Lunes, 27-07-09 (ABC)
Edurne Uriarte.
Edurne Uriarte.
Me sorprende la pasión de la izquierda europea por Obama a la luz de la concepción profundamente liberal del individuo del presidente americano. En las antípodas de la socialdemocracia.
Volvió a reiterar hace unos días en un discurso que, si llega a ser obra de Bush o de cualquier político de derechas, habría sido durísimamente cuestionado. Por su llamada a los negros a dejarse de excusas para justificar sus fracasos. Por su defensa del esfuerzo individual frente a la intervención del Estado como mejor camino para progresar.
Volvió a reiterar hace unos días en un discurso que, si llega a ser obra de Bush o de cualquier político de derechas, habría sido durísimamente cuestionado. Por su llamada a los negros a dejarse de excusas para justificar sus fracasos. Por su defensa del esfuerzo individual frente a la intervención del Estado como mejor camino para progresar.
Pero hasta una persona tan liberal y rupturista en cuestiones raciales como es Obama ha caído en la trampa del otro racismo, del racismo negro. Con sus críticas a la policía por haber arrestado a un profesor negro y amigo que clamaba ser víctima de racismo. Cuando más bien parece deducirse de los detalles completos de la historia que fue el profesor quien tuvo una actitud irrespetuosa y chulesca con el policía con aquello del Usted no sabe con quién está hablando.
El incidente recuerda mucho a las acusaciones de racismo contra los gitanos que lanzaron Pitingo y Juan Carmona por un altercado con un revisor en el tren. También me hicieron pensar en el otro racismo. En la utilización de la raza como una coartada, no ya para el fracaso, sino para comportamientos abusivos hacia la supuesta raza dominante.
Sólo en países con décadas de maduración en este debate como es Estados Unidos se empieza a poner coto a este otro racismo. Hasta Obama ha tenido que disculparse.
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¡Gracias Obama! Por alejarte de las idioteces típicas del rojerío español. Por mucho que, aquí, los rojos te santifiquen, eres diferente de ellos. Y mejor. El ejemplo de tu amigo, el profesor negro, tus críticas iniciales a la policía y la disculpa final, te hacen merecedor de mis elogios. Aquí no tenemos políticos de tu talla. Todos, o casi todos, quieren ser progres. No se hubieran atrevido a pedir disculpas a la policía por haber supuesto que detuviera a un negro por el hecho de serlo. Como parece ser que no sucedió.
Encima has dicho algo que aquí no se atreverían ni borrachos. Has dicho que los negros no deben tratar de ocultar sus fracasos detrás de la negritud. Les has hecho un favor. No alientas el victimismo. Aquí está de moda. Es de lo más progre. Y tenemos especialistas periféricos. Son unos maestros.
Lo tuyo ha sido un ejemplo de honestidad y valentía. ¡Y encima pedir disculpas! Si alguien dice, en España, lo que dijiste del incidente policial, sería sacrificado por los medios de difusión. Progresistas, por supuesto. Y los que no lo son habrían insinuado falta de formas. No en vano tenemos a la izquierda más estúpida de Europa. Pero domina el lenguaje y todos, o casi todos, lo copian. Ya sabes, para parecer progresista.
En fin, aunque el rojerío español te santifique, no saben lo que dicen. No eres como ellos, eres mejor que ellos. ¡Qué alivio! Llegué a pensar que eras una especie de Zapatero pasado por Harvard.
Sebastián Urbina.
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¡Gracias Obama! Por alejarte de las idioteces típicas del rojerío español. Por mucho que, aquí, los rojos te santifiquen, eres diferente de ellos. Y mejor. El ejemplo de tu amigo, el profesor negro, tus críticas iniciales a la policía y la disculpa final, te hacen merecedor de mis elogios. Aquí no tenemos políticos de tu talla. Todos, o casi todos, quieren ser progres. No se hubieran atrevido a pedir disculpas a la policía por haber supuesto que detuviera a un negro por el hecho de serlo. Como parece ser que no sucedió.
Encima has dicho algo que aquí no se atreverían ni borrachos. Has dicho que los negros no deben tratar de ocultar sus fracasos detrás de la negritud. Les has hecho un favor. No alientas el victimismo. Aquí está de moda. Es de lo más progre. Y tenemos especialistas periféricos. Son unos maestros.
Lo tuyo ha sido un ejemplo de honestidad y valentía. ¡Y encima pedir disculpas! Si alguien dice, en España, lo que dijiste del incidente policial, sería sacrificado por los medios de difusión. Progresistas, por supuesto. Y los que no lo son habrían insinuado falta de formas. No en vano tenemos a la izquierda más estúpida de Europa. Pero domina el lenguaje y todos, o casi todos, lo copian. Ya sabes, para parecer progresista.
En fin, aunque el rojerío español te santifique, no saben lo que dicen. No eres como ellos, eres mejor que ellos. ¡Qué alivio! Llegué a pensar que eras una especie de Zapatero pasado por Harvard.
Sebastián Urbina.
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