Cristina Losada: "Feijóo ha tenido tiempo de sobra para preparar un Decreto Lingüístico alternativo"
(PD).- El 'periodo de gracia' concedido a Feijóo ha terminado. Cristina Losada, analista política gallega, cree que, "siempre comparándolo con el Gobierno del PSOE y el Bloque", el nuevo Gobierno de la Xunta aprueba. Eso sí, no olvida "el incumplimiento" de Feijóo respecto a la derogación de la normativa que impone el gallego en las escuelas. Se pregunta Losada: "¿Por qué se comprometió a derogarlo en los cien primeros días si no tenía uno alternativo"? Sobre la labor de la oposición, cree que "no tienen legitimidad para exigir prácticamente nada" porque "su gestión fue de dejadez y de incompetencia".
Los ciudadanos gallegos aprueban en las encuestas la gestión del nuevo gobierno gallego. ¿Cuáles han sido sus mayores aciertos?
Yo creo que el mayor acierto es que se ha acabado con la mayor parte de las extravagancias y de los delirios del Gobierno de socialistas y nacionalistas. Me refiero tanto a las medidas de corte radical como a las nacionalistas. Era un Gobierno dedicado a la construcción nacional, a reforzar siempre la diferenciación con el resto de España y a una tarea de ingeniería social como era la imposición lingüística. El Gobierno de Feijóo ha reducido en gran medida ese componente estrafalario. Es un Ejecutivo moderado que, siempre comparándolo con el otro, merece ese aprobado que le dan los encuestados.
PSOE y BNG ven parálisis y recortes en los primeros cien días del Gobierno de Feijoo. ¿Qué valoración hace de esas críticas?
Estos dos partidos, como hizo el propio Zapatero en el resto de España, estuvieron negando que hubiese una crisis económica y estuvieron diciendo que, en el caso de que la hubiera, Galicia era la que estaba mejor preparada para resistir. ¿Qué hicieron ellos para afrontar el golpe de la crisis? Nada. Ahora lo que mejor haría era quedarse calladitos porque su gestión fue de dejadez y de incompetencia. No tienen legitimidad para exigir prácticamente nada.
La derogación del decreto de imposición del gallego es la gran promesa incumplida de Feijóo. El fichaje de un "independiente" que apoyó las políticas linguisticas del BNG también causó mucho rechazo. ¿Está dando bandazos Feijóo?
La principal extravagancia que ha hecho Feijóo en estos cien días es el nombramiento de Anxo Lorenzo, que no es independiente, en el sentido estricto de la palabra, aunque no tenga el carnet de ningún partido. Ha sido uno de los promotores de las políticas de imposición lingüística en diferentes ámbitos. Es más, Lorenzo participó en la elaboración del programa del Partido Socialista en las elecciones anteriores en la parte lingüística. Este nombramiento es un gran borrón de estos cien días, acompañado del gran borrón también que es haber prometido derogar el Decreto que prácticamente establecía el monolingüismo en las aulas.
¿Sabe hacia dónde quiere ir el nuevo Ejecutivo en este tema?
Yo más que preguntarme por qué no lo ha cumplido, yo me pregunto: ¿por qué prometió derogarlo en los cien primeros días sin tener otro preparado que lo sustituyera? ¿No sabía el señor Feijóo esto? Es lógico y lo tenía que saber.
¿La encuesta a los padres no fue una conejo que se sacó para ganar tiempo hasta después del verano?
Con esta encuesta se gana o se pierde tiempo, según se vea. Yo lo que creo es que se está perdiendo tiempo porque estas cosas hay que hacerlas, como dijo Feijóo, en los cien primeros días. En ese tiempo hubiera tenido tiempo de sobra para preparar un Decreto alternativo y en el curso que empieza la gente hubiera tenido otra situación en las clases.
¿Por qué es mejor en esos cien primeros días?
Porque es cuando todavía tienes el apoyo del votante, el halo de la victoria. Luego eso se va perdiendo, porque el poder te desgasta, y te vuelves más frágil y más débil. Lo que ha hecho Feijóo es un error desde cualquier punto de vista.
¿Hay descontento entre los votantes del PP con Feijóo por su errática política lingüística?
Sí, por supuesto. Entre la gente que más consciente ha sido de estos problemas claro que hay descontento. Y ha irritado mucho el hecho de que se vaya a negociar el nuevo Decreto con los que impusieron el anterior. ¡Hombre! Hay gente que está realmente enfadada con este giro y este incumplimiento que ha dado Feijóo a unos compromisos que hizo en la campaña.
