jueves, 16 de octubre de 2008

LA JUSTICIA ESTRELLADA.


(PD).- La Fiscalía de la Audiencia Nacional recurrirá al Pleno de la Sala de lo Penal el auto dictado por el juez Baltasar Garzón para investigar los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil y el Franquismo, al considerar que estos delitos prescribieron en 1977 con la aprobación de la Ley de Amnistía.

Además de este argumento, el Ministerio Público esgrimirá que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 no es competente para asumir esta instrucción, ya que al tratarse de delitos comunes deberían ser investigados en cada uno de los juzgados donde se produjeron los hechos.

Como tercer motivo, el departamento dirigido por Javier Zaragoza expondrá que el concepto jurídico de crímenes contra la humanidad se estableció legalmente en 1945, tras el juicio de Nuremberg contra los responsables del nazismo, por lo que los hechos de la contienda española no podrían ser investigados conforme a este criterio por producirse con anterioridad.

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Creo que los llamados 'jueces estrella' hacen mucho daño a la justicia y a la democracia. El último bastión que tenemos los ciudadanos, en una sociedad democrática, es una judicatura independiente.

Los jueces que quieran promocionarse social y políticamente deberían dejar la judicatura. Ni la democracia ni el mercado pueden funcionar correctamente si las instituciones están 'intervenidas' por algún partido político.

Es muy grave la injerencia política en el normal funcionamiento institucional. Lo vimos, y es sólo un ejemplo, en el caso de Endesa y la CNMV.


Sebastián Urbina.

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Cuando el señor Garzón admitió a la ETA o se metió con ella, según conveniencia del Gobierno, o ha dejado dormir el asunto del chivatazo a los asesinos (cuyo origen está por lo demás bastante claro) no solo se retrató, sino que retrató también la situación en que ha degenerado la justicia en España bajo el Gobierno actual.

Ahora este pobre hombre (con mucho poder, cierto, pero pobre hombre en suma) se dedica a perseguir "crímenes contra la humanidad" achacados al franquismo por grupos ultraizquierdistas de nulo crédito intelectual, bien subvencionados por el mismo Gobierno que legalizó, pagó y dio eco internacional a la ETA. Quizá el señor Garzón sea solo un ignorante de la historia sorprendido en su buena fe por esos profesionales de la "memoria" chekista, pero a estas alturas esto no resulta creíble. Hoy están bien claros, entre otras muchas cosas, los datos bastante aproximados sobre el terror de ambos bandos, sobre el terror entre los propios componentes del Frente Popular, sobre la voluntad del PSOE y la Esquerra de organizar la guerra civil, o sobre el proceso revolucionario y la destrucción de la legalidad desde el Gobierno a partir de las anómalas elecciones del 36. Están bien claros, digo, y al alcance de cualquier persona honesta que desee enterarse; por mucho que los prochekistas y proetarras intenten silenciar esos datos, armen un inmenso ruido mediático para desvirtuarlos e incluso intenten encarcelar a uno de los mensajeros, yo mismo en este caso.

Por consiguiente, no cabe achacar al señor Garzón ignorancia, sino complicidad en la gran tarea de falsear el pasado, emprendida por los herederos entusiastas de quienes quisieron y organizaron la guerra civil, como consta en sus propios documentos. Y no puede alegarse aquí la necesidad de dar a conocer la historia, pues ello no es tarea de los jueces, sino de los historiadores; ni la de "honrar a las víctimas" del franquismo, que desde hace treinta años no cesan de ser falsamente honradas como defensoras de la democracia.

Sabe además el señor Garzón que entre aquellas víctimas hay, ciertamente, muchos inocentes, pero hay también muchos culpables de crímenes escalofriantes, sicarios abandonados por sus jefes (aquellos jefes que supieron huir del país con inmensos tesoros expoliados a la nación y en quienes Gregorio Marañón distinguía los rasgos de la canallería y la estupidez, o Besteiro "un Himalaya de mentiras"). Lo sabe el señor Garzón necesariamente y, como decía en un reciente manifiesto, al nivelar como "víctimas" a los culpables y a los inocentes, los autores de la ley de falseamiento de la historia –y en este caso el señor Garzón–, se colocan necesariamente al lado de los sicarios, lo último que cualquier persona de espíritu libre podría esperar de un juez, pero que parece normal en esta España en plena involución política. Y colocarse al lado de los chekistas es colocarse al lado de la mentira, al lado de la recuperación de los odios guerracivilistas y, en definitiva, contra la humanidad.(Pío Moa. Garzón, contra la humanidad.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto no hay quien lo salve.

Un Juez no es esto. Jueces los de antes, que no se relacionaban casi con nadie publicamente, su vida se desarrollaba dedicada a su trabajo, sin ostentación, sin publicidad, sin que se publicaran sus nombres... eso eran jueces.

Esto no es más que fanfarria y protagonismo.

Anónimo dijo...

Al menos ya queda evidenciado cuál es el propósito de esta absurda Ley de Memoria Histórica, que bien lejos queda de ese tan vociferado 'derecho a dar sepultura a los muertos'... de un bando, porque las fosas con muertos del otro bando, ni tocarlas. Se trata de igualar, mientras se condena al verdugo, a todos los muertos, a los inocentes y a los que no lo fueron tanto, para que sólo queden culpables en uno de los bandos.

saludos