viernes, 24 de octubre de 2008

MULTICULTURALISMO (I)

Multiculturalismo, violencia e inquisición ( I )


A pesar de que los valores occidentales, basados fundamentalmente en el cristianismo, son los que predominan en la cultura de la mayor parte de las sociedades actuales, un grupo grande de la izquierda quiere tirar por la borda dichos valores. Para ello recurren a un vocablo, multiculturalismo, que no es otra cosa que tratar de encontrar un sucedáneo al marxismo-leninismo, atribuyendo a dicha cultura conceptos tales como imperialista, discriminador, racista, etc, que, sin embargo, son propios y aplicables a la cultura coránica del Islam, a la que tanto defienden. La hueste de hoplitas mediáticos de la tal izquierda y de los profesionales de la diversidad, tertulianos de salón ellos, parece que dan más importancia al multiculturalismo que a las ideas de democracia, estado de derecho, gobierno representativo, etc. No nos engañemos: el objetivo de esta izquierda no es la valoración de otras culturas, sino la desvalorización de la cultura burguesa. Esto es lo que hace que luchen para que los inmigrantes no se integren en ella.

No estamos diciendo aquí que no se deban asumir rasgos de otras culturas que sean mejores que los nuestros. Tomemos el ejemplo del Japón que, como todo el mundo sabe, hubo un tiempo que se dedicaba a copiar la tecnología occidental, enseñando a las nuevas generaciones inglés, matemáticas, física, etc. Para nada hablaban de su milenaria cultura. Otro ejemplo que se podría poner, pero contrario al anterior, es el de las naciones de América del Norte y del Sur que, en el siglo XVIII, tenían prácticamente el mismo nivel de vida. Un par de siglos después, América del norte está completamente industrializada, mientras que en la del Sur ya sabemos lo que hay. La pregunta parece obvia: ¿por qué no ha copiado América del Sur, como hicieron los japoneses?. No vale decir aquí que la América hispana fue colonizada por los americanos del Norte. ¿Acaso éstos no fueron también colonizados en su día por ingleses, franceses, holandeses, españoles . . .?. ¿No fueron estos a su vez también colonizados por celtas, romanos, sajones, normando, etc?.

Esta nueva guerra ideológica de una parte de la izquierda, parece un tanto exagerada. Pero nada más lejos. Hay algún grupo político que se está dedicando a transformar ideológica y moralmente a la sociedad siguiendo, muchas veces sin saberlo, las teorías de Gramaci. No hay más que echar un vistazo a las enseñanzas de las Humanidades: parece que son masters y cursillos acelerados dirigidos para intentar demostrar que la civilización occidental es la causa de todos los males de la Humanidad. ¿Acaso esta civilización occidental no es la que ha transmitido el legado de la libertad, de la racionalidad, del individualismo liberal, etc?. Si se niega todo esto y a la vez se está en contra, la tragedia vendrá por añadidura.

Los multiculturalistas se hacen la siguiente pregunta respecto a la inmigración: ¿se debe permitir o no a estas personas que recreen sus propias culturas en la sociedad que les acoge?. La respuesta no parece fácil, ya que la inmigración es un derecho, pero también es un problema. Lo primero que tienen que pensar estos multiculturalistas es que estos inmigrantes vienen a mejorar su modus vivendi y que, muchas veces, están dispuestos a olvidarse de sus costumbres.

No obstante, estos profesionales de la diversidad hablan de discriminación positiva, es decir, que por culpa de nuestros códigos, reglas, normas, etc, los inmigrantes no se vean relegados a un segundo plano. A tal fin, hay que cambiar los horarios de las escuelas, cambiar los días festivos, enseñarles en su lengua materna, etc, cuando lo que debían inculcarles era el respeto a la Constitución y demás. Imponer tal respeto, no es ni intolerancia ni xenofobia, sino pura coherencia intelectual. Si el multiculturalismo significa que una sociedad libre tiene que admitir a colectivos que no respetan los derechos humanos; si significa que tiene que tolerar a gentes que no respetan las normas elementales de convivencia; si significa que tenemos que admitir a los que son partidarios de lapidar a las mujeres; si significa ser partidarios de cortar los dedos a los ladrones o de azotar a los que van al cine o a las que no lleven pañuelo, velo, etc.; si significa tolerar que traten a las mujeres como a animales; si significa desigualdad entre personas y sexos. . . entonces que venga Dios y lo vea.

Luis David Bernaldo de Quirós Arias

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