Sobre la política económica, Feijóo ha recortado 40 millones las nóminas de altos cargos. ¿En este tema lo está haciendo bien?
Hacer una política económica que dé resultados en este momento no es fácil. Pero, en lo fundamental, que es hacer un Gobierno austero y controlar el gasto público ha hecho bien. De todas formas, es pronto para saber si las medidas que ha tomado y que pueda tomar la Comunidad son acertadas o no. Entre otras cosas, porque tiene poco margen de maniobra.
Dice Feijóo que habló más con Touriño en estos cien días que en los cuatro años de oposición. ¿Por qué no hubo ese entendimiento durante el bipartito? ¿Es signo de ese “centrismo” del que hace gala el presidente de la Xunta?
Feijóo no ha sido nunca de expresiones radicales aunque sí es verdad que a veces ha sido contundente en sus críticas al Gobierno de la Xunta cuando estaba en la oposición.
¿Y la labor de los socialistas y del Bloque en la oposición?
La verdad es que no se les ha visto demasiado porque siguen igual o peor que cuando estaban en el Gobierno. No han entendido por qué han perdido el poder y, al no entenderlo, andan completamente desnortados respecto a qué hacer. De hecho, el Bloque se ha radicalizado y el PSOE parece que pretende, en lugar de hacer un giro hacia menos imposición lingüístico, hacia posiciones como las que en tiempos tuvo Paco Vázquez, quiere hacer un giro hacia el nacionalismo todavía más pronunciado, para tratar de quitarle votos al BNG. Con un despiste monumental, vamos.
José Blanco y Feijóo han firmado en estos 100 días un acuerdo escrito que fija la llegada del AVE a Galicia en 2015. ¿Es realista esta fecha?
Yo creo que si hoy nos preguntaran a los que vivimos aquí si nos creemos esa fecha, diríamos que no. Se han dado tantas fechas y se han retrasado siempre que, al final, lo que prima es la desconfianza. A lo mejor esta vez va la buena pero mantengamos una margen de vigilancia y de desconfianza.
Igual ayuda un poco el que haya un gallego en el Ministerio de Fomento…
No. Eso se creía en la época de la dictadura de Franco. Cuentan que acudieron a Madrid muchos gallegos pensando que como era gallego les iba a dar trabajo. Y no fue así, claro. Estas cosas de la pertenencia regional yo creo que ya no funcionan.
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Sebastián Urbina
Gloria Lago y el PP
Núñez-Feijoo ha calificado de «deplorable la actitud de los que optan por el uso de la violencia frente a los valores del diálogo y tolerancia propios de la democracia». El Partido Popular de Galicia ha apostado por un ‘bilingüismo cordial y ha añadido que ‘las prácticas intimidatorias’ no son adecuadas para alcanzar consensos. En fin, casi todo el mundo (salvo la gentuza) ha condenado las amenazas y los insultos proferidos contra Gloria Lago y Galicia Bilingüe. Por no hablar de las pintadas aparecidas en las proximidades de la residencia de la presidenta de GB y en su coche, al que, además, le rompieron una ventanilla.
Me centraré en la responsabilidad del Partido Popular. Por supuesto, la primera responsabilidad es la de quienes realizan tales conductas. Pero no es la única responsabilidad. Tenemos que recordar aquí, a pesar de las diferencias, la famosa frase del Gran Timonel Arzallus: ‘Unos mueven el árbol y otros recogen las nueces’. Esta profunda filosofía nacionalista no es propia de ningún sitio en concreto. El chantaje, con mayor o menor delicadeza, es una característica de los nacionalismos. Un hecho diferencial, como les gusta decir.
No pretendo insinuar que Núñez-Feijoo es el responsable de estos comportamientos salvajes. No lo es. Pero el Partido Popular, en general, es responsable de no haber tenido una línea clara y contundente en cuestiones de principio. Por ejemplo, en la cuestión lingüística. ¿Es la cuestión lingüística una cuestión de principio? Por supuesto. Afecta directamente a la libertad de las personas.Recordaré, aunque ya no es progresista hacerlo, el artículo 3 de nuestra Constitución: ‘El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla’. O sea, se trata de que los españoles puedan aprender el castellano en los colegios y puedan hablar el castellano (o español) en España. Pues bien, aunque parezca mentira, no se respeta esta libertad básica.
Recientemente, entre quince y veinte mil ciudadanos participamos en una manifestación por la libertad lingüística en Palma de Mallorca. En Baleares, más del 90% de los colegios enseñan exclusivamente en catalán. Es decir, que si unos padres quieren que sus hijos sean enseñados en la lengua castellana (o española) tendrán que pagarse un colegio privado/privado. Por supuesto, si usted pregunta por ahí, le dirán que no hay ningún problema. Que los que se quejan son unos fachas. Los nacionalistas llevan mintiendo desde que tienen las competencias educativas. Perdón, en realidad llevan mintiendo hace mucho más tiempo, pero me refiero a lo de ahora. Desde que tenemos la Constitución de 1978.
Desgraciadamente, los socialistas han mentido (y siguen mintiendo) con una pasmosa naturalidad. Hasta tal punto que no sabe uno si el primer premio debería concederlo a los nacionalistas o a los socialistas. Y cuando un socialista no miente, es convenientemente marginado. Por ejemplo, Joaquín Leguina. En su prólogo al ‘Estado fragmentado’ de Sosa Wagner dice: ‘Un Estatuto, el aprobado el 30 de Septiembre de 2005, desleal hasta las cachas con la Constitución vigente y que se puede resumir en una frase castiza: ‘’Lo mío, mío, y lo tuyo a pachas’’.La deslealtad de los nacionalistas es un virus del que no voy a hablar pero del que todos conocemos sus destructivos efectos. Aunque la deslealtad nacionalista no se limita al aspecto lingüístico ¡faltaría más! Pero ahora hablamos de este problema. Y aquí compite el derecho a la libertad de aprender y hablar el castellano (o español) de los españoles, reconocido por la Constitución, con los mitos identitarios (y sus intereses) que pretenden estar por encima de la ley democrática. Y lo consiguen, entre otras cosas, por una nefasta e injusta ley electoral que prima los votos nacionalistas.
Recordemos, entre muchos ejemplos que se podrían citar, que, en las elecciones generales, UPyD, con 300.000 votos consiguió un diputado, y el PNV, con parecidos votos (unos cuantos menos) consiguió seis. O sea, un nacionalista vale por seis españoles. Pero los nacionalistas no sólo están consiguiendo trocear el Estado Español (y cuidado con España) por esta nefasta e injusta ley electoral. Han tenido, además, la colaboración de los dos grandes partidos para seguir con su proceso de demolición.
Puedo aceptar que hay millones de personas (iba a decir ‘ciudadanos’) que les encanta que les mientan. Recordemos el debate entre Solbes y Pizarro. El ex ministro Solbes mintió con maestría y, según los espectadores, ganó el combate. Pizarro, aunque analizó correctamente la situación, lo perdió. ¿Por qué? Porque millones de personas prefieren que les digan lo que quieren oír. ‘Tranquilo, no hay problemas. Y si los hay, es culpa de la derechona. Bush, Aznar y algún otro’.Pero, dejando aparte, el encanto que tienen las mentiras ‘progresistas’ ¿es aceptable que un partido, supuestamente liberal-conservador, como el PP, sea tan acomplejado a la hora de defender las libertades ciudadanas? Y con esto vuelvo al principio. Las gentes de mentalidad totalitaria no interpretan las cesiones y concesiones como gestos de amistad, benevolencia o deseos de consenso. Al contrario, lo interpretan como un gesto de debilidad.
Estas actitudes políticas, del Partido Popular en general, y de Núñez-Feijoo en particular, alientan y estimulan a los bárbaros identitarios. Debidamente animados por ciertos medios de comunicación y por ciertos políticos. La consecuencia es que los ciudadanos decentes se sienten indefensos. Y Gloria Lago, aunque más valiente que Núñez-Fijoo, está pagando un precio que no debería pagar por defender la libertad propia y ajena.
Si los que debieran dar ejemplo, lo dieran, los bárbaros irían con más cuidado. Los políticos del Partido Popular deberían tener bien presente que esto del ‘talante’ y otras idioteces similares son propias del ‘socialismo zapateril’. Que no las importen. Les basta con las que ya atesoran. Y cuidado. Pueden perder muchos votos si siguen haciendo el tonto. El tonto acomplejado.
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