martes, 18 de agosto de 2015

INMIGRACIÓN, BUENISMO Y XENOFOBIA.










 INMIGRACIÓN, BUENISMO Y XENOFOBIA.

 

(Cualquier persona normal se siente angustiada ante la desesperación de muchos inmigrantes que, cada día, llegan a las costas europeas.


Hay varias maneras de afrontar este problema. Porque ya es un problema serio.


Una es el ‘buenismo’. ¿Qué significa? Significa ayudar a la gente que lo necesita sin atender a las consecuencias. ¿Qué consecuencias? Aunque, tal vez usted lo haya intuido, se trata del racismo y la xenofobia.



¿Por qué deberían darse estas consecuencias? No es obligatorio que se den pero resulta que los seres humanos normales y corrientes tienen- tenemos- un altruismo limitado. Solamente las personas excepcionales, tipo Teresa de Calcuta, Vicente Ferrer y similares, tienen un altruismo ilimitado.



Si la mayoría de la gente fuese como ellos no habría ningún peligro de racismo y xenofobia. Pero resulta que no es así. La consecuencia es que las reacciones de la gente distan mucho de ser como las de estas personas excepcionales.



¿En qué consiste el ‘buenismo’? En ignorar estas previsibles consecuencias y acusar a la gente de no ser más buena de lo que es. Yo creo que esto es suicida y estúpido.



Otra manera de afrontar el problema, que yo creo equivocada- suponiendo que sea factible- es cerrar las puertas a cal y canto. Utilizando todos los medios disponibles.



La solución menos mala- porque hay situaciones que no tienen soluciones buenas- es la de regular y limitar la inmigración. Esto exigiría un acuerdo de todos los países de la UE. Y actuar conjuntamente. ¿Por qué esta solución? Para evitar, en la medida de lo posible, que prenda la llama del racismo y la xenofobia. Si estos sentimientos explotan y son utilizados por políticos demagogos- que siempre es así- la situación sería muy grave e incontrolable.


Resumiendo, hay límites. Hay que establecerlos y actuar conjuntamente. También ayudar a los países de origen, aunque- al menos a corto plazo- no solucione el problema. Y en parte ya se hace.   


La actual sensación de inseguridad que se traslada a los ciudadanos europeos- puertas abiertas- les empuja y empujará a apoyar opciones radicales. Porque es cierto, a pesar de las protestas de algún ‘buenista’- que aparece en la información que adjunto- que el Estado del Bienestar irá menguando gravemente. Siempre que siga el flujo actual de la inmigración irregular. Mentir no es una buena solución. Tiene las patas cortas.


Tomemos nota, porque nos encontramos ante un problema muy importante, que puede tener graves repercusiones en la vida de millones de personas. Si se generaliza la impresión de que ‘estamos desbordados’, la reacción de la gente, en general, será de rechazo. Y los principales responsables serán los políticos cuyo ‘buenismo’- verdadero o falso- les ha impedido ver la realidad.







INMIGRACIÓN, ‘BUENISMO’ Y XENOFOBIA.


¿Serbia? ¿Serbia?» preguntan nada más poner pie a tierra. Los empleados de la empresa de ferrocarriles les indican una casa que se ve a apenas unos 300 metros y les despiden diciendo «prijatno, prijatno» (adiós, adiós). Es la casa de Nadezda Tasic, una humilde granja de siete cerdos y dos gallos, que se ha convertido en una especie de hogar del refugiado improvisado. «Llegan tan cansados que muchos se quedan a dormir tirados cerca de la casa. Nos piden agua, electricidad para cargar los móviles, ir al servicio…pero son tantos que no podemos, estamos desbordados», lamenta Nadezda .


 

Hungría acelera la construcción de la valla ante la llegada masiva de inmigrantes.

mikel ayestaran
enviado especial a Tavanovce (macedonia)
Día 18/08/2015 – (ABC)

Según los datos de Naciones Unidas, cada día más de 2.000 personas llegan a Macedonia y el 78 por ciento de ellas proceden de Siria

 

La sombra de la xenofobia se alarga ante la crisis migratoria.

b. castiella/j.p. jofré/á.g. fuentes/l. de vega / atenas/berlín/roma/madrid
Día 12/08/2015 – (ABC)

La inmigración masiva en el Mediterráneo, los disturbios en el Eurotúnel y la demagogia de formaciones populistas son caldo de cultivo ideal para el racismo en Europa.

