INMIGRACIÓN, BUENISMO Y XENOFOBIA.
(Cualquier
persona normal se siente angustiada ante la desesperación de muchos inmigrantes
que, cada día, llegan a las costas europeas.
Hay
varias maneras de afrontar este problema. Porque ya es un problema serio.
Una
es el ‘buenismo’. ¿Qué significa? Significa ayudar a la gente que lo necesita
sin atender a las consecuencias. ¿Qué consecuencias? Aunque, tal vez usted lo
haya intuido, se trata del racismo y la xenofobia.
¿Por
qué deberían darse estas consecuencias? No es obligatorio que se den pero resulta
que los seres humanos normales y corrientes tienen- tenemos- un altruismo
limitado. Solamente las personas excepcionales, tipo Teresa de Calcuta, Vicente
Ferrer y similares, tienen un altruismo ilimitado.
Si
la mayoría de la gente fuese como ellos no habría ningún peligro de racismo y
xenofobia. Pero resulta que no es así. La consecuencia es que las reacciones de
la gente distan mucho de ser como las de estas personas excepcionales.
¿En
qué consiste el ‘buenismo’? En ignorar estas previsibles consecuencias y acusar
a la gente de no ser más buena de lo que es. Yo creo que esto es suicida y estúpido.
Otra
manera de afrontar el problema, que yo creo equivocada- suponiendo que sea
factible- es cerrar las puertas a cal y canto. Utilizando todos los medios
disponibles.
La
solución menos mala- porque hay situaciones que no tienen soluciones buenas- es
la de regular y limitar la inmigración. Esto exigiría un acuerdo de todos los
países de la UE. Y actuar conjuntamente. ¿Por qué esta solución? Para evitar,
en la medida de lo posible, que prenda la llama del racismo y la xenofobia. Si
estos sentimientos explotan y son utilizados por políticos demagogos- que
siempre es así- la situación sería muy grave e incontrolable.
Resumiendo,
hay límites. Hay que establecerlos y actuar conjuntamente. También ayudar a los
países de origen, aunque- al menos a corto plazo- no solucione el problema. Y
en parte ya se hace.
La actual sensación
de inseguridad que se traslada a los ciudadanos europeos- puertas abiertas- les
empuja y empujará a apoyar opciones radicales. Porque es cierto, a pesar de las
protestas de algún ‘buenista’- que aparece en la información que adjunto- que
el Estado del Bienestar irá menguando gravemente. Siempre que siga el flujo
actual de la inmigración irregular. Mentir no es una buena solución. Tiene las
patas cortas.
Tomemos
nota, porque nos encontramos ante un problema muy importante, que puede tener
graves repercusiones en la vida de millones de personas. Si se generaliza la
impresión de que ‘estamos desbordados’, la reacción de la gente, en general,
será de rechazo. Y los principales responsables serán los políticos cuyo ‘buenismo’-
verdadero o falso- les ha impedido ver la realidad.
INMIGRACIÓN, ‘BUENISMO’ Y XENOFOBIA.
¿Serbia?
¿Serbia?» preguntan nada más poner pie a tierra. Los empleados de la empresa de
ferrocarriles les indican una casa que se ve a apenas unos 300 metros y les
despiden diciendo «prijatno, prijatno» (adiós, adiós). Es la casa de Nadezda
Tasic, una humilde granja de siete cerdos y dos gallos, que se ha convertido en una especie de hogar del refugiado improvisado.
«Llegan tan cansados que muchos se quedan a dormir tirados cerca de la casa.
Nos piden agua, electricidad para cargar los móviles, ir al servicio…pero son tantos que no podemos, estamos desbordados»,
lamenta Nadezda .
Hungría acelera la construcción de la valla ante la llegada masiva de inmigrantes.
mikel
ayestaran
enviado
especial a Tavanovce (macedonia)
Día
18/08/2015 – (ABC)
Según los datos de Naciones Unidas, cada día más de 2.000 personas llegan a Macedonia y el 78 por ciento de ellas proceden de Siria
La sombra de la xenofobia se alarga ante la crisis migratoria.
b.
castiella/j.p. jofré/á.g. fuentes/l. de vega / atenas/berlín/roma/madrid
Día
12/08/2015 – (ABC)
La inmigración masiva en el Mediterráneo, los disturbios en el Eurotúnel y la demagogia de formaciones populistas son caldo de cultivo ideal para el racismo en Europa.
Los
mensajes que estamos escuchando en los últimos meses por parte de
algunos políticos de distintos países de la UE son preocupantes», señala la representante en España del Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, Francesca
Friz-Prguda.
