lunes, 4 de enero de 2010

LIBERTAD CATALANISTA.









Carlos Quintero: 'Llegué a pasar miedo por hablar en castellano en la universidad'.

"Si en el futuro esta imposición sigue aumentando, tanto mis padres como yo nos iremos de aquí"

Belén Piedrafita
lunes, 04 de enero de 2010, 12:48 (LaVoz Libre)

Barcelona.- Carlos Quintero, barcelonés de 21 años, estudia Marketing y Comunicación de Moda en el Instituto Europeo de Diseño de Barcelona. Antes pasó por la Universidad de Blanquerna. Allí, asegura, "los profesores eran tan maleducados que jamás ninguno me contestó en castellano".

- ¿Cómo ha sido su paso por la universidad? ¿Ha notado diferencias entre los tres centros en los que ha estado?

- Sí. En primer lugar estudié un año de Derecho en la Universidad Internacional de Cataluña. De las tres ésta era la mejor. Los profesores tenían completa libertad para escoger el idioma en el que daban las clases, así que catalán y castellano se combinaban sin ningún problema. Además, si en una materia en catalán preguntabas algo en castellano el profesor te respondía en tu mismo idioma, aunque luego la clase siguiese en catalán. Al año siguiente pasé a la Universidad de Barcelona. Entiendo que al ser pública tienen que hacerlo todo en catalán, pero tampoco me molestó mucho porque como la carrera no me gustaba sólo estuve un curso. Ningún profesor explicaba en castellano, ya que si no les hubieran fusilado al amanecer. Un año después me matriculé en primero de Periodismo en la Universidad de Blanquerna, perteneciente a la Ramón Llull. Ésta ha sido con diferencia la peor.

- ¿Qué provocaba que sintiera miedo?

- La situación era increíble. Te miraban mal por hablar en castellano. Yo me expreso mejor en mi lengua materna, por lo que prefería formular las preguntas en este idioma; ante eso el resto de alumnos me miraban como si hablara un idioma inferior. Además, los profesores eran tan maleducados que jamás ninguno me contestó en castellano. No se merecían estar en una universidad.

- ¿Cree que en la Universidad de Blanquerna los profesores tenían libertad de cátedra?

- No creo que tuvieran libertad para escoger, me da la impresión de que la universidad les obligaba a hablar en catalán. De hecho, jamás nos dejaron presentar un trabajo en castellano. En ninguna otra universidad me he encontrado algo igual. En unas había más libertad que en otras, pero es que en la de Blanquerna el sistema era completamente dictatorial.

- ¿Piensa que para el alumnado que se matricula en la Universidad de Blanquerna es importante el componente ideológico?

- Sí. Sin duda alguna, las juventudes de Esquerra Republicana están ahí. Pero no es sólo eso, es que tenían mentalidad pueblerina. Es lo más cerrado que he visto en mi vida. Por ejemplo, estudiando Periodismo teníamos que consultar continuamente diferentes medios de comunicación, pero todos los ejemplos de prensa eran del 'Avui', si hablábamos de la radio nos limitábamos a Catalunya Radio y en el caso de la televisión a TV3. La mentalidad era o Cataluña o nada.

- ¿Ha tenido alguna otra vez problemas a causa de la lengua?

- No. En el colegio donde estudié la Secundaria y el Bachillerato, por ejemplo, había completa libertad lingüística. La gente hablaba castellano y catalán, las lenguas eran iguales y nadie te miraba mal hablaras lo que hablaras.

"ME PARECE PERFECTO QUE EL CATALÁN ESTÉ MUY PRESENTE, PERO NO QUIERO QUE SE PROHÍBA EL CASTELLANO"

- ¿Cuál es su opinión acerca del sistema de inmersión lingüística?

- Me parece muy bien que en Cataluña se hable y se estudie catalán porque es su lengua. Sin embargo hay personas que no quieren que sus hijos aprendan todo en este idioma, porque cuando luego salgan fuera pueden tener problemas. Yo abogo por la unión y el progreso, no por el retroceso. Por ello considero que es mejor que lo sepamos todo en un mismo idioma. Me parece perfecto que el catalán esté muy presente pero no quiero que se prohíba el castellano. Yo no quiero que me multen en mi tienda por poner un letrero en castellano, no quiero que se persiga y que se juzgue al castellano como si fuera un criminal. Las lenguas no deben ser juzgadas: que haya libertad y cada uno elija lo que habla.

