viernes, 31 de octubre de 2008

ETA Y NAVARRA.

ETA reacciona en Navarra tras perder allí un «comando» Cambiar el tamaño del texto
Un coche bomba hizo explosión en el campus de la Universidad de Pamploma, que estaba repleta de alumnos

Los autores del atentado pertenecen a un nuevo «comando» de ETA con base en la provincia de Guipúzcoa.
El Peugeot 307 en el que iba la bomba quedó destrozado por completo - Efe
J. M. Zuloaga
MADRID-ETA demostró ayer una cierta capacidad de reacción al hacer explotar un coche bomba en Pamplona, dos días después de la desarticulación por la Policía Nacional del «comando» que la banda había organizado para cometer atentados en la Comunidad Foral.
La acción criminal, que pudo causar una matanza de estudiantes de la Universidad de Navarra, se atribuye a un nueva célula que tiene su base en el País Vasco, probablemente en Guipúzcoa, y al frente de la cual hay pistoleros «liberados» (fichados).
Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN subrayaban ayer que el atentado de Pamplona, perpetrado por un «comando» que ha llegado desde fuera de Navarra y que robó el coche y montó la bomba en una sola noche, demuestra lo que ya se temía. ETA cuenta de nuevo (después de la desarticulación de los «comandos» «Urederra» -Guipúzcoa- y «Askatun Haizea» -Vizcaya-) con una infraestructura suficiente como para organizar este tipo de acciones criminales.
Incluye a uno o dos «liberados» y a varios grupos de «legales» (no fichados), que actúan fuera de los días laborables como ocurrió con los coches bomba que ETA hizo estallar en un sólo fin de semana en Ondárroa (Vizcaya), Vitoria y Santoña (Cantabria).
Los hechos que concluyen con la explosión, a las 11 de la mañana de ayer, de la bomba en el aparcamiento situado frente al edificio central de la Universidad de Navarra, se inician en la noche del miércoles cuando individuos desconocidos roban en la localidad guipuzcoana de Zumaya un Peugeot 307 blanco.
A lo largo de la noche del miércoles y en un lugar que se cree no estará muy alejado de Zumaya, los etarras del «comando» montaron el coche bomba con 40 kilos. Por lo que se sabe tras los últimos atentados, el explosivo y las sustancias reforzadoras suelen ir alojadas en bidones de cerveza que se esconden en el maletero.
Una vez montado el artefacto y los sistemas de activación, el Peugeot, conducido por una persona y precedido de otro vehículo, coche o moto, para avisar de la posible presencia de controles policiales, emprendió viaje hacia Pamplona y fue aparcado en el lugar en el que con posterioridad hizo explosión.
Un terrorista llamó a las 9:53 con un teléfono móvil (comprado con documentación falsa) al servicio de Ayuda en Carretera (DYA) de Álava y comunicó que un coche bomba iba a estallar a las 11 de la mañana en el «campus universitario», aunque no indicó, fruto del nerviosismo (o de la mala fe), la ciudad concreta en la que estaba colocado el Peugeot. Los datos del vehículo sí fueron aportados por el comunicante que hablaba en nombre de ETA.
La Dya se puso en contacto con la Ertzaintza. Por el contenido de la llamada se dedujo que el «campus» al que se refería era el de la capital alavesa y allí se dirigieron efectivos de la Policía Autónoma y la Policía Municipal que, lógicamente, no encontraron el coche.
Las fuentes consultadas por este periódico han subrayado el hecho de que la Ertzaintza no comunicara inmediatamente la novedad a la Policía Nacional y a la Guardia Civil.
El concurso de las tres Fuerzas de Seguridad, una vez comprobado que el artefacto no estaba en Vitoria, tal vez hubiera permitido realizar otras pesquisas con carácter de urgencia.
La explosión se produjo a las once de la mañana y causó la natural alarma en el centro universitario y una gran columna de humo visible desde toda Pamplona. La detonación pudo escucharse a mucha distancia ya que la bomba era de gran potencia.
Un total de veintinueve personas resultaron heridas de carácter leve, veinticinco de las cuales fueron atendidas en la Clínica Universitaria y las restantes en los Hospitales de Navarra y Virgen del Camino. Cuatro de los heridos quedaron en observación durante unas horas y el resto fueron dados de alta tras recibir las curas necesarias. La mayor parte presentaban lesiones por cortes, problemas auditivos, inhalación de humo y algunos casos de ansiedad.
La zona del atentado es un lugar de paso para estudiantes y profesores que se dirigen a las facultades procedentes de la parada de autobús. El coche bomba se colocó en un punto habitualmente muy transitado.
La explosión provocó un incendio que afectó a una veintena de vehículos estacionados en el aparcamiento y, además, las llamas prendieron en el interior del ala izquierda del Edificio Central, un inmueble en forma de U de sólida construcción ya que está levantado con granito. La pared más cercana al coche bomba resistió el impacto de la onda expansiva, pero las llamas se extendieron al interior del inmueble. El fuego prendió en una zona ocupada por la Secretaría General. Una gran parte de los heridos eran trabajadores de las Oficinas Generales de la Universidad.(LaRazónDigital)

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