viernes, 29 de mayo de 2015

MENDIGOS









MENDIGOS.

Leo un artículo en El Mundo (29/4/2015) de Antonio Lucas, titulado ‘Los mendigos son feos’. Dice: ‘La propuesta de fumigar a los mendigos de las calles de Madrid es un gesto antiguo, carca y cruel. Algo apestoso. Y peor aún si se apoya en la teoría de que afean el recorrido de los turistas’.

¿Es cierto que Esperanza Aguirre quiere fumigar a los mendigos? Por supuesto que no. Se trata de una metáfora poética del articulista para que veamos la repugnancia moral que produce la derechona, carca, reaccionaria y cruel.

Encima, a la represora del PP, le preocupa que los mendigos que duermen en las entradas y en los bancos de plazas y calles pudieran perjudicar el turismo. ¡Sólo se preocupan por el dinero! ¡Qué asco! ¡No tienen ni sensibilidad ni espiritualidad, como la izquierdona!

A diferencia de la barbarie de la derecha, los articulistas progresistas, no solamente invitan a los mendigos a pernoctar en sus entradas, si así les place. Les invitan a cenar y dormir en sus casas para evitar el frío y la humedad de la noche. Y lo que es peor, la frialdad del alma turbia de la derecha.

En esta línea, ya avanzada por la izquierda, el Papa Francisco, el 1 de Julio de 2014, invitó a cenar, en el Vaticano, a unos 200 mendigos que fueron recibidos y atendidos en su nombre, por el Presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el Cardenal Giuseppe Bertello. Según informó el 3 de julio el diario de la Santa Sede, L’Osservatore Romano (LOR), la autoridad vaticana acompañó durante toda la velada a los invitados, con quienes intercambió palabras, impresiones, y vivencias personales.

Pero el rojerío moralmente superior no se conformaría con lo que ha hecho el Papa Francisco. En primer lugar, los articulistas progresistas sentirían desdén o desprecio porque se trata de la Iglesia Católica. En segundo lugar, dirían que es una muestra de hipocresía catolicona porque les invita sólo una vez. En fin ¿qué quiere la izquierda emancipatoria de progreso auténtico y verdadero? 

El periódico progresista El País abronca a Esperanza Aguirre en el editorial ‘El Acento’ por lo de los mendigos. Porque "dormir en la calle no es delito", que se sepa. Que "cuentan el paro, las menores prestaciones y la mayor pauperización". Pero además si "estas razones no le convencen" que se entere de que ‘’los mendigos no quieren estar en albergues’’. Que ellos "desean beber a sus anchas, odian estar encerrados y cumplir trámites, como ya sabían los reformistas sociales del XIX".

Tal vez no se enteren o, tal vez, no quieran enterase, pero se lo voy a decir. Son, con las excepciones de rigor, una cuadrilla de farsantes. Una persona decente, si quiere indignarse porque dicen que los mendigos prefieren dormir al raso para beber a sus anchas, se indigna lo diga quien lo diga. Pero si se tiene el sectarismo y la superioridad moral metida en las entretelas suceden estas cosas.  ¿Qué cosas?

Imaginemos por un momento que la lideresa reaccionaria Esperanza Aguirre hubiese dicho que ‘los mendigos no quieren estar en albergues porque desean beber a sus anchas’. No es necesario estar muy enterado de lo muy progresista y políticamente correcto que es ‘este país’, para saber que se hubiesen organizado caceroladas delante de su casa. La policía hubiese tenido que protegerla de las justas iras del rojerío emancipatorio y de la concentración de mendigos aún sin fumigar. Y exigido su dimisión. Como poco. Pero resulta que no va a pasar nada porque lo ha dicho ‘El País’. ¡Ahhh!  El doble rasero.

Supongamos estas dos opciones políticas. O aceptar el modelo demoliberal con economía de mercado, o aceptar  la opción de ‘Podemos’, muy similar a la de su partido ‘hermano’ Syriza. Un disparate económico y político que nos hundirá un poco más, o un mucho más. Pues bien, ¿Cómo estarían los mendigos en el paraíso Podemita? No habría mendigos, por supuesto. Son demasiado hipócritas para reconocerlo. Miremos en el espejo de Cuba, o de Venezuela y veremos que desearían ser mendigos en Madrid antes que súbditos en estos paraísos progresistas.  

La izquierda, la que se mira al espejo y su cara resplandece de ‘buenismo’ autocomplaciente, no quiere darse cuenta de que su modo de producción ha fracasado rotundamente. Sólo hay, al menos de momento, el modo de producción capitalista. Con otras palabras, la economía de mercado. 

Habitualmente, lo que hace la izquierda- sensible y buenista-  es fijarse, exclusivamente, en lo negativo. Jamás en lo positivo. ¿Por qué? Porque no lo hay. Esto es lo que sus ojitos son capaces de ver. Las lentes de progreso sin regreso obligan a esta visión exclusivamente negativa de lo existente.

No en vano son herederos, entre otros, de J. J. Rousseau y su famosa frase: ‘La Historia debe gran parte de sus desastres al primero que cerró un terreno y dijo: ‘’esto es mío’’. De ahí el desprecio- al menos de boquilla- a la propiedad privada y al dinero (ajeno), fuente de casi todos los males. Pero ni el ‘buen salvaje’ ni el ‘hombre nuevo’ han sido soluciones aceptables para la gran mayoría de los ciudadanos de las sociedades democráticas. Seguro que están alienados. 

Pero el articulista no solamente se solaza con la falsa fumigación de los mendigos de la mano de la cruel Esperanza sino que, además, miente para terminar de apuntalar la agonía de los mendigos. O sea, no es cierto que Aguirre proponga expulsar a los mendigos, en vez de ayudarles. Ha dicho, públicamente, que se necesitan albergues para acoger dignamente a estas personas. También miente cuando dice que Aguirre tiene la solución para los mendigos: tapiarlos.

Estas obscenas falsedades se pueden decir cuando se mira desde arriba, cuando se cree disfrutar de una (falsa) superioridad moral.
¡Últimas Noticias! Los mendigos respiran aliviados. Les esperan agasajos de progreso. Han ganado Carmena y Carmona.

Sebastián Urbina.
  
(ElMundo/Baleares/29/Mayo/2015.)

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