LA MARCHA DE LA ECONOMÍA REAL.
Artículo publicado en elconfidencial.com / 28.06.2010
Los temas del crecimiento acelerado de las deuda, fundamentalmente la de las CCAA, las subidas de tipos, la viabilidad del sistema financiero, las imposiciones explícitas o implícitas al gobierno por parte de la UE y el FMI (la más grave a mi juicio, la revisión del sistema de pensiones, que afectará muy negativamente a 9 millones de personas) han ocupado nuestros últimos comentarios sobre la situación de la economía, dejando completamente de lado la marcha de la economía real.
Aunque el análisis más relevante debería ser el del primer semestre del año (cuyos datos no estarán disponibles hasta finales de agosto), esta vez no será extrapolable al resto del año, dado que la fuerte subida de impuestos en julio, (la mayor de nuestra historia, que reducirá significativamente la renta disponible de familias y empresas, y además, a través de un efecto que los economistas denominan “multiplicador”) reducirá la actividad económica no en forma proporcional, sino en forma multiplicada.
En términos cualitativos, el primer trimestre debería ser el mejor del año, consecuencia de la recuperación del consumo público, y de la industria del automóvil gracias a las subvenciones recibidas. Menos claro se presenta el segundo trimestre, que parece será peor que el primero; y luego el tercero y el cuarto serían claramente peores por las razones antes citadas, a lo que se une la reducción salarial a los funcionarios, la reducción de la inversión pública y los recortes adicionales que han obligado a comprometer a Zapatero la UE y el FMI, y que desconocemos, pero que sin duda son importantes y fuertemente deflacionistas. Pero veamos lo que sabemos.
La crisis en los sectores productivos
Durante el primer trimestre de 2010, según los datos oficiales de Contabilidad Nacional, la economía registró una caída interanual del 1,3%, comparada con subidas del 0,5% en la Eurozona. El empleo decreció a un ritmo del 3,6%, lo que supuso una reducción neta de cerca de 652.000 puestos de trabajo a tiempo completo. Sin embargo, en términos intertrimestrales, se produjo un crecimiento del 0,1%, mayor que el trimestre anterior, debido a una aportación menos negativa de la demanda interna, consecuencia de la mayor aportación del consumo público, financiado con deuda en su totalidad, justo lo que nos faltaba.
Por el contrario la FBCF -inversión- empeoró notablemente, pasando de una caída interanual del -9,9% al -12,9%. Aunque la peor parte se la llevó la construcción que se redujo en cuatro décimas, hasta el -10,8%, en parte por la finalización del Plan E y de otras infraestructuras.
La industria por el contrario reduce aparentemente su caída, y digo aparentemente por el efecto de Semana Santa, que el INE, como es normal, barriendo para dentro, no parece haber corregido suficientemente. Se trata de un tema recurrente, porque las discrepancias en los datos de producción industrial son una constante, como tantas otras de nuestro sistema estadístico, por llamarle de alguna manera. Los datos de Contabilidad Nacional, el VAB, no tiene nada que ver con el índice de producción industrial, y menos aún con las ventas declaradas de la Agencia Tributaria, y aunque, como ya ha he explicado en otras ocasiones, producción o ventas declaradas no es exactamente igual a VAB, las diferencias son demasiado grandes.
Pero si las diferencias en la industria son enormes, en el caso de la construcción ya ni les cuento. Las cifras de fuentes independientes como la estadística de producción de la industria de la construcción (EIPIC), el consumo de cemento, los afiliados a la Seguridad Social, caen entre cuatro y cinco veces más que las cifras que aporta la Contabilidad Nacional. Realmente es una auténtica vergüenza, absolutamente impropia de un país civilizado. Las cifras de Contabilidad Nacional en España están al servicio exclusivo de Zapatero y sus secuaces, y no valen absolutamente para nada.
Y si pasamos a los datos correspondientes al mes de abril, corregidos de calendario y deflactados, publicados por la Agencia Tributaria muestran una tendencia a la baja de las ventas industriales, -1,7%, respecto a los del primer trimestre, con la construcción cayendo todavía un -21%, y los servicios han vuelto a caer después de las mejoras experimentadas en trimestre anteriores, el transporte por ejemplo, muy correlacionado con la actividad económica ha caído en abril un 4,7%. Mas importante aún, porque recoge muchos más sectores, es el Indicador Sintético de Actividad elaborado por el Ministerio de Economía, que muestra que la actividad económica se frena en el primer mes del segundo trimestre.
En definitiva, en el segundo trimestre la crisis en los sectores productivos se ha acentuado en el primer mes, y es obvio que en el tercero y el cuarto la situación empeorará seriamente por la subida de impuestos, la finalización de subvenciones, la caída obligada de la inversión y el consumo público, y la pérdida de poder adquisitivo adicional (bajada de salarios más subida del IPC) de más de tres millones de personas. Esto significa que los más de cinco millones de parados reales apenas tienen posibilidades de encontrar trabajo, y que varios cientos de miles se unirán a lo largo del año a las listas del paro, oficiales o no. Un drama humano que está adquiriendo proporciones inimaginables. Finalmente, confieso no entender de dónde salen las previsiones de crecimiento inferiores al -1%, que son prácticamente todas. Mi apuesta es por una caída superior o cercana al -2%, siempre y cuando no se produzca el desastre que sigue siendo la hipótesis más probable.
El sector público
Y el desastre sigue siendo la hipótesis más probable, porque el 71,5% del gasto de las AAPP, es decir CCAA y CCLL, está fuera de control, y a nadie – ni gobierno ni oposición- hace nada por solucionar el problema. El sector público, como hemos repetido una y otra vez, es el problema; unido al peor jefe de gobierno en al menos dos siglos. Medido en términos de caja (la única forma de hacerlo, no solo porque en términos de contabilidad nacional es una tomadura de pelo, sino porque es donde se incluyen los mayores pagos por intereses de la deuda) los mayores gastos de personal, de las transferencias al SPEE y de los anticipos a las CCAA por el nuevo sistema de financiación pactado por el loco que nos gobierna, y donde, ¿cómo no?, las CCAA del PP han ido como todas a poner el cazo, en vez de oponerse radicalmente a tamaña barbaridad.
El déficit del Estado ha crecido hasta mayo un 20%, porque aunque los ingresos han aumentado un 12% (en parte por la supresión de los 400 euros) los pagos han crecido en un 15%. Y respecto al gasto de CCAA y Ayuntamientos, los datos del primer trimestre, como explicamos la pasada semana, demuestran que están fuera de control, y nadie hace nada por poner firmes a los señores feudales que campan por sus respetos. (Roberto Centeno).
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