 Los mensajes que estamos escuchando en los últimos meses por parte de algunos políticos de distintos países de la UE son preocupantes», señala la representante en España del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, Francesca Friz-Prguda.
Se refiere a formaciones como el Frente Nacional en Francia, la Liga Norte en Italia, Alternativa por Alemania (AfD), Amanecer Dorado en Grecia o UKIP en Gran Bretaña. En Hungría es el primer ministro Viktor Orban el que encabeza el proyecto de levantamiento de una valla de 175 kilómetros en su frontera con Serbia para impedir la entrada de emigrantes y refugiados. El Frente Nacional francés ha pedido por medio de su presidenta, Marine Le Pen, que se suspenda el Tratado de Schengen. «Es necesario controlar nuestras fronteras, impedir que (los inmigrantes ilegales) vengan, que Francia sea atractiva para ellos», afirmó en referencia a los problemas en Calais.
Pero la voz de alarma no se dirige solo hacia los populistas. «Aprecio una grave irresponsabilidad en el modo en que algunos gobernantes de la UE mandan sus mensajes a la población de que estamos ante un asalto a nuestro estado del bienestar. No se puede generalizar, pero David Cameron es el arquetipo con lo que está ocurriendo en Calais», señala refiriéndose al primer ministro británico el catedrático de Filosofía del Derecho Javier de Lucas. «Lo normal será encontrar respuestas xenófobas, sobre todo de la gente más pobre que cree que se pone en riesgo su estado del bienestar, su trabajo, su salario...».
El problema sigue siendo cómo afrontar la crisis sin atropellar los derechos humanos. «Aunque los Estados tienen el derecho de controlar sus fronteras, tienen también la obligación de proteger a quienes llegan a ellas huyendo de la guerra y de la persecución, es decir refugiados, que en este momento son la mayoría de las personas que están llegando», añade la representante de Acnur en España. «En lugar de enfocarse exclusivamente en detener a estas personas» es mejor que «gestionen esos movimientos de forma justa y efectiva».
Desde principios de 2015 han muerto unos 2.200 emigrantes en aguas del Mediterráneo y han sido rescatados 225.000 (125.000 ante las costas griegas y 100.000 ante Italia).
En Grecia, los neonazis de Amanecer Dorado fueron terceros en las elecciones generales del pasado enero y cuentan con 17 diputados. Su ascenso ha sido paralelo no solo a la crisis migratoria sino también a la económica. No ha importado que la mayoría de sus diputados, incluido su secretario general, Nikos Mijalokiakos, hayan pasado dieciocho meses en la cárcel. «Amanecer Dorado es en sí mismo un escuadrón de ataque criminal que se hace pasar por un partido político», señalan los abogados que llevan los casos por los ataques de esta formación.
En Italia, también ha sido la crisis económica la que, junto a la migratoria, ha catapultado al populismo de extrema derecha como el de la Liga Norte. Los actos de discriminación, xenofobia y racismo se han elevado en los últimos años contra inmigrantes, gitanos y judíos. Esos actos han pasado de 156 a 998 en 2014, según el Libro Blanco del racismo en Italia, elaborado por la ONG Lunaria. Contrasta sin embargo el ejemplar comportamiento de poblaciones que viven a diario la llegada de esos inmigrantes rescatados, especialmente los que viven en la isla de Sicilia o la de Lampedusa.
Alemania no es puerta del Mediterráneo, pero sí es el país que tienen muchos de los emigrantes como destino. De hecho es el que más peticiones de asilo recibe, más de 300.000 en lo que va de año. De acuerdo con Hans-Georg Maassen, presidente de la oficina para la protección de la Constitución, «la extrema derecha trata de instrumentalizar a ciudadanos enfurecidos contra los inmigrantes, de cooptarlos y ganar así relevancia política».
Como reconoce el catedrático Javier de Lucas, la falta de políticas efectivas en la UE puede ser muy peligrosa. «La xenofobia es una consecuencia casi inevitable» y «detrás hay una tentación electoralista a corto plazo que les va a salir mal porque acabará beneficiando a UKIP, Frente Nacional o Pegida (grupo islamófobo alemán). La gente va a caer en la trampa de la xenofobia y va a elegir a esos grupos radicales» que ganan peso.
 (ABC)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con los musulmanes no hay ni racismo ni xenofobia generalizada ni por supuesto PEGIDA lo es, aunque haya elementos, individuos que si.

Porque, y a ver si de una vez dejamos las cosas bien claras, racismo, aunque la "progrez" imperante haya manipulado la palabra, viene de raza y la raza la dan los genes; como el Islam no es una raza, no puede hablarse de racismo, cualquiera, independientemente del color de su piel, puede ser musulmán (igual que puede ser cristiano y de distintas confesiones, católicos, evangélicos, anglicanos, ortodoxos...). Asimismo, como tampoco es una nacionalidad, lo de xenofobia no procede.

El Islam es una ideología psicopática, violenta, criminal, depravada y brutalmente totalitaria, disfrazada de religión que, sencillamente, no deberia ser legal.

Por lo tanto, lo que se llama "islamofobia" no es mas que legítima defensa.