Sánchez Camacho y el síndrome de la mujer maltratada
6 de Julio de 2009 - 18:09:44 - Pablo Molina
La comparecencia de la presidenta del PPC en la emisora de TV que más ha hecho por destrozar a su partido y las cositas que ha dicho en la misma, demuestran el punto exacto de cocción en el que se encuentra el partido popular en aquella comunidad autónoma.
Es probable que Alicia Sánchez Camacho se sienta en TV3 como en su casa y que las peluqueras y maquilladoras la traten con cariño, pero como representante de los que comenten la heroicidad de votar al PP en Cataluña su actitud genuflexa estaba fuera de lugar.
Dice la dicharachera presidenta de la ruina pepera en Cataluña, que prefiere estar con sus maltratadores que con Aznar en un acto de FAES, seguramente porque en el segundo caso tendría que codearse con personajes más cultos que ella e igual aprendía algo.
Pero en mitad del espectáculo sonrojante de ver a la presidenta del PP postrarse de hinojos ante el órgano del nacionalismo catalán, Sánchez Camacho ha dicho la frase reveladora:
"En ocasiones, la imagen que se ha dado del PP (en TV3) no se corresponde con la realidad, pero es algo que está cambiando y se está moderando".
Exactamente igual que las mujeres maltratadas que defienden a su marido porque en el fondo es muy bueno y, además, ha prometido cambiar.
El único problema es que los palos no los recibe ella sino sus votantes, a quienes debiera tener más aprecio, pero eso es un problema de ella y de Rajoy. Si es que es un problema, que a lo mejor no lo es.
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DIGNIDAD Y AGALLAS.
Cuando un partido político, máxime si tiene posibilidades reales de gobernar, no quiere afrontar los problemas políticos importantes de la sociedad, es un partido enfermo. Esto es lo que sucede con el PP liderado por Mariano Rajoy.
Hace pocos días, en Cataluña, no habló ante los medios de comunicación de la liberticida ley de educación que discrimina a los castellanohablantes porque 'no le habían preguntado'. Y lo dijo con una sonrisita propia del niño travieso que se ha escapado sin recibir una colleja de sus padres, pese a haberse portado mal. Por supuesto, esto es políticamente incorrecto. Los padres nunca deben dar una colleja a sus hijos. Podrían sufrir trastornos cognitivos y convertirse en socialistas zapateriles.
No sólo es falta de valor (lo que es exigible en un líder político) sino que es, además, pequeñez política y moral. Porque la referida ley no es solamente una cuestión política, de política educativa. Es, también, un problema moral porque desprecia la libertad de elección de los padres. Los castellanohablantes han sido y son despreciados en Cataluña. y Rajoy sonríe beatíficamente. ¿Cómo se puede votar a un partido incapaz de defender la libertad de los ciudadanos frente a los atropellos nacionalistas y socialistas?
Podemos entender, aunque no justificar, la miseria moral de los nacionalcatalanistas y de los socialcatalanistas. Pero se suponía que el Partido Popular era un partido liberal conservador que defendía, entre otras cosas, las libertades ciudadanas.
Triste país. Si la ciudadanía está a la altura de sus líderes, estamos perdidos.
Sebastián Urbina.
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