(Los rojos de siempre son antisemitas. Además de antiespañoles.)
Podemos e IU apoyan la censura a Matisyahu en el Rototom.
La eurodiputada Marina Albiol dice que "ha hecho declaraciones contra el pueblo palestino" y que promueve el racismo
(ld)
El Gobierno reprueba el veto al artista judío e Israel habla de censura intolerable.
La
embajada israelí ha emitido un duro comunicado contra el festival que ha vetado
la presencia del artista judío. Exteriores "reprueba" lo ocurrido.
Matisyahu: "Ha sido terrible y ofensivo".
El cantante judío apartado por el festival Rototom de Benicasim ha dado su versión sobre el caso de antisemitismo que ha sufrido.
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COMPROMÍS
APOYA LA DISCRIMINACIÓN
Escándalo por el antisemitismo del festival Rototom
S.T.
(La Gaceta)
Las presiones políticas han
forzado el veto al artista judío Matisyahu. La Federación de Comunidades
Judías de España califica de "cobarde, injusta y
discriminatoria" la decisión.xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
El Gobierno reprueba el veto al artista judío e Israel habla de censura intolerable
La
embajada israelí ha emitido un duro comunicado contra el festival que ha vetado
la presencia del artista judío. Exteriores "reprueba" lo ocurrido.
- C's (Ciudadanos) llevará a la UE el "escándalo".
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Rototom sí permitió la actuación de un cantante condenado por violación.
El elevado criterio moral del Rototom a la hora de dejar participar a algunos artistas no ha impedido la actuación de uno condenado por violación.
Con el festival en el centro de la
polémica por el veto al cantante judío
Matisyahu, algunos usuarios de redes sociales han llamado la
atención sobre esta presencia estelar de Jah
Cure, un hombre que fue condenado a
15 años de prisión por violación. (LD)
SÍ, LO DE ROTOTOM ES ANTISEMITISMO.
Resulta perfectamente legítimo que alguien piense que Palestina debe tener ya su propio Estado; también lo es criticar la política de Israel o las actuaciones de este país en Gaza o los territorios ocupados en Cisjordania.
Incluso diría que puedo admitir que alguien discuta, en el plano teórico, la existencia misma de Israel, y no por ello creo que se le pueda llamar sin más antisemita a quien tal desatino defienda, aunque, no nos engañemos, la mayoría de los que lo hace lo son.
¿Qué nos da la señal inequívoca de que alguien o algo es antisemita y no antisionista, como prefieren ellos llamarse, antiisraelí o simplemente amigo de los pobrecitos palestinos? Una cosa: que vayan contra las personas. Si tu odio se dirige a perjudicar a alguien concreto, a un ser de carne y hueso, por el hecho de que sea judío, te voy a dar una noticia: eres antisemita, y racista y un tipo –o una organización, o un festival– absolutamente despreciable.
Y eso es lo que le ha pasado a un judío –el cantante Matisyahu–, y lo peor es que para nuestra vergüenza le ha ocurrido en España: en el festival Rototom que se está celebrando estos días en Benicasim. Un evento que se promociona como un encuentro que promueve la paz en el mundo y el entendimiento entre los pueblos pero que, como vemos, a las primeras de cambio se ha rendido a aquellos que hacen del odio su bandera.
Porque puedes hacer festivales musicales muy bonitos, con mucho buen rollo, llenos de paz, amor y cáñamo; puedes invitar al lama nosequé, hacer clases de yoga o aporrear los tambores veganos. Pero si a la hora de verdad no eres capaz de enfrentarte a una de las formas de odio que más muertos ha causado en los dos últimos milenios resulta que todo, el buen rollo, la paz, el amor, el cáñamo, el lama, el yogui y los tambores se van por el sumidero de tu cobardía y, sin ninguna duda, de tu falta de unas mínimas convicciones morales.
Alguien ha dicho que lo bueno de esto es que nos ha servido para desenmascarar, sin ningún genero de duda, el antisemitismo de estos que van de amigos de Palestina pero en realidad no tienen más horizonte que el odio; lo malo es que a estas alturas del s. XXI el antisemitismo en España siga teniendo suficiente fuerza como para perjudicar a un solo judío. Consolémonos pensando que, a medio y largo plazo, ellos se han hecho mucho más daño, aunque, eso sí, no sé si tanto como merecen.
SÍ, LO DE ROTOTOM ES ANTISEMITISMO.
Resulta perfectamente legítimo que alguien piense que Palestina debe tener ya su propio Estado; también lo es criticar la política de Israel o las actuaciones de este país en Gaza o los territorios ocupados en Cisjordania.
Incluso diría que puedo admitir que alguien discuta, en el plano teórico, la existencia misma de Israel, y no por ello creo que se le pueda llamar sin más antisemita a quien tal desatino defienda, aunque, no nos engañemos, la mayoría de los que lo hace lo son.
¿Qué nos da la señal inequívoca de que alguien o algo es antisemita y no antisionista, como prefieren ellos llamarse, antiisraelí o simplemente amigo de los pobrecitos palestinos? Una cosa: que vayan contra las personas. Si tu odio se dirige a perjudicar a alguien concreto, a un ser de carne y hueso, por el hecho de que sea judío, te voy a dar una noticia: eres antisemita, y racista y un tipo –o una organización, o un festival– absolutamente despreciable.
Y eso es lo que le ha pasado a un judío –el cantante Matisyahu–, y lo peor es que para nuestra vergüenza le ha ocurrido en España: en el festival Rototom que se está celebrando estos días en Benicasim. Un evento que se promociona como un encuentro que promueve la paz en el mundo y el entendimiento entre los pueblos pero que, como vemos, a las primeras de cambio se ha rendido a aquellos que hacen del odio su bandera.
Porque puedes hacer festivales musicales muy bonitos, con mucho buen rollo, llenos de paz, amor y cáñamo; puedes invitar al lama nosequé, hacer clases de yoga o aporrear los tambores veganos. Pero si a la hora de verdad no eres capaz de enfrentarte a una de las formas de odio que más muertos ha causado en los dos últimos milenios resulta que todo, el buen rollo, la paz, el amor, el cáñamo, el lama, el yogui y los tambores se van por el sumidero de tu cobardía y, sin ninguna duda, de tu falta de unas mínimas convicciones morales.
Alguien ha dicho que lo bueno de esto es que nos ha servido para desenmascarar, sin ningún genero de duda, el antisemitismo de estos que van de amigos de Palestina pero en realidad no tienen más horizonte que el odio; lo malo es que a estas alturas del s. XXI el antisemitismo en España siga teniendo suficiente fuerza como para perjudicar a un solo judío. Consolémonos pensando que, a medio y largo plazo, ellos se han hecho mucho más daño, aunque, eso sí, no sé si tanto como merecen.
(Carmelo Jordá/ld.)
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