CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA.
Estuve en el lugar del crimen, allí, en el hemiciclo del Parlamento catalán el 1 de julio de 2009. Allí oí y allí vi cómo se perpretaba el desalojo del castellano de la escuela catalana y su muerte legal, a través de la aprobación de la Ley de Educación de Cataluña. Es el mayor atentado a la ciudadanía española y un "órdago" a la Constitución vigente. La ley ya estaba pactada entre el Gobierno Tripartito catalán y la oposición, aunque la escenificación y los protagonistas de "la foto" fuesen PSC, con el Sr. Montilla, y CiU, con el Sr. Mas, porque ERC actuó de segundón, e IU se desmarcó en muchos aspectos de la Ley y rompió el monolítico "Tripartito".
Sólo se opusieron el PP de forma moderada y muy correcta, con argumentos veraces como "no es una ley de consenso" (tres huelgas generales de Enseñanza), "ley de moqueta y despacho, no de ciudadanía"(manifestaciones en ese momento frente al Parlamento de Sindicatos, y por la tarde de distintas Asociaciones civiles convocadas por la Asociación por la Tolerancia a la que se adhirieron UpyD y C’s). Mención aparte merece la verdadera oposición, con la intervención del diputado, Antonio Robles del Grupo Mixto, que fue contundente y muy dura (se pueden ver las intervenciones en estos dos vídeos). Fue sin duda la intervención más brillante y molesta para el nacionalismo, es decir para la mayoría de los diputados presentes, incluidos algunos del PP (tres ni siquiera votaron para no hacerlo en contra) y la mayoría de los "invitados". Los aplausos evidenciaban la adscripción ideológica, nacionalistas en mayor o menor grado.
En las distintas intervenciones se oyeron frases inefables. El Sr. Colomé hablaba de una ley de "los míos", y de que era una ley de consenso hecha para "compartir un sueño: nuestra identidad", por eso era una ley para "una escuela catalana en lengua y contenidos".
El PSC hablaba de la culminación de un proceso que surge de "la voluntad de un Gobierno catalanista y de izquierdas". En todas las intervenciones de apoyo a la ley se repetía en constante "ritornello" es "una ley de país" y "ley catalana en lengua y contenidos". El hilo conductor no eran los grandes problemas que tiene la educación en Cataluña, (disciplina, fracaso escolar...) sino que era una ley "nuestra", la primera ley emanada del Parlamento catalán, que apoyada en un Estatuto (todavía en el Tribunal Constitucional), evitaba las interferencias del Gobierno central. Evitaba el cumplimiento de las tres sentencias del TSJC y la del Tribunal Supremo que obliga a especificar en los impresos de matriculación en qué lengua desean los padres que se realice la escolarización de sus hijos durante la enseñanza primaria.
Era necesario blindar la "inmersión lingüística" (cambio de lengua hogar/escuela) diseñada solamente para los niños castellanohablantes (mayoría en Cataluña) y desalojar el castellano como lengua vehicular o de enseñanza del sistema educativo catalán. Este y no otro era el verdadero objetivo. Por eso se oyeron en el Parlamento catalán frases inefables en apoyo a la exclusividad de la lengua catalana en la escuela como "Es una lengua para pensar y mejorar posiciones" , algo de lo que nadie tiene duda, porque todas las lenguas sirven para pensar, pero no todas sirven para"mejorar posiciones" en Cataluña. ¡Que se lo pregunten al Sr. Montilla! La mejor frase fue, que esta ley "propiciaba la ¡dignificación de contenidos!". No sabemos cuáles son "los contenidos indignos" que no deben estar presentes en las escuelas catalanas. ¿Son dignos o indignos las tablas de multiplicar, el teorema de Pitágoras o la ley de Avogadro? ¿Es indigna la Literatura española, la Historia de España? ¿Quizás la Constitución española? Mas bien abre la puerta legal a contenidos de dudosa cientificidad y objetividad histórica, pero que sirven para una ideologización nacionalista. De eso se trata.
En el plano puramente político, la guinda la puso el representante de ERC que no se cortó un pelo para aludir a la ley como uno de los pilares para Cataluña porque la Escuela era "Nación, lengua y contenidos".Esta ley pertenecía ya a la Nación catalana. Aseguraba el dominio de la lengua del país, la lengua de la patria, y el sentimiento de pertenencia, ya que había un titulo especial dedicado a la lengua (Titulo II). En 30 años de autogobierno era la primera ley que evitaba las interferencias del gobierno central, era una ley catalanista para la construcción nacional del Estado, del Estado catalán. Sobran comentarios.
Si el Sr. Zapatero no retira las competencias en Educación cedidas por el Estado español al Gobierno autonómico catalán de inmediato, la secesión a medio plazo está servida. A esta Ley Catalana de Educación seguirán otras, y se perpetrará de hecho un alejamiento legal continuo de los demás españoles. El problema se multiplicará cuando las demás autonomías, tengan o no tengan "lengua propia", lengua vernácula o regional, tomen ejemplo y aprueben en sus respectivos parlamentos leyes de educación específicas para cada autonomía con lenguas y contenidos "regionales" o "locales".
¿O es que La Rioja, por poner un ejemplo, no tiene lengua propia? El castellano nació precisamente allí, y tienen una fonética específica, un léxico específico, con su morfosintaxis peculiar, y unas costumbres específicas por no hablar de "su literatura" (desde Quintiliano a Bretón de los Herreros, "su historia" : Calahorra, ciudad romana con acuñación de moneda, etc.)
Así, hasta diez y siete "nacioncillas". ¿Alguien me puede demostrar que esto es el progreso? (Carmen Leal/LD)
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