaborador del diario El Militante, un periódico digital de corriente marxista revolucionaria.
“Esperanza Aguirre debería mirar debajo de su coche”
De izquierdas es también la secretaria de organización y secretaria general en Asturias del mismo sindicato, Beatriz García. Tiene 27 años y hasta hace unos meses estaba matriculada en el último curso de Filosofía en la Universidad de Oviedo.
Al igual que Tohil, ha apoyado algunas acciones que poco tienen que ver con el movimiento estudiantil. En una ocasión firmó un manifiesto a favor de los astilleros de Gijón y más tarde pidió la liberación de dos trabajadores del sector que estaban acusados de terrorismo por unos incidentes ocurridos en el año 2007.
De apología del terrorismo no ha sido acusado Alberto Ordóñez, el presidente de Faveem (Federación Valenciana de Estudiantes de Enseñanzas Medias), que escribió sobre Esperanza Aguirre que “debería mirar debajo del coche al salir de su casa”.
Ordóñez ya sabe lo que es un calabozo: el pasado mes de febrero le detuvieron por los altercados de las manifestaciones en Valencia contra el Gobierno autonómico. Después de las mismas, le entregó un documento a la delegada del Gobierno en el que le explicaba cómo se tenía que comportar la polícia “en las manifestaciones pacíficas”.
Derechos que conquistan a base de violencia.
El líder estudiantil valenciano es partidario de que los derechos “se conquisten con violencia”, algo que –asegura– saben todos aquellos que conocen la Historia. En lo que respecta a su ideología, Ordóñez se declara admirador de Amaiur, Fidel Castro y Hugo Chávez, aunque dice que todo esto está al margen de su faceta como presidente de Faavem.
A diferencia de otros líderes sindicales, Ordóñez es mucho más joven –20 años– y no estudia una carrera universitaria. Está matriculado en el módulo de FP superior integración social, cosa por la que ni mucho menos se considera un mal estudiante. Para él, los malos “son aquellos que compiten en el aula y no se preocupan de salir a la calle a reivindicar una educación de calidad. Hay que protestar aunque nos cueste horas de estudio”.
Una que también está muy ocupada es Cristina Pastor, la secretaria general de Creup (Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades). Licenciada en Derecho por la Universidad Miguel Hernández de Elche, ahora hace el segundo ciclo de Ciencias Actuariales y Financieras. Aunque reconoce que ampliar conocimientos siempre es bueno, dice que es muy sacrificado compaginarlo con la representación de estudiantes.
Pastor presume de que el sindicato al que representa tiene un sistema mixto de financiación, esto es, no tienen subvenciones fijas sino que estas dependen de la adjudicación que el Ministerio de Educación considera en función de los proyectos que presenta el sindicato.
Desde luego, Cristina Pastor está más formada que su antecesora en el cargo, María José Romero Aceituno, quien en el pasado mes de junio aún no había acabado la carrera de veterinaria tras nueve años matriculada.
(La Gaceta) .
CUANDO SE FALSEA LA REALIDAD. (Por parte de estudiantes y sindicatos)
Prácticamente desde el inicio de su mandato, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, se ha convertido en una de las dianas favoritas de la oposición política y de buena parte de la comunidad educativa. Pero los eslóganes que más éxito han cosechado no siempre se corresponden fielmente a la realidad.
1. Recortes en el gasto educativo
Una de las principales críticas a la política de Wert es el
recorte del gasto educativo. En realidad, el importe alcanzó su máximo
en 2009 (53.092,2 millones de euros) y a partir de entonces empezó a
caer, correspondiendo los ejercicios de 2010 y 2011 a presupuestos del
Gobierno socialista, no de Wert. Por otra parte, en la última
comparación de gasto por alumno con el resto de países de la UE, en
2010, España está en el grupo de cabeza, en concreto el séptimo, con
7.861 euros, más de 1.000 por encima de la media. Desde ese año, aunque
no hay estadísticas concretas, la tendencia en Europa tampoco ha sido
subir. Además, la OCDE viene insistiendo en qué el problema de España no
es el gasto, ya que pese a haberse incrementado notablemente en las
últimas décadas, los resultados no han acompañado.
2. Ajustes en becas y ayudas al estudio
Sobre todo en el ámbito universitario, es ya un lugar común
entre los críticos aludir al «recorte de becas». Sin embargo, el
presupuesto para becas generales para el año que viene aumenta en casi
250 millones de euros, un 20,4% más que el ejercicio anterior, hasta
alcanzar los 1.448 millones de euros. Junto a esto, la principal novedad
en las becas de este año es la subida en la nota mínima exigida, que
será del 6,5 para aquellas que suponen una aportación de dinero por
parte del Ministerio y del 5,5 para la exención de tasas de matrícula.
Sin embargo, se ha incluido una nueva fórmula matemática para el cálculo
de la cuantía que favorece a aquellos alumnos con menos recursos.
3. Aumento de la ratio de alumnos/profesor
Entre los motivos de las protestas se incluye el aumento
del ratio de alumnos por profesor. Sin embargo, España está por debajo
de los países de la media de la OCDE y, además, este mismo organismo
internacional señala que éste no es motivo para una mejor o peor calidad
educativa, como demuestra el hecho de algunos países que lo tienen
mucho más alta, como Corea, figura entre los que mejores resultados
ofrecen.
4. Reducción de retribuciones
Los sindicatos denuncian una pérdida de poder adquisitivo
del 23%, mientras que el Ministerio habla de una reduccion de salario de
entre el 5,75 y el 7,50%.
5. Falta de diálogo con sindicatos y partidos
Los sindicatos suelen esgrimir que el Ministerio se ha
negado a constituir la mesa de negociación para el estatuto del personal
docente, pero sí se ha convocado y se ha reunido, aunque entre tanto se
convocó una huelga. A los partidos se ha ofrecido diálogo, pero la
postura general de la oposición ha sido exigir la retirada de la ley y
mantener la actual.
(ABC)
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