sábado, 12 de octubre de 2013

12 DE OCTUBRE

 

    "Hay que estar en Barcelona"

    A. Rivera: "Se acabó el tiempo de silencio, hay que ganar el partido''.

     

    En la Plaza de Cataluña

    Cuatro catalanes libres ante la manifestación del 12-O.

     
    José Domingo, Arcadi Espada, José García Domínguez y Juan Carlos Girauta exponen sus razones para acudir a la marcha

     

     

    (Defendamos la libertad y la Constitución. 

    ¡No al totalitarismo separatista!

     

     

    Cataluña, ahora o nunca

     
    Si hay una imagen que refleja la verdadera naturaleza del régimen nacionalista catalán es la de los diputados de Ciudadanos y el Partido Popular abandonando el Pleno entre insultos del resto de los grupos, después de ser tachados de "nazis" por su respaldo a la concentración que se celebra este 12 de Octubre para defender la Nación española, o sea la libertad, en la Plaza de Cataluña de Barcelona. 

    El lamentable episodio vivido este jueves en ese Parlamento autonómico sólo puede tener cabida en una sociedad sometida durante ya más de tres décadas a una tiranía que ha ido cercenando las libertades para aniquilar cualquier oposición a su concepción esencialista y, por ende, totalitaria de Cataluña.

    Es cierto que los nacionalistas han contado con la inestimable colaboración, ya sea por acción o por omisión, de las propias instituciones españolas, desde la Jefatura del Estado hasta los dos partidos políticos supuestamente nacionales que han gobernado desde la Transición hasta hoy. El último ejemplo lo tenemos en la inefable propuesta del PP catalán, con la aprobación de Mariano Rajoy, de una financiación "diferenciada" para Cataluña.

    Ante el desafío separatista, mucho más real de lo que algunos quieren ver, poco podemos esperar de las mismas instituciones que nos han llevado a esta situación. Si hay alguna esperanza de revertirla, pasará por las iniciativas de la sociedad civil. Buen ejemplo de ello es el surgimiento de Ciudadanos, único partido que defiende sin ambages las libertades en Cataluña.

    Por todo ello, cobra especial importancia la concentración de la Plaza de Cataluña. Desde Libertad Digital nos sumamos decididamente a esta convocatoria. Como bien dice Albert Rivera en la entrevista que le hemos hecho, "se acabó el tiempo de silencio, ha llegado la hora de ganar el partido". 

    Las cartas del separatismo están sobre la mesa y ya no hay tiempo para esperar que otros den la cara por nosotros. Estamos convencidos de que son muchísimos los catalanes que no quieren separarse de España, pero su indiferencia es un arma más para el secesionismo. Es hora de tomar partido y construir una alternativa, desde la sociedad civil. Es ahora o nunca.

    (edit.ld) 

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    LA HISPANIDAD.

    Año de 1492. Los Reyes Católicos concluyen la Reconquista con la toma de Granada, Antonio de Nebrija publica la primera gramática de una lengua romance y el almirante Colón, en uno de los hechos más importantes de la historia universal, avista por primera vez la costa americana. Lo que seguirá constituye una de las más grandes gestas que haya realizado un pueblo alguno: descubrir, conquistar, colonizar y organizar política y económicamente un territorio de 20 millones de kilómetros cuadrados.

    Desde el primer momento los Reyes Católicos dieron carácter de empresa política y religiosa al hallazgo náutico de Colón. España se convertía en la mayor potencia del mundo y una de las principales en la historia. La empresa americana, además de la creación de un formidable imperio hispánico, posibilitó que la idea de España adquiriera carta de plena naturaleza. España desbordaría su propio territorio, sus límites geográficos naturales, para extenderse y hacerse universal. La colonización española se caracterizó, a diferencia de otras, por generar una población con altos niveles de mestizaje genético y cultural entre pueblos originarios, africanos subsaharianos y españoles. Como dijo Venancio Carro, "la cara de muchos hispanoamericanos es un documento viviente y nuestra mayor apología".

