viernes, 31 de octubre de 2008

BOICOT


VA ANGUERA DE SOJO | BARCELONA
Viernes, 31-10-08
El presidente de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, rompió ayer el silencio que hasta ahora había mantenido sobre las informaciones de este rotativo que afectan a dirigentes de su partido, y lo hizo nada menos que para reclamar «un cordón sanitario» sobre ABC, cabecera a la que acusó de estar instigando una campaña anticatalana para enturbiar la negociación de la financiación autonómica.

Puigcercós argumentó que la información publicada ayer por ABC sobre el cobro de dietas por desplazamiento del vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC), y los consejeros de la Generalitat Joan Saura (ICV) y Antoni Castells (PSC) «forma parte de una campaña» para desprestigiar a las instituciones catalanas. En ningún momento cuestionó la veracidad de la información, ni explicó cómo se justifica el cobro de esas dietas.
En declaraciones a la emisora Rac1, Puigcercós concluyó que «cuando se publican unas balanzas fiscales y todo el mundo sabe que Cataluña es maltratada, la respuesta de Madrid y de la caverna, como es ABC, es que es un problema de derroche de recursos».
En esta línea, el líder de la formación independentista argumentó que los ministros que son diputados en el Congreso también cobran dietas, «y probablemente los miembros del Gobierno de Madrid y el resto de los gobiernos autonómicos», pero «si hablamos del Parlamento catalán parece que es un delito».
Campaña organizada
«Es una respuesta organizada y creo que habrá más entregas; primero el coche de Benach, ahora las dietas de Carod... Cuando suena el «tam-tam» del ABC deberíamos imponer un cordón sanitario y no caer en la trampa» de debatir estas cuestiones, sentenció, para zanjar las preguntas sobre el cobro de dietas por parte de miembros del tripartito o los extras incluidos por el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, en su coche oficial, tal y como denunció ABC la semana pasada.
No es la primera vez que Esquerra se acoge a la tesis de la «catalanofobia» para responder a las críticas contra sus dirigentes. Esta fue exactamente la misma táctica utilizada por Josep Lluís Carod-Rovira tras la publicación por ABC de su entrevista con la cúpula de ETA, en enero de 2004.
El entonces presidente de Esquerra y consejero jefe del Gobierno de Pasqual Maragall optó por convertir la denuncia de este rotativo en una campaña contra Cataluña y utilizó ese argumento como lema electoral en los siguientes comicios generales, en los que encabezó la candidatura republicana para someter a plebiscito su mediación con la banda terrorista ETA.

Tampoco es la primera vez que los independentistas utilizan la expresión «cordón sanitario». Hace un año, el portavoz de ERC, Joan Ridao, proponía la misma receta para aislar al PP en el Parlamento catalán como respuesta al recurso de los populares contra el Estatuto ante el Tribunal Constitucional.
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Viernes, 31-10-08
Joan Puigcercós es un dirigente -cuestionado por algunos sectores- de un partido antisistema que rechaza la forma de Estado y de Gobierno establecida por la Constitución. Esquerra Republicana de Cataluña debería ser una formación marginal, pero goza de un protagonismo que no merece gracias al oportunismo y la visión a corto plazo de los socialistas, tanto en Cataluña como en el Congreso de los Diputados. Como es lógico, en un partido con resabios totalitarios a este personaje secundario de la vida política no le gustan las críticas ni asume el significado de la libertad de expresión en un régimen pluralista. Ayer proclamaba la necesidad de establecer un «cordón sanitario» contra ABC, porque nuestro diario, cumpliendo con su deber hacia los lectores y hacia todos los ciudadanos, ha denunciado las prebendas intolerables que benefician a determinados miembros de la formación independentista. La limusina «tuneada» de Benach, los gastos seudodiplomáticos de Carod-Rovira y las dietas por desplazamiento cobradas por quienes cuentan con vehículo oficial son realidades incontestables como prueba de que algunos malgastan el dinero público. La censura y la tentación inquisitorial no pueden ocultar la veracidad de la información. ERC pretende tapar la inmoralidad de sus dirigentes con un discurso victimista, pero tendrá que hacer frente a la indignación social en nombre de la libertad y de la democracia.

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