jueves, 26 de febrero de 2009

FARISEISMO Y VIOLENCIA.







FARISEISMO Y VIOLENCIA.

En la población de Lazcano, Emilio Gutiérrez atacó y destrozó a mazazos una ‘herriko taberna’. ¿Qué le pasó a Emilio, un pacífico ciudadano? Poco antes los terroristas habían destrozado su casa con una bomba. En la calle, los batasunos y demás simpatizantes de los terroristas, se reían de él. Pero hay más. Emilio y los vascos no nacionalistas llevan treinta años soportando humillaciones, amenazas, extorsiones y asesinatos. ¿Se acuerdan del hermano de Ignacio Uría, asesinado por la banda terrorista? Dijo que se habían ‘arrastrado’ toda su vida. Y a pesar de todo...


Por cierto, qué valiente fue la Ertzaintza. Cuatro dotaciones de la policía vasca llegaron casi inmediatamente al lugar del crimen. Además, le esposaron con las manos en la espalda. Y eso que Emilio se entregó sin oponer ningún tipo de resistencia. La Ertzaintza con un par. ¡Sí señor!


Pero ¿no vivimos en un Estado de Derecho? Está desaparecido para ciertas cosas. Se supone que las autoridades de las Vascongadas son parte del Estado. En teoría así es, pero no en la práctica. Uno de los grandes pastores vascos, Arzallus, dijo en una ocasión: ‘Unos mueven el árbol y otros recogen las nueces’. Imagino que no es necesario traducirles. Pues bien, son sus compinches los que llevan más de 25 años manejando el poder político en las Vascongadas. Alguna responsabilidad tendrán por lo que está pasando.


El líder del PSE, Patxi López, ha dicho que ve ‘muy difícil’ que Emilio Gutiérrez pueda volver a vivir en el municipio. Otro miembro del partido socialista, la periodista Maria Antonia Iglesias (la que ha insultado, al alimón con Gabilondo, a María San Gil) dijo: ‘Hay una cuestión de ética, que es hacer pedagogía democrática y no alentar las bajas pasiones, por favor’.


Gentes cercanas al mundo terrorista han emitido un comunicado en el que tachan de ‘vergonzoso’ que algunos medios de comunicación consideren ‘comprensible’ el ataque a la herrico taberna. Todavía no debían conocer el comentario de M.A. Iglesias.


Pero ¿qué queréis, la guerra civil? ¿la lucha de todos contra todos? Si Patxi López y sus camaradas tuvieran vergüenza política pactarían con el Partido Popular. ¿Para qué? Para eliminar o suavizar el llamado infierno vasco. Pero, recordemos, que los propios socialistas marginaron a Nicolás Redondo. Chácharas aparte, no quieren mejorar la situación de los vascos no nacionalistas. Les puede más el odio al Partido Popular.


Y ahora hagamos un poco de historia. ¿Para qué tenemos al Estado? Hay diversas teorías que tratan de justificar la existencia del Estado. Nos interesa, especialmente, contrastar la visión que tiene la tradición hegeliana, que ve al Estado como ‘idea divina plasmada en la tierra’, con la visión de John Locke, en la que se reconoce el derecho de resistencia. El Estado no es, por tanto, ninguna idea divina que ha bajado a la tierra sino un instrumento para la mayor felicidad y bienestar de los ciudadanos.


A los hegeliano-marxistas les cuesta entender esto. De ahí que vean el Estado como una Iglesia y el que desafía a la Iglesia, como un peligroso descarriado que sigue sus bajas pasiones. Como el pobre Emilio. Por eso la izquierda, en general, desconfía del mercado, de los negocios y del beneficio privado. En cambio, sacraliza al Estado. Si mandan ellos, claro está.


Recordemos que la vicepresidenta De la Vega destacó, en su momento, que Pizarro "llega a la política de la mano del señor Aznar, y por tanto del sector más duro y radical de la derecha". Recordó que "toda" su trayectoria ha estado vinculada a la defensa de las empresas y "los intereses privados". En cambio, el ministro Solbes siempre ha sido un servidor de ‘lo público’. Por eso es de fiar. Así piensan.


¿Qué es esto del derecho de resistencia? Aunque podemos remontarnos a la desobediencia de Antígona frente al tirano Creonte, centraremos el problema en Locke, ya que a partir de él este derecho de resistencia se configura como propio de los ciudadanos y no de los estamentos.


Aunque es cierto que, en la actualidad, se habla de ‘desobediencia civil’ más que de derecho de resistencia. Pero lo sucedido en Lazcano se enmarca en una situación que no tiene igual en toda Europa y, tal vez, en el mundo entero.


En las Vascongadas, los vascos no nacionalistas, llevan más de treinta años sufriendo humillaciones, acoso, extorsión, secuestros y asesinatos. ¿No ha tenido tiempo el Estado para reaccionar? Parece que no. La policía vasca va con la cara tapada. Los políticos no nacionalistas han de llevar escolta. Han tenido que huir de las Vascongadas unos trescientos mil vascos, a causa de la amenaza terrorista-nacionalista. Los políticos no nacionalistas no pueden hacer propaganda electoral en la mayoría de los pueblos porque las fuerzas de seguridad no les garantizan lo que dice su nombre. Seguridad. O sea, no hay democracia, tal como habitualmente se la entiende, o es de bajísima calidad.


Y en estas condiciones, Patxi López no quiere pactar un gobierno con el Partido Popular. Y M.A. Iglesias dice que no debemos alentar las bajas pasiones de tipos como Emilio Gutiérrez. ¿Qué hace el Estado? Es decir, ¿qué hacen las personas que actúan en su nombre? Los vascos no nacionalistas, y los españoles decentes, llevamos más de treinta años esperando a que los pacíficos ciudadanos no tengan que callar y esconderse ante los terroristas y sus amigos.


Las únicas bajas pasiones que circulan por las Vascongadas son las de los asesinos y sus simpatizantes, nacionalistas incluidos. Y las de aquellos políticos que no hacen lo que se podría hacer para mejorar este infierno, porque priorizan su enfermizo sectarismo de partido. Sí, me refiero a Patxi López y los que piensan como él.


Sebastián Urbina.

3 comentarios:

JOSE MARIA dijo...

Perfecta tu visión y centrada tu opinión.
Autentica exposición has relatado de una enfermiza sociedad democrática en horas bajas, a mi entender.
Vamos en caída libre hacía un Estado manipulador, dictatorial y sin escrúpulos. No se escatiman esfuerzos en perpetuar el cáncer que sufre el país y en concreto las vascongadas simplemente por aferrarse al poder de las instituciones.
Veo un interesado PSOE en este momento histórico. Pienso como tu, que es momento de alinearse y dejar a un lado el partidismo político, en pro de un pacto por extinguir el terrorismo definitivamente. Ees el momento de hacerlo.
PP-PSOE darían la solución a 30 años de democrácia manchada de luto. Será una verguenza, dada la circunstancia, desechar la oportunidad.
Saludos Sebastián, y continuemos luchando y aportando nuestro grano de arena en este desierto que se antoja dificil de superar...

Anónimo dijo...

Veo que ha dado la orden de borrar el comentario en Baleares Liberal.

Siempre tan demócrata para encajar las críticas. O sea, ninguna.

Sebastián Urbina dijo...

Usted no ha entendido lo que es la democracia.
Yo no doy órdenes a Baleares Liberal ni ellos las aceptarían.
Piense que los demás pueden ser educados y decentes y no aceptan sus groseros comentarios. Aprenda a criticar en vez de insultar.