    Si hubo un pueblo que cuestionó (hasta el punto de plantearse la renuncia) sus propias conquistas territoriales, ése fue el español, a través del cardenal Cisneros y de Isabel la Católica; una España que prohibió la esclavitud, que destituyó a quienes cometieron excesos y atropellos, que sin duda los hubo, y que proclamó que los indígenas tenían alma, que debían ser evangelizados, que se mezcló con ellos, que no reparó en razas ni lenguas.

    Es cierto, se contravinieron órdenes expresas de protección de la población nativa dadas por la reina Isabel y se produjeron episodios de violencia que dieron lugar a un vivo debate en España. El dominico Bartolomé de las Casas se erigió en la voz crítica contra los desmanes. Este aspecto oscuro constituirá en el futuro la piedra angular de la llamada Leyenda Negra. Crueldad, racismo y hasta genocidio serían conceptos que los enemigos de España procurarían vincular al nombre de España.

    La Brevísima relación de la destrucción de las Indias, un cúmulo de despropósitos, exageraciones e inexactitudes del citado Las Casas, proveyó de munición argumental a los adversarios de España, y lo que es más grave,
    Produjo una explosión típicamente española de autocrítica, de carácter masoquista y casi suicida. (…) Los españoles, mientras creaban un vasto y envidiable imperio, forjaron, sin inhibiciones, armas para su propia difamación. Los holandeses e ingleses no mostraron reparo alguno en utilizarlas en su propaganda contra la poderosa España (Philip W. Powell).

    Así, los relatos de Las Casas servirían de base para la literatura antiespañola, que desde todas las cancillerías europeas se traduciría con títulos cada vez más espeluznantes, y lo peor de todo, aceptados y asumidos como verdades incuestionables por los propios españoles. El hispanista francés Pierre Chaunu no hace sino confirmarnos que las representaciones exteriores de España son también las que le han afectado más profundamente. (…) La especificidad profunda de la leyenda negra radica (…) en que esta imagen de sí misma ha afectado a España como no ha afectado ninguna otra imagen externa a cualquier otra nación.

    Un estado de esquizofrenia colectiva que, en palabras de Julián Marías, partiendo de un punto concreto –supongamos que cierto-, extiende la condenación y descalificación a todo el país a lo largo de toda su historia, incluida la futura (…) sin prescribir jamás.

    Con pasmo seguimos contemplando el triste espectáculo de compatriotas como el del concejal de la localidad malagueña de Mijas que rechazaba la denominación de una calle como Avenida del Descubrimiento por sus "connotaciones políticas de ideología españolista y excluyente", que ocultan “la limpieza étnica que llevaron los españoles a cabo”.

    Es por eso por lo que la Fundación Denaes y la Fundación Villacisneros celebrarán mañana y pasado el I Congreso de la Hispanidad. Para ajustar la verdad a la historia de la mano del Premio Nacional de Historia García Cárcel. Pero no solo. Expresidentes hispanoamericanos nos acompañarán para ilustrarnos sobre el legado que hoy compartimos 500 millones de hispanos, académicos de la lengua hablarán sobre la unidad y homogeneidad del idioma español en comparación con otras lenguas de comunicación internacional; serán muchos los expertos que durante los próximos días visitarán la Casa de América para recordar que esta vieja nación que hoy algunos quieren dinamitar escribió páginas imborrables de la historia universal, dejando sembrada de nombres hispanos la toponimia del planeta.

    Serán días para subrayar lo mayúsculo, lo universal, y para ceñir lo minúsculo, lo aldeano, los movimientos regionalistas, a su verdadera y raquítica dimensión.
    Vivimos un momento histórico idóneo para recuperar la Hispanidad con más fuerza que nunca, como un sentimiento de hermandad universal.
    Reivindicamos España y con ella su mayor obra, la Hispanidad.

    Santiago Abascal Conde, presidente de la Fundación Denaes.


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