- ¿Piensa que un alumno puede tener un nivel adecuado de castellano con una única asignatura? ¿Y a la inversa, podría alcanzar el nivel necesario de catalán si la línea de enseñanza fuera en castellano?

- Aquí el problema es que coges un chico que haya acabado 4º de ESO y ves que no tiene ni idea ni de catalán ni de castellano. Hay poquísima gente que hable bien aunque sea uno de los dos idiomas. Si tuviera un hijo, preferiría que supiera idiomas como el francés o el inglés antes que otros que sólo se emplean en pequeñas regiones. Yo sé catalán pero no me sirve de nada, ya que aquí en Cataluña me desenvuelvo en castellano. Y si hago esto es precisamente porque cuando me imponen una cosa me niego a cumplirla, ya que va en contra de mis libertades. Mis padres han luchado mucho por la libertad: fueron a manifestaciones en contra de Franco, recibieron palos de los grises, todo para que yo tuviera libertad, y que ahora venga una pandilla de ladrones a quitármela, eso sí que no. Y como de momento el castellano no está penado en Cataluña voy a hacer lo que quiera. Si en el futuro esta imposición sigue aumentando, tanto mis padres como yo nos iremos de aquí.

- ¿Cuál sería para usted el mejor sistema educativo?

- El que permitiera a los padres escoger el idioma en el que quieren educar a sus hijos. Hay muy pocas personas que hablen bien el castellano en Cataluña, y lo mismo pasa con el catalán. En teoría están renovando las normas del catalán pero en vez de ir hacia delante están yendo hacia atrás, convirtiendo el idioma en algo arcaico. A mí siempre me han dicho que las lenguas son entes vivos, pero en el caso del catalán están construyendo una sintaxis y un léxico tan complicados que al final lo único que lograrán será ahogarse ellos mismos. Lo van a hacer tan complicado que nadie lo estudiará.

"ENTIENDO QUE LA GENTE NOS ODIE"

- ¿Qué percepción cree que se tiene de Cataluña en otras comunidades?

- Indudablemente nos tienen un asco tremendo. La gente se cree todo lo que sale por la tele. ¿Qué ocurre? Que lo único que ven es todo lo malo que parece que pasa por aquí. Escuchan a los típicos radicales de ERC, gente ignorante con la mente pequeña, y acaban sintiendo recelo. Ven a gente como Carod y Puigcercós, continuamente diciendo tonterías, y al final se enfadan más. Hace poco me he enterado de que se está intentando hacer un segundo boicot a los productos catalanes; me parece bien, realmente se lo merecen. Esa gente que tiene la idea de que Cataluña es un país es enormemente prepotente. Se creen un pueblo superior, se consideran semidioses. Parecen los nazis del siglo XXI. Yo vivo con ellos y me da miedo, sientes que tienes que ir con cuidado. Al final, entiendo que la gente nos odie.

- ¿Cree que estos conflictos pueden llegar a tener alguna repercusión en la economía catalana?

- Sin ninguna duda. Cada vez vienen menos estudiantes a Cataluña, y en el caso de las Ferias Internacionales, desde los años 90 hasta ahora han disminuido a casi la mitad. Obligan a que todas las empresas pongan los rótulos en catalán, y eso es un coste, cuando los empresarios extranjeros se limitarían a hacerlos en inglés. Otro ejemplo es el de la marca de zapatos Manolo Blahnik. El autor, de origen canario, está pensando en abrir una de sus tiendas en Barcelona. Como le obligan a poner los letreros en catalán y él no quiere, se está planteando irse a Madrid. Como siga así, la economía catalana se va a ir al traste. Mucha gente habla de lo que ocurrirá cuándo sean independientes, pero yo creo que no aguantarían ni un año. Si Cataluña se independizara se convertiría en una dictadura; la gente se iría a mansalva porque no aguantaría ese régimen autoritario, los impuestos también aumentarían, por lo que las empresas también se marcharían, y el comercio exterior se resentiría. Si Cataluña se independiza, en un par de años se hunde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La Universitat Blanquerna, si es depenent de la Ramon Llull, és privada. Així que... a plorar a una altra banda.