lunes, 19 de octubre de 2015

LA POBREZA IDEOLÓGICA DE LA IZQUIERDA











LA POBREZA IDEOLÓGICA DE LA IZQUIERDA.



A mediados del pasado mes de Septiembre, el exjuez Baltasar Garzón, el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo y el ex director general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, entre otros, suscribieron un manifiesto titulado "Convocatoria por la unidad". Reclaman un proceso de convergencia de los movimientos sociales, las asociaciones y los partidos de izquierda para constituir "una respuesta conjunta frente a quienes defienden, de manera decidida o encubierta, la ideología neoliberal en el Estado español". 

Resulta que el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, participó en un acto, en Elche, con varios barones territoriales. Y allí dijo, textualmente: 'Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya'. Esto sucedió el 19 de Abril de 2008. Nunca rectificó estas palabras.

 

Los mencionados izquierdistas se afirman negativamente. Quieren unirse por su rechazo al neoliberalismo. Supuestamente es la doctrina que domina ‘en el Estado español’. Aunque sería más propio decir ‘que domina en el gobierno español’. Aunque tampoco sea cierto.

 

Pues bien, el Presidente de gobierno, Rajoy, desmiente las afirmaciones de estos izquierdistas. En la citada reunión de Elche, añadió: "Quiero que este partido sea lo que es, un partido popular, moderado, abierto e integrador, y no un partido de doctrinarios’’.

 

Mariano Rajoy muestra una pobreza ideológica lamentable que ha favorecido el relativo hundimiento del PP. Porque no basta gestionar y hablar de la prima de riesgo. Sin embargo, ahora me interesa comentar la pobreza ideológica de la izquierda.

 

Todo sistema social y político se asienta en un determinado modo de producción. Es inevitable. Habitualmente se considera que los modos de producción han sido los siguientes: Modo de producción asiático, Esclavismo, Feudalismo, Capitalismo y Socialismo. Es la clasificación más usual y aceptada.

 

En los momentos históricos que vivimos hemos podido comprobar el funcionamiento de dos de ellos, el capitalismo- o economía de mercado- y el socialismo. Cualquier otra alternativa que haya podido utilizarse ha sido irrelevante. 

 

Un modo de producción es una manera de producir, usar y distribuir bienes y servicios. Y crea sus propias categorías. Por ejemplo, amo y esclavo son propias del modo de producción esclavista. Aunque algunos lo apliquen- erróneamente- a otros modos productivos.   

 

Pues bien ¿qué modo de producción es el que sirve de base a estos izquierdistas? Tienen, utopías aparte, dos opciones. O bien la economía de mercado, o el socialismo. Con los matices que se quiera.

 

Resumiendo. La economía de mercado- que los izquierdistas parecen identificar con el neoliberalismo- se basa en la propiedad privada de los medios de producción y en la existencia de mercados en los que confluyen oferta y demanda. Ambas determinan los precios, que proporcionan información sobre la abundancia o la escasez relativas de los bienes. Aunque los precios también generan incentivos para actuar de un cierto modo. 

 

Todo esto no tiene en cuenta los llamados ‘fallos del mercado’. El ejemplo más claro- aunque no el único- es el de los monopolios, que no compiten en igualdad de condiciones y pueden subir artificialmente los precios. Además de los ‘fallos del mercado’ están los ‘fallos del Estado’. De eso no hablan los izquierdistas. Pero esa es otra.

 

Es cierto que la economía de mercado produce para el que pueda pagar lo producido. Pero, al menos en nuestras sociedades, los que no pueden pagar bienes o servicios básicos, como sanidad o enseñanza, los reciben gratuitamente del Estado. Lo que obliga a tener impuestos que permitan satisfacer estos gastos. Caritas y similares aparte.

 

Una de las diferencias entre lo que los izquierdistas llaman ‘neoliberalismo’ y sus ‘propuestas de progreso’, es que si ellos mandaran aumentarían mucho las prestaciones sociales. La consecuencia es que habría que aumentar mucho los impuestos.

