Lo que quiere ahora Zapatero es derribar a Díaz Ferrán. Aseguran gentes próximas a Moncloa que el presidente ha ordenado que se escarbe en los asuntos privados del líder empresarial para buscarle las cosquillas y lanzar a los medios adictos contra él.
Díaz Ferrán ha hecho bien al enfrentarse a la demagogia de Zapatero. La patronal puede y debe sumarse a un plan del Gobierno contra la crisis si ese plan existiera. Pero no existe. Zapatero ha hecho frente a la gravedad económica con ocurrencias. Ha destituido al prudente Solbes y ha nombrado a Elena Salgado para manejar como le venga en gana la economía española.
El déficit público y la deuda, que se han instalado ya en cotas muy alarmantes, le importan una higa. Lo que quiere es asegurarse el voto mayoritario para las próximas elecciones. Y ése es el principio y el fin de su política económica. Pura demagogia. Si no estuviéramos dentro de Europa, España viviría ya un corralito argentino de la mano de Zapatero.
El empresariado español tiene conciencia clara de adónde conduce la demagogia zapateril. Díaz Ferrán se ha enfrentado a Zapatero con moderación, con prudencia, con acierto. Pero que se tiente la ropa. El presidente no perdonó nunca su derrota en Madrid ante Rajoy ni el vapuleo en Valencia. Y puso en marcha la operación Gürtel que es su venganza personal a la ofensa recibida.
Ahora, como no ha podido doblegar a Díaz Ferrán, se inventará lo que sea preciso para moverle la silla y situar al frente de la patronal a un remedo de la sumisa y dócil Elena Salgado.(ElImparcial)
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