Redacción | Publicado el 30 Septiembre, 2008 |(MD)
La más famosa mujer policía de Afganistán, directora del Departamento de Crímenes Contra la Mujer, fue asesinada por los talibanes frente a su casa. Malalai Kakar fue un símbolo de emancipación femenina del gobierno de Hamid Karzai en la medida en que esto puede suceder entre musulmanes.
Afganistán, como lo señaló el senador John McCain en el debate, es ingobernable y lo es desde Alejandro Magno, que lo conquistó brevemente hace dos mil trescientos y tantos años.
Para un occidental, aun los familiarizados con los extremos de fanatismo al que llegan algunas sectas religiosas y corrientes políticas como la comunista, es difícil formarse un cuadro mental del mundo talibán y fundamentalista. La mujer está totalmente sometida a los varones de su familia que, casi a su antojo, pueden disponer de ella y de sus precarios bienes. En Arabia Saudita una mujer no puede tener pasaporte, no puede salir de su casa si no está acompañada por un familiar hombre, no puede vestir ropa de color, no puede mostrar ni su rostro ni su cabellera, no puede conducir automóvil.
Los talibanes prohiben que una mujer estudie y que sea examinada por un médico hombre. Pero al no poder estudiar, no hay mujeres que ejerzan la medicina, por lo que ellas están abandonadas a su suerte: si contraen una enfermedad grave, lo probable es que mueran.
Una agresión a la libertad individual
Bajo los fundamentalistas a los hombres no les va mucho mejor, ya que están sometidos a obedecer una montaña de regulaciones y mandatos que incluyen desde la vestimenta autorizada hasta no poder ni afeitarse ni arreglarse la barba. Cuando un pobre hombre se afeita, no sólo recibe azotes sino también debe permanecer en la cárcel hasta que la barba le crezca. Prohibido está ver vídeos u oír música no religiosa, leer libros vedados, no rezar cinco veces al día y no lavarse los pies en cada ocasión, con las consecuencias que eso tiene en la piel y el olor corporal.
Al sometimiento de la mujer se suman los arreglos maritales entre las familias, que entregan en matrimonio hasta hijas de ocho años a hombres mayores.
De tales extremos de demencia colectiva, pues no es sólo fanatismo, se nutre la violencia prevalente en el mundo musulmán, violencia no sólo dirigida contra la civilización occidental, sino primordialmente contra ellos mismos. Sunnies combaten a shiitas, ambas sectas esclavizan a la mujer, ejecutan a los adúlteros y condenan a muerte al que adopta otra religión. Como en el Corán hay una ambigua prohibición respecto a las representaciones de la divinidad, los talibanes destruyeron a cañonazos los budas de Kandahar, excelsas obras que antecedieron en quinientos años al paso del Profeta en la Tierra.
Por ahora no se le ve fin a la carnicería ni a la demencia.
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ALIANZA SOCIALISTA DE CIVILIZACIONES.
Esperemos que nuestro querido Presidente se traslade, con todo su equipo, a estas tierras amigas para dialogar con los talibanes. Sin armas de fuego. Hay que mostrar nuestra confianza y desos de paz. No como Bush, Aznar y gente así. Confiemos.
Es cierto que, en la derecha hay gente (ignoro cuánta) que tiene cierto complejo de culpa ante los talibanes o cualquier energúmeno que no sea occidental. Rectifico, también entre 'nuestros' energúmenos, como se ha visto y se ve, con el terrorismo vasco.
Dado que los blancos (especialmente los varones blancos, que son los peores) han masacrado y humillado a los pueblos de la tierra, que vivían felices y comían perdices, ahora éstos (justamente) claman venganza. Debemos comprenderlo. Pues bien, estas idioteces son propias de una parte de la gente de derechas. Han asimilado, estúpidamente, el 'buenismo' progre.
Es todavía peor en la izquierda. ¿Por qué? Porque no se trata de complejos, típicos de la derecha española. La izquierda, en general, odia el sistema capitalista, al que hace responsable de todos los males que en el mundo han sido. Ya saben el 'capitalismo salvaje'. Dado que, el capitalismo es lo peor de lo peor (pueden leer en algunos de mis artículos las referencias a los libros 'Educación para la Ciudadanía' que hablan del mercado), está justificado luchar en contra. No sólo está justificado. Es la tarea debida de toda persona decente. Por tanto. Aunque parezca que nuestros enemigos son los talibanes (y gente así), no es verdad. Nuestros verdaderos enemigos son los capitalistas y los que creen y apoyan el sistema capitalista.
Esta gente que nos parece tan violenta, no nos odiaría si en Occidente rechazáramos el capitalismo salvaje y viviéramos en una sociedad socialista. Por tanto, nuestros verdaderos enemigos no son los 'pueblos explotados de la tierra' sino los explotadores. Es decir, el capitalismo salvaje y sus amigos.
¿Es toda la izquierda tan idiota? No. Pero estas ideas son aceptadas por la mayoría de la izquierda. Aunque sea en diferentes niveles de aceptación y sofisticación. El odio a la derecha está por encima de todo. Y lo que representa. La propiedad privada, la economía de mercado, el cristianismo, que está en la base de la construcción europea, etcétera...
En fin, la izquierda española ya demostró quién era durante la II República. Lea al 'malvado' Moa (Los origenes de la guerra civil- Los mitos de la guerra civil) y en vez de insultar, anímese a contrastar lo que dice. Si tiene valor moral y honestidad intelectual para ello. Y luego decida según su leal saber y entender.
Sebastián Urbina.
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