 

O sea, si los izquierdistas no quieren empobrecer a la población con modos de producción fracasados, como el socialista, solamente tienen una opción- con los matices que se quiera-, la economía de mercado. Si esto es así ¿en que se diferencia el supuesto neoliberalismo del ‘Estado español’ con el sistema capitalista que tendrían que utilizar estos izquierdistas?

 

Entre otras cosas, su desprecio por la economía de mercado, su desprecio por la propiedad privada- especialmente la ajena-, y su desprecio por los ricos. La consecuencia de tantos desprecios es la mala gestión y la inseguridad jurídica. Que tiene negativos efectos en la economía ya que los inversores quieren saber a qué atenerse. Quieren previsibilidad.

 

Y luego están las propuestas de ‘progreso’ que incorporan diversos movimientos sociales, como gays, lesbianas, okupas, antiglobalizadores, etcétera. A pesar de las diferencias entre ellos, hay un elemento común. Gastar dinero público que los izquierdistas les entregan gustosamente sacado de los bolsillos de la gente. Y no principalmente de los ricos, como demagógicamente afirma la izquierda, sino de las clases medias.

 

Esta es la visión antiliberal de los izquierdistas, inevitablemente resumida. Repitamos: más gasto público, más prestaciones y subvenciones, prohibidos los recortes, más funcionarios y empleados públicos y muchos más impuestos para sufragar tales gastos y despilfarros. Y aumento de la deuda, resultado de la acumulación de déficit año tras año, para sufragar los gastos crecientes del inflado Estado del Bienestar.

 

La derecha también se endeuda, como la izquierda. Pero la reciente historia económica española muestra que la ‘derecha’ no es tan nefasta como la ‘izquierda’. Como decía el economista J.K. Galbraith; ‘No elegimos entre buenos y malos sino entre malos y peores’.

 

Sólo dos palabras para la ‘curva de Laffer’. Dice el economista Arthur Laffer que superando el 50% de retención fiscal, los impuestos estatales disminuyen porque se produce una desaceleración del crecimiento económico.

 

Pero la izquierda hace oídos sordos porque es buena y solidaria como nadie. Aunque la derecha acomplejada procura no distanciarse mucho.

 

 Entre las pobrezas ideológicas izquierdistas hay que añadir su rechazo a la unidad de España, que supone la defensa de los Reinos de Taifas. Que es lo auténticamente progresista. Especialmente para el partido socialista obrero español. 

 

 Sebastián Urbina.

(Publicado en ElMundo/Baleares/16/Octubre/2015.) 

 

 

 


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta gente ya no es ni izquierda (término obsoleto como el de derecha), son manadas que se dicen así y que funcionan con cuatro tópicos baratos y claro el prisma con el que ven la realidad y en consecuencia actúan es completamente desastroso (desastre del que tampoco tienen conciencia estos simplones histéricos). Encima el coágulo impide cualquier debate de mínimo nivel. Resumen de las herramientas que espetan cuando algo se sale del esquema sin significado que manejan: facha, Franco y punto final. La "derecha" es tres cuartos de lo mismo por incapaz, cursi y sin fórmulas. Fuera todo el entramado que petardos que pueblan la megaadministración y sus apéndices.Están enredando y el tiempo y los recursos son oro.

Anónimo dijo...

Los reinos de Taifas en el contexto actual (del que parece que nadie se ha enterado) durarían el canto de un duro. El comecocos se los zamparía uno a uno en un pis pas. Pero como los indigentes intelectuales que están pegando la gorra no saben nada ni tienen intención , hacen el trabajo al comecocos.

Sebastián Urbina dijo...

Es cierto que la distinción derecha/izquierda es obsoleta- ya lo decía Ortega- pero si quiero llegar a la gente tengo que utilizar los términos que la gente utiliza.

En cuanto a los Reinos de Taifas, estoy de acuerdo. Pero el fanatismo está para eso.