Se refiere a formaciones como el Frente Nacional en Francia, la
Liga Norte en Italia, Alternativa por Alemania (AfD), Amanecer Dorado en Grecia
o UKIP en Gran Bretaña. En Hungría es el primer ministro Viktor Orban el que encabeza el proyecto de
levantamiento de una valla de 175 kilómetros en su frontera con Serbia para impedir
la entrada de emigrantes y refugiados. El Frente Nacional francés ha pedido por
medio de su presidenta, Marine Le Pen, que se suspenda el Tratado de
Schengen. «Es necesario controlar nuestras fronteras, impedir que (los
inmigrantes ilegales) vengan, que Francia sea atractiva para ellos», afirmó en
referencia a los problemas en Calais.
Pero la voz de alarma no se dirige solo hacia los populistas. «Aprecio una grave
irresponsabilidad en el modo en que algunos gobernantes de la UE mandan sus
mensajes a la población de que estamos ante un asalto a nuestro estado del
bienestar. No se puede generalizar, pero David Cameron es el arquetipo
con lo que está ocurriendo en Calais», señala refiriéndose al primer
ministro británico el catedrático de Filosofía del Derecho Javier de Lucas. «Lo
normal será encontrar respuestas xenófobas, sobre todo de la gente más pobre
que cree que se pone en riesgo su estado del bienestar, su trabajo, su
salario...».
El problema sigue
siendo cómo afrontar la crisis sin atropellar los derechos humanos. «Aunque los
Estados tienen el derecho de controlar sus fronteras, tienen también la
obligación de proteger a quienes llegan a ellas huyendo de la guerra y de la
persecución, es decir refugiados, que en este momento son la mayoría de las
personas que están llegando», añade la representante de Acnur en España. «En
lugar de enfocarse exclusivamente en detener a estas personas» es mejor que
«gestionen esos movimientos de forma justa y efectiva».
Desde principios de
2015 han muerto unos 2.200 emigrantes en aguas del Mediterráneo y han
sido rescatados 225.000 (125.000 ante las costas griegas y 100.000 ante
Italia).
En Grecia, los
neonazis de Amanecer Dorado fueron terceros en
las elecciones generales del pasado enero y cuentan con 17 diputados. Su
ascenso ha sido paralelo no solo a la crisis migratoria sino también a la
económica. No ha importado que la mayoría de sus diputados, incluido su
secretario general, Nikos Mijalokiakos, hayan pasado dieciocho meses en la
cárcel. «Amanecer Dorado es en sí mismo
un escuadrón de ataque criminal que se hace pasar por un partido político»,
señalan los abogados que llevan los casos por los ataques de esta formación.
En Italia, también
ha sido la crisis económica la que, junto a la migratoria, ha catapultado al
populismo de extrema derecha como el de la Liga Norte. Los actos de discriminación, xenofobia y racismo se han elevado en los
últimos años contra inmigrantes, gitanos y judíos. Esos actos han pasado
de 156 a 998 en 2014, según el Libro Blanco del racismo en Italia, elaborado
por la ONG Lunaria. Contrasta sin embargo el ejemplar comportamiento de
poblaciones que viven a diario la llegada de esos inmigrantes rescatados,
especialmente los que viven en la isla de Sicilia o la de Lampedusa.
Alemania no es
puerta del Mediterráneo, pero sí es el país que tienen muchos de los emigrantes
como destino. De hecho es el que más peticiones de asilo recibe, más de 300.000 en lo que va de año. De acuerdo con Hans-Georg
Maassen, presidente de la oficina para la protección de la Constitución, «la
extrema derecha trata de instrumentalizar a ciudadanos enfurecidos contra los
inmigrantes, de cooptarlos y ganar así relevancia política».
Como reconoce el
catedrático Javier de Lucas, la falta de políticas efectivas en la UE puede ser
muy peligrosa. «La xenofobia es una consecuencia casi inevitable» y
«detrás hay una tentación electoralista a corto plazo que les va a salir mal
porque acabará beneficiando a UKIP, Frente Nacional o Pegida (grupo islamófobo
alemán). La gente va a caer en la trampa de la xenofobia y va a elegir a esos
grupos radicales» que ganan peso.
(ABC)
1 comentario:
Con los musulmanes no hay ni racismo ni xenofobia generalizada ni por supuesto PEGIDA lo es, aunque haya elementos, individuos que si.
Porque, y a ver si de una vez dejamos las cosas bien claras, racismo, aunque la "progrez" imperante haya manipulado la palabra, viene de raza y la raza la dan los genes; como el Islam no es una raza, no puede hablarse de racismo, cualquiera, independientemente del color de su piel, puede ser musulmán (igual que puede ser cristiano y de distintas confesiones, católicos, evangélicos, anglicanos, ortodoxos...). Asimismo, como tampoco es una nacionalidad, lo de xenofobia no procede.
El Islam es una ideología psicopática, violenta, criminal, depravada y brutalmente totalitaria, disfrazada de religión que, sencillamente, no deberia ser legal.
Por lo tanto, lo que se llama "islamofobia" no es mas que legítima defensa.
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