miércoles, 12 de enero de 2011

¿LO PODRÁ ENTENDER EL ROJERÍO?













“La teoría de las ventanas rotas”

En 1969, en la Universidad de Standford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo
realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en
la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo
dejó en el Bronx , por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y
el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California . Dos autos idénticos
abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de
especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en
cada sitio.

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser bandalizado en
pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio, etc. Todo
lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En cambio el
auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que
coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de
izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando
el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba
una semana impecable.

Los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto,
California . El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx
de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo
al mismo estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente
seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la
psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.

Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de
desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como
de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que
sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de
actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una
violencia irracional.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron
la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un punto de vista
criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el
descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara,
pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de
deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se
generará el delito. Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como estacionarse
en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y
estas pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a
desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente

y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la

mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas),

esos mismos espacios abandonados por la gente serán progresivamente

ocupados por los delincuentes.

La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que: ante
el descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se degenera el
entorno.

Tan solo vea un ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa
tenga algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal
estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas
palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc.,
etc., etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones
interpersonales de los familiares y se comenzarán a crear malas relaciones con
la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer en prisión.

Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad mexicana, la
falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad
entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la
corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de
cultura urbana y la falta de oportunidades ha generado un país con ventanas
rotas, con muchas ventanas rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.

La solución a este problema yo no la tengo estimado lector pero he comenzado
a reparar las ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos
alimenticios de mi familia, le he pedido a todos los miembros de la familia
que evitemos decir malas palabras delante de nuestros hijos, también hemos
acordado no mentir, ni siquiera mentiras pequeñas, porque no hay mentiras
pequeñas, ni grandes, una mentira es una mentira y punto, hemos acordado
aceptar las consecuencias de nuestros actos con valor y responsabilidad,
pero sobre todo dar una buena dosis de educación a nuestros hijos, con esto
y con la ayuda de Dios espero comenzar a cambiar en algo lo que antes
hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún día repitan esto el día de
mañana, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o los nietos de mis
hijos vean algún día, un nuevo México, un México sin ventanas rotas.

Este fue el principio sobre el que se basaron para el programa de
"Tolerancia Cero" en Nueva York y hoy en dia es una de las ciudades mas
seguras